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El éxito mundial de la película “Madagascar” (2005) y de su entretenida secuela “Madagascar 2” (2008) demostraron que, aunque las películas eran comedias para todos los públicos con mucha acción, eran, por encima de todo, historias bien contadas con temas universales con los que se identificaba el público. Para los realizadores, no bastaba con conseguir unas risas.
Como dice el guionista y director Tom McGrath: “Lo que realmente le lleva a uno a través de una historia es el MADAGASCAR 3hecho de que tenga un núcleo emocional, porque si lo único que se pretende es enlazar una serie de chistes, no hay mucho a lo que agarrarse”. El guionista y director Eric Darnell observa: “Como espectador, uno quiere ser capaz de sintonizar y simpatizar con los deseos y las necesidades de los personajes. Es de suma importancia poder sumergirse en esas profundidades”.
La voluntad de los realizadores de llevar a los personajes a lugares nuevos (literal y figurativamente) continúa presente en “Madagascar 3”. Teniendo como máxima la inspirada frase de Ralph Waldo Emerson, “la vida es un viaje, no un destino”, los cineastas decidieron explorar temas como lo que significa estar en casa, tener confianza y descubrir lo que de verdad nos apasiona. Como resultado, Alex, Marty, Melman y Gloria entienden mejor quiénes son, mientras se enfrentaban a la naturaleza salvaje de Madagascar y África.
Como dice Darnell, “Ese ha sido el mayor deseo de nuestros protagonistas desde el principio: encontrar su lugar en el mundo”.
Y menudo mundo está resultando ser para ellos. Su viaje llevó a esos animales del zoo de Nueva York a la isla homónima de Madagascar, y luego a las tierras salvajes de África. En la última entrega, la aventura se desarrolla por toda Europa, lo que naturalmente exigía una mayor escala tanto a nivel visual como narrativo.
Dice el director Conrad Vernon: “La escala es mucho mayor en esta película. Vamos a muchos sitios diferentes y conocemos a un montón de nuevos personajes. Vamos a Roma, los Alpes suizos, Londres, Monte Carlo y Nueva York”.
Y lo que es más, por primera vez se ha rodado un capítulo de “Madagascar” en 3D. Por fortuna, cuando revisaron las primeras películas de “Madagascar” para averiguar qué era lo que iban a tener que hacer de manera diferente esta vez, el equipo de realizadores descubrió que el 3D es un proceso para el que su saga estaba muy bien preparada.
Dice Darnell: “Nos dimos cuenta de que, estilísticamente, ya estábamos haciendo películas en 3D. Debido al tono de comedia de la película, a menudo hacíamos cosas que ponían algo delante de la cámara. Una vez que nos dimos cuenta de que nuestro estilo cinematográfico y de comedia se prestaban muy bien al mundo del 3D, realmente no tuvimos que cambiar mucho lo que estábamos haciendo. Pero meter a nuestros animales en un circo nos da automáticamente un montón de estupendas oportunidades (no nos movemos solamente por la superficie de la tierra, también nos movemos por el aire, girando, dando vueltas y volando) para trabajar en 3D, por supuesto”.
Añade McGrath: “Y es que el 3D te da muchísimas más herramientas con las que trabajar. Puedes acentuar una escena emotiva tanto como una de acción”.
Igual de satisfactoria era la capacidad que tenían Darnell, McGrath y Vernon, amigos desde hace mucho tiempo y veteranos de DreamWorks Animation, para trabajar juntos en el mismo puesto. Aunque Darnell y McGrath dirigieron las dos primeras películas, Vernon había ejercido de asesor creativo y había hecho la voz del chimpancé Mason, a la vez que dirigía “Shrek 2” y luego “Monstruos contra alienígenas”. Tres directores no es ciertamente una opción habitual, pero en esta película, el verdadero sueño de los directores era trabajar juntos y compartir el proceso creativo.
Dice Darnell: “Con nosotros, la suma es mayor que las partes. Puesto que todos estamos inmersos en esta saga y en el tono de la película, es de una gran ayuda (tener tres directores trabajando en equipo), porque yo me puedo ir a Nueva York a grabar a Ben Stiller, Tom puede estar trabajando con los diseñadores de producción y el departamento de iluminación, y Conrad puede estar dirigiendo el trabajo de los animadores. Después nos volvenos a reunir todos y sabemos que hemos estado llevando el argumento y la película en la misma dirección porque creativamente somos como hermanos siameses”.
Añade McGrath: “Hay una regla genial de todo grupo de improvisación, y es: 'Nunca cambies el tema en la improvisación, tu dí siempre que sí, y'. cuando a alguno de nosotros se le ocurre una idea para algo, es estupendo colaborar, y contribuir a desarrollar esas ideas. Esa es nuestra dinámica de grupo. Al final, tenemos siempre una visión conjunta de la película”.
Ese concepto singular implicaba contar una historia que tuviera sentimiento y humor, de unos animales que se unen para convertirse en algo más grande que lo que nunca pensaron llegar a ser.