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"Notas sobre el verano" es una película sobre la pasión y el amor; también sobre la culpa.
Sus protagonistas se encuentran en un estado de agitación, desubicados, con la duda como único principio por el que regir sus vidas.
A través de su protagonista, la película habla de una generación que se ha visto abocada a iniciar su carrera profesional en medio de una crisis que los ha obligado a abandonar su tierra natal para buscar una salida laboral digna.
Este transterramiento no se limita al ámbito laboral sino que empapa el transcurso de su vida: una generación que vive en una ciudad ajena pero mira de reojo a otra, que siempre cree que la vida está en otro lugar; una generación sin hijos, con miedo al compromiso; una generación que duda en culpar a las circunstancias ya que tampoco sabría qué hacer si estas fueran distintas.
El verano no es un mero marco temporal, sino una parte fundamental de la película: es la época del año que invita a la evasión de la cotidianidad, a buscar la distracción, lo extraordinario.
La idea del verano como la estación del año donde los seres humanos son más indulgentes consigo mismos, predispuestos a alterar el curso habitual de sus vidas; también la idea de las promesas rotas, los planes no realizados, las expectativas no siempre colmadas.
Pero "Notras sobre un verano" es también una celebración, un canto a la piel y a la alegría de los pequeños hallazgos cotidianos, único punto de anclaje en tiempos convulsos interna y externamente.