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INFORMACIÓN
Titulo original: No Mires Para Abajo
Año Producción: 2008
Nacionalidad: Argentina, Francia
Duración: 95 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de 13 años
Género: Drama
Director: Eliseo Subiela
Guión: Eliseo Subiela
Fotografía: Sol Lopatin
Música: Pedro Aznar
FECHAS DE ESTRENO
España: 17 Julio 2009
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Karma films


SINOPSIS

Eloy tiene diecinueve años y acaba de heredar la empresa de su padre. Acaba de conocer a una jovencita con la que inicia el aprendizaje de ciertas prácticas sexuales lo que les permitirá a ambos hacer su sueños realidad...

INTÉRPRETES

ANTONELLA COSTA, LEANDRO STIVELMAN, HUGO ARANA, MÓNICA GALÁN, OCTAVIO BORRO, MARÍA ELINA RUAS, MARZENKA NOVAK, VIVIANA PICCOLO

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Informacion exclusivaINFORMACIÓN EXCLUSIVA

   Dirigida por ELISEO SUBIELA y protagonizada por LEANDRO STIVELMAN, ANTONELLA COSTA, OCTAVIO BORRO y MARZENKA NOWAK, llega a las pantallas cinematogràficas la última película de este cineasta argentina que nos explica acerca de la película lo siguiente: "Yo había leído hacía muchos años un libro milenario llamado “El tao del amor y del sexo”. Siendo parte de una generación cuya iniciación sexual en general estuvo marcada por una “clandestina” sordidez, ese libro me fascinó y enseguida me entusiasmó la posibilidad de “actualizar” sus enseñanzas para que pudiera llegar sobre todo a los más jóvenes, pensando en primer lugar  en  mis tres hijos. Me atraía además el desafío de contar una historia que sirviera de pretexto para transmitir un mensaje innegablemente “didáctico”.

 
La síntesis de la intención ideológica del film está en el texto de André Breton con que se inicia la película, condensada en la certeza de que “a Eros incumbe restablecer el equilibrio en estos tiempos roto en provecho de la muerte…”. La idea era contar una historia de amor muy simple, una “aventura iniciática”, que sirviera de marco para transmitir ese mensaje a favor de Eros, en contra de la grosería y la perversión  que hoy tiñe a la mayoría de los mensajes que reciben  los jóvenes con respecto a las relaciones sexuales. En el lanzamiento utilizamos una frase que para mí resume la intención última de la película: “Para aprender a hacer el amor como Dios manda”.

 
Yo  quería hacer  un “antiporno”, con dos actores que se pasarían teniendo sexo y practicando distintas posiciones eróticas durante 90 minutos. Sin duda era una propuesta “arriesgada”. Mi idea era que esos dos personajes debían tener la inocencia de dos criaturas en el paraíso, antes de que apareciera la noción del “bien” y del “mal”. Pero lograr eso significaba varios desafíos.

  E
l primero estaba en mí mismo. Mi mirada sobre esos amantes debía estar limpia  de todos los “condicionamientos” y “prejuicios” de mi formación cultural.  De alguna manera yo también debía filmar la película con esa misma “inocencia edénica” que pretendía de los actores. Para eso trabajé el tema con una “coaching terapéutica” durante un par de meses.

 
El segundo desafío era encontrar una actriz que aceptara el riesgo de pasarse el 80% de una película desnuda en la cama enseñándole a un jovencito a tener sexo “como Dios manda”. Cuando originalmente la película iba a ser una co-producciòn con España. dos prestigiosas actrices españolas con las que mucho me hubiera gustado trabajar, reconocieron sincera y honestamente que no se atrevían a semejante riesgo. Encontrar a Antonella Costa fue un “milagrito”. Más allá de sus dotes actorales reconocidas internacionalmente, Antonella tiene la relación con su cuerpo  imprescindible para lograr el “tono” que yo pretendía de la película. Luego  encontré a Leandro Stivelman un muy joven actor de teatro al que, viéndolo sobre el escenario,  le sospeché  la misma relación “no conflictiva” con su cuerpo. Luego faltaba “un pequeño detalle”: que la “química” entre ambos actores fuera buena. En este caso, más que en ningún otro, si no hubiera habido entre ambos la “empatía” que hubo, eso se hubiera notado hiriendo mortalmente la credibilidad de las escenas.

 
El tercer desafío fue la filmación en sí. Trabajando con la directora de fotografía Sol Lopatín en un episodio para televisión se me ocurrió pensar que el hecho de que en la cámara hubiera una mujer tranquilizaría a la actriz. O por lo menos me “tranquilizaría” a mí… Sería la primera vez que yo trabajara en cine  con una Directora de Fotografía, una mujer.  Finalmente armé un equipo  femenino en un 80 %.

 
La habitación de Elvira, donde transcurren todas las escenas eróticas, fue construida en un set de filmación al que tenían acceso muy pocas personas. Hubo  dos kinesiólogos que realizaron con ambos actores  trabajos de relajación muscular antes de cada filmación. Entre toma y toma  encendíamos  sahumerios y poníamos música “relajante”. Pocas veces como en este caso,  he tenido  la sensación de haber hecho mas que una “obra artística”, una película que “sirve”. Por lo menos esa es la esperanza".

  

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