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NOTAS DEL DIRECTOR...
'La postura del hijo' es una película acerca de una relación enfermiza entre madre e hijo, acerca de la posición de los hijos con respecto a sus padres y viceversa, acerca de padres que pierden a sus hijos. Diría que es una película muy dependiente de la cámara, que intenta comunicar estados mentales, sentimientos, conflictos apasionados, ataques de desesperación, en otras palabras, un trozo de vida tan realista como un documental. Se analiza, o mejor dicho, se psicoanaliza a los personajes para que el espectador pueda entender y quizá llegar a sentir compasión por esta maltrecha familia.
NOTAS DE LA PRODUCTORA ADA SOLOMON...
Hace unos cuantos años que trabajo con el realizador Calin Peter Netzer y el guionista Razvan Radulescu, y supe inmediatamente que era el dúo perfecto para enfrentarse al delicado tema de la película y que no dudarían en involucrarse personalmente en la historia. Nada más empezar a leer el guión de 'La postura del hijo', reconocí el potente enfoque emocional de Calin Peter Netzer y la minuciosa precisión del estilo que caracteriza los guiones de Razvan Radulescu. La película cuenta la historia de una familia, algo universal y emocional, por lo que puede atraer a espectadores de cualquier parte del mundo, pero también es una sutil radiografía de la sociedad actual en Rumanía, de la vida de los nuevos ricos, de la corrupción instalada en cualquier estrato de las instituciones públicas y de las relaciones de diversos miembros de la sociedad rumana cuando sus caminos se cruzan. El telón de fondo de la sociedad rumana es solo eso, un telón de fondo, un complejo rompecabezas que acaba por proyectar una imagen clara de la realidad en que se mueven los personajes. Tuvimos mucha suerte de que Luminita Gheorghiu aceptara el papel principal. Se sumergió en el personaje de Cornelia, que no tiene nada que ver con su personalidad y apariencia física, y me atrevería a decir que consiguió construir una de las interpretaciones más impresionantes de la historia del cine rumano. El resto del elenco no se queda atrás. Mencionaré a Bogdan Dumitrache, que da vida al torturado hijo; a Vlad Ivanov, el extraño testigo, y a Adrian Titieni, en el papel del desconsolado padre de la víctima, entre los brillantes actores que nos permitieron llevar esta aventura a la gran pantalla. Al principio pensé que la película atraería sobre todo al público femenino porque muestra cómo el amor excesivo de una madre puede destruir y ahogar a un hijo. Pero una vez terminada la película, entendí que también gustaría al público masculino, que se reconocerá en la relación de Barbu con su madre. La película verbaliza algunas de las cosas que pensamos, pero que no hemos podido decir o aceptar. En mi opinión, el mayor logro de la película reside en hablar del perdón, la aceptación y la comprensión.