INFORMACIÓN EXCLUSIVA
Comenta Paolo Virzi, director del filme, que “Ya hace tiempo que daba vueltas a la idea de contar en una película la época del fervor político juvenil, que en lo que me concierne ha tenido lugar en una época reciente. Aquella exaltación romántica que puede llevar a un joven, aficionado a la buena lectura y de espíritu idealista, a sentirse predestinado a cumplir un gesto heroico, por decirlo en el estilo del poeta Hugo Foscolo, perjudicándose asimismo para beneficiar a la humanidad. El libro de Ferrero, con su narración sobre el destierro a la isla de Elba de Napoleón, ha inspirado tanto a los guionistas como a mí: atribuir este espíritu a un veinteañero de Portoferraio, maestrillo y poeta, que a pesar del entusiasmo colectivo de sus conciudadanos, cultiva una obsesión tiranicida en solitario, alimentada por versos de Foscolo y sinfonías de Beethoven. Una historia contada con una especie de compasión irónica, pero en el fondo también contada con un cierto grado de participación." De este modo explica Paolo Virzì qué le ha inspirado a realizar la primera de sus películas históricas, "N, Napoleón y yo".
"En esta ocasión nos ocupamos de un mundo que ya no existe y que por lo tanto hay que reconstruir por completo: escenarios, vestuario, carrozas de caballos, pelotones de la Gran Armée y la humanidad bulliciosa y masacrante del Portoferraio de hace dos siglos.
Pero en esta ocasión también se cuenta como en Vacaciones de Agosto, en forma de comedia, un conflicto político”.
Uno encuentra en esta historia la mezcla del idealismo político juvenil de Martino, maestrillo y aspirante a poeta elbano, junto al el desengaño y la malicia de un Bonaparte desterrado y aparentemente derrotado.
Una narración con un espíritu de irreverencia cómica, una vena romántica y una ambición de cuento filosófico que tiene como fondo la Toscana del siglo XIX y que cuenta con personalidades patéticas y veleidosas y una familia común: dos hermanos y una hermana, constantemente en guerra entre ellos, pero que en el fondo se adoran.