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SOBRE LA PRODUCCIÓN...
   Las vacaciones han llegado a la soleada ciudad de San Diego, California, y el subdirector del banco Nathan Caine (Jack Quaid) se siente solo y abandonado en estas fiestas... hasta que pasa la noche con Sherry (Amber Midthunder), una de las cajeras de su banco por la que lleva tiempo colado. Por desgracia, en Nochebuena, el banco es objeto de un atraco y se llevan a Sherry de rehén. Después de haber pasado toda una vida esperando a que alguien como Sherry entrara en su mundo, Nate no titubea en lanzarse al rescate de la mujer de la que se está enamorando y que está sumida en un terrible peligro. Solo hay un problema. Nate sufre un raro trastorno genético que siempre le ha hecho actuar con gran precaución. Los que lo sufren no solo son incapaces de sentir dolor, sino que tampoco pueden sentir si algo está caliente o frío. Nate ha tenido que vivir en un mundo en el que todo lo que hace tiene que estar absolutamente controlado, para evitar hacerse daño. Pero ahora debe encontrar la manera de asumir su enfermedad y utilizarla en su beneficio para salvar a Sherry.
  Al guionista Lars Jacobson siempre le han gustado los personajes peculiares que son capaces de aprovechar algo que puede percibirse como una discapacidad y convertirlo en su superpoder, y de esa forma fue exactamente como se creó el personaje de Nathan Caine. “Tenemos a este personaje de vida gris, que nunca se ha metido en una pelea y que de pronto decide jugárselo todo a una carta para salvar al amor de su vida”, dice. “Temáticamente, se centra en lo que estamos dispuestos a arriesgar por amor y esta era la historia perfecta de un tipo dispuesto a ponerlo todo en juego. Está privado de sensibilidad, pero después de haber experimentado sentimientos por Shelley, no está dispuesto a dejar de sentirlos. Era una historia singular, protagonizada por un personaje complejo, diverso y dinámico. Es una película de género, pero en realidad es una historia de amor”.
  El guionista también es un gran admirador de las películas de atracos a bancos como Tarde de perros y Killing Zoe, y a medida que desarrollaba la trama en la que iba a situar a este personaje, se fue entusiasmando con la idea de una película de acción trepidante que tuviera lugar entre las paredes de un banco. “A la hora de narrar historias, es muy divertido coger algo familiar y darle un toque diferente”, dice Jacobson. “Quería mantenerme fiel al género, pero también quería añadir diferentes matices que lo potenciaran y lo enriqueciesen. También hay rasgos de superhéroe, aunque en realidad la clave esté en que Nate sea más listo que su oponente y sea capaz de agotarle, porque es consciente que no podrá superarle a base de fuerza bruta. Así que cuando se ve en la tesitura de tener que enfrentarse a tipos con formación militar, solo puede recurrir a su astucia y a su perseverancia. Es como la camiseta de Bruce Willis en La jungla de cristal. Al principio es inmaculadamente blanca, pero Willis acaba la película con la camiseta destrozada y ensangrentada. Nate no gana todas estas peleas; se las apaña para sobrevivir y salir adelante, superando obstáculos imposibles gracias a su inteligencia e ingenio. El proceso de redacción de este guion fue una experiencia fabulosa para mí, porque me lo pasé en grande con muchos elementos de la trama, además de disfrutar con el elemento conceptual que es esencial para la historia”.
  El representante de Jacobson, Julian Rosenberg, que también ejerce de productor en Novocaine, se encargó de ofrecer a Matt Schwartz, de Safehouse Pictures, la idea del guionista para la película. “Lo leí aquella noche y me encantó”, recuerda Schwartz. “Novocaine era el tipo de película que siempre nos ha atraído, tanto al sello Safehouse como a los productores Tory Tunnell, Joby Harold y a mí mismo. Era muy especial, y se basaba en un concepto imaginativo y fantástico, pero también giraba en torno a un héroe encantador y comprensivo, con el que el público podía identificarse. Además, abordaba grandes temas universales. Por una parte, trata sobre las locuras que estamos dispuestos a hacer por amor. Pero lo que me llamó poderosamente la atención fue que nos obliga a pensar en la forma en que podemos cambiar la manera de enfocar nuestras inseguridades y todo lo que nos hace diferentes, y transformarlo en rasgos positivos, que nos hacen especiales y únicos. Nos pareció un planteamiento precioso, que conmovería a todo el mundo, así que nos pusimos inmediatamente manos a la obra con el proyecto”.
  “Me llevó un tiempo encontrar la ambientación adecuada para desarrollar el guion”, dice el productor Harold, que ya tenía experiencia en películas de acción basadas en conceptos singulares, por su trabajo en el mundo de John Wick, “pero no podía desentenderme de una idea así para una película”. La idea de este personaje se me había metido entre ceja y ceja (me parecía una gran oportunidad para un reparto increíble) y no paraba de preguntarme: “¿qué pasa con Novocaine? ¿qué podríamos estar haciendo que se nos está pasando por alto?” Tenía la intuición de que Nate iba a ser un personaje del que el público se enamoraría. Todo lo que teníamos que hacer era encontrar al socio adecuado que viera las mismas oportunidades que veíamos nosotros”.
  El productor Drew Simon, que es uno de los amigos más cercanos de Schwartz, había fundado recientemente Infrared Pictures y este parecía ser el proyecto perfecto para una colaboración. “Drew y yo tenemos gustos increíblemente similares” señala Schwartz. “Y cuando entramos en contacto con él, le encantó y nos pusimos en marcha”.
  “Tener la oportunidad de trabajar con uno de tus mejores amigos en una película como esta es una experiencia especial que no es nada fácil que se produzca”, dice Simon. “Novocaine me atrapó desde el principio porque es la historia de un hombre que no siente dolor y que tiene que encontrar su identidad y salir de la burbuja en la que sus circunstancias vitales le han encerrado, a la vez que se enamora y se ve obligado a superar una carrera de obstáculos de acción. Es un protagonista con el que es asombrosamente sencillo identificarse y la enfermedad tan rara que tiene ofrece la oportunidad de plantear las escenas de formas ingeniosas y creativas que no se han visto antes en la pantalla. Parecía una nueva forma de abordar un género que a la gente le encanta”.
  El equipo de Safehouse Pictures ya tenía relación con el dúo de directores formado por Dan Berk y Robert Olsen, e inmediatamente sintieron que serían los cineastas perfectos para el proyecto. “Y después de nuestra primera reunión, estuve seguro de que estos eran los directores de la película”, dice Simon. “Tenían pasión y visión y el estilo que querían aportar era novedoso, singular y especial. Querían revolucionar el género. El guion era fabuloso desde el principio, pero lo mejoraron y lo convirtieron en algo que resistirá el paso del tiempo como película de acción. El mayor desafío fue encontrar el equilibrio adecuado entre acción, sentimientos y humor, porque no se trataba de hacer una película de acción más. Queríamos crear algo divertido, diferente y que llamara la atención”.
  Aunque tradicionalmente Berk y Olsen han escrito e ideado las películas que dirigen, cuando leyeron el guion de Jacobson, quedaron inmediatamente enganchados. “Se basaba en un concepto muy pegadizo”, dice Berk. “Un tipo que no puede sentir dolor y que se ve absorbido por esta película de acción es un protagonista que no esperas encontrar en una situación así. También vimos que había mucho potencial para infundir a la película nuestro tono característico, así que nos lanzamos sin dudar”.
  Olsen añade: “Además, la mezcla de humor y violencia es lo que hace que esta película sea especial, porque ya hemos visto muchas veces películas de acción con mucha sangre y un tono más serio”. Sin embargo, la esencia de esta película es que vemos a alguien al que le acaban de dar un puñetazo en la cara y en ese mismo momento esboza una amplia sonrisa”.
  Jacobson también estaba encantado con la elección de que Berk y Olsen llevasen su guijón a la pantalla. “Como escritor, siempre tienes la esperanza de que los directores eleven tu material, aporten algo nuevo y abran aún más las perspectivas”, dice Jacobson. “Dan y Bobby hicieron un gran trabajo a la hora de determinar el tono que había que dar al personaje de Nate, equilibrando la acción con la comedia, al tiempo que le daban un fuerte dinamismo. En cuanto la película se pone en marcha, no hay quien la detenga”.
  Después de dirigir cinco largometrajes juntos, el dúo de directores es una máquina perfectamente engrasada en lo que respecta a su comunicación, algo que apreciaron todos los miembros del reparto y del equipo creativo. “Hemos aprendido a ponernos de acuerdo antes incluso de pisar el plató, así que si alguien necesita consultar algo, no tiene que hablar necesariamente con los dos”, indica Olsen. “Lo que hace que nuestra asociación funcione es que éramos amigos íntimos mucho antes de empezar a trabajar juntos, así que tenemos esa base de afinidad”. Berk añade: “Nos ha hecho falta mucho tiempo para perfeccionar nuestra forma de trabajar. Antes de poner un pie en los estudios de grabación pasamos meses y meses planificando cada posible eventualidad para que, cuando surgiera algo en el plató, ya tuviéramos la respuesta. Desde fuera puede parecer fácil, pero le dedicamos mucho tiempo”.

CREAR EL MUNDO DE NOVOCAINE...
  Para conseguir la estética visual perfecta para Novocaine, los cineastas dedicaron un tiempo considerable a comentar las posibles opciones con el director de fotografía de la película, Jacques Jouffret. Novocaine es la primera película de acción del dúo Berk y Olsen, que hasta el momento había dirigido varias películas de suspense y terror, por lo que se propusieron encontrar un director de fotografía con experiencia en el género, y Jouffret, que había rodado Jack Ryan, Gran Turismo y Érase una vez el oeste, encajaba perfectamente en la descripción.
  “Jacques tiene un gran currículum lleno de todo tipo de películas de acción increíbles, y eso fue importante para nosotros”, indica Olsen. “Este es un género en el que siempre hemos querido trabajar porque, cuando éramos pequeños, lo que más nos gustaba eran las películas de acción. Queríamos rodearnos de personas que ya hubieran trabajado en este espacio antes, para estar lo más seguros posible de que no íbamos a meter la pata”.
  La primera vez que vemos a Nate, tiene una vida muy recluida, por lo que los directores tenían claro que las primeras partes de la historia serían más estáticas y estructuradas, con planos cerrados y suaves movimientos de cámara con Steadicam. “Después, en cuanto el mundo de Nate se pone patas arriba, queríamos que eso se apreciase en las imágenes”, dice Olsen. “Ahí es donde las cosas empiezan a parecer mucho más frenéticas. Rodamos muchas más escenas con cámaras de mano y grabamos las cosas en multicámara. Estábamos decididos a que el ambiente fuera diferente, y Jacques era el director de fotografía perfecto para conseguirlo”.
  Las impresionantes e imaginativas acrobacias, peleas y escenas de acción cómicas que se suceden sin parar en Novocaine fueron llevadas a la pantalla por el búlgaro Stanimir “Stani” Stamatov, que ejerció de coordinador de acrobacias de la película, junto con la coordinadora de acrobacias Kerry Gregg y su equipo. “Stani y Kerry han hecho un trabajo increíble y su equipo fue muy profesional”, dice, entusiasmado, Simon. “No sé cómo fueron capaces de hacerlo. Había múltiples acrobacias con golpes que te trituraban los huesos”.
  La especialidad de Stamatov ha sido producir broncas multitudinarias, en proyectos como Los mercenarios y Juego de tronos, lo que lo convierte en la persona idónea para desarrollar el estilo específico de lucha en Novocaine. “Lo que mejor se le da no es el kung-fu de fantasía, sino las peleas de bar, con gente que arroja a los otros por la ventana, que se tiran cosas y se dan golpes entre sí”, dice Olsen. “Su estilo y su forma de hacer las cosas son rudos, y combina esa mentalidad de tipo duro con una verdadera preocupación por la seguridad y un verdadero cuidado por los actores y los especialistas de acción. Consigue una combinación perfecta de rudeza, en la que no obstante también te sientes muy bien cuidado y seguro”.
  El equipo de especialistas pasó una media de dos horas y media al día entrenando con cada uno de los actores durante seis o siete semanas para que las peleas fueran un éxito. “Le pusimos el nombre de 'Nate-fu' a este tipo de lucha”, explica Olsen. “Es un tipo que sin saber luchar, consigue sobrevivir a la pelea. No es una película de acción con un antiguo asesino que lucha contra un tipo de las fuerzas especiales que no dejan de hacer posturitas de karate todo el rato. Es un tipo que agita los brazos a lo loco, que intenta sobrevivir por todos los medios y que aprovecha las cosas que tiene a su alrededor. También se aprovecha de su enfermedad genética. Le dedicamos mucho trabajo a esa cuestión y, como no podía sentir dolor, incluimos ese rasgo en la coreografía. Cuando recibe un golpe no se queda clavado como haría una persona normal, ni siquiera hace un gesto de dolor. Eso fue un reto, no solo para nosotros y Stani, sino también para Jack, porque todos los huesos de tu cuerpo te piden que hagas una mueca cuando estás fingiendo que has recibido un golpe. Tenía que aprender a demostrar emoción mientras le golpeaban, pero sin mostrar dolor. Eso es muy difícil”.
  Quaid había recibido formación en artes marciales para papeles anteriores, por lo que aportó una gran base física a la película, en lo que respecta a la acción trepidante. “También me preparé mucho físicamente para este papel”, dice el actor. “Tuve que seguir un régimen de entrenamiento bastante estricto un par de meses antes, y luego, cuando llegué a Sudáfrica, empecé a hacer mucho entrenamiento de acrobacias. Stani y nuestro equipo de especialistas fueron increíbles, al igual que mi doble de acción, Hristo Dimitrov, que se llevó los golpes más fuertes de la película. En cuanto aterricé en Ciudad del Cabo, me guiaron a través de cada secuencia de acrobacias, asegurándose de que no solo me sintiera cómodo con cada movimiento, sino que pudiera aportar algo de mi personalidad a la acción. Fue realmente interesante trabajar en la coreografía de las escenas de acción mientras me esforzaba para no hacer muecas ni mostrar ningún dolor en mi rostro”.
  Los coordinadores de especialistas fueron meticulosos a la hora de idear este estilo de lucha que no solo encajara con el personaje, sino que también encajara con Quaid. “Cuando dimos con el estilo que queríamos, preparamos las peleas e incorporamos un montón de elementos diferentes, gracias a la peculiar situación que se narra en la película”, indica Gregg. “Aprende a aprovecharse de su capacidad, así que a medida que avanzamos en la lucha, se va mostrando cada vez más seguro de su estilo de lucha y su técnica. Cuando llegamos a la pelea final, la lucha es increíblemente truculenta”.
  Midthunder y Nicholson también tuvieron que esforzarse mucho para sacar adelante su propia parte de las escenas de acción. Midthunder llegó al lugar varias semanas antes del rodaje para prepararse con el equipo de especialistas. “Todos estábamos concentrados en respetar las especificaciones de la acción en la mayor medida posible porque, aunque esta es una historia con mucho sentimiento, también es una película de acción”, señala Midthunder. “Todos queríamos que la acción fuera estimulante y diferente, porque nunca se ha visto una acción como esta con un personaje como Nate. Estoy deseando que todo el mundo vea la acción”.
  A diferencia de Nate y Sherry, Simon es un exmilitar, lo que hace que su estilo de lucha sea muy diferente. “Fue divertido tener esta oportunidad de lanzarme a fondo y ver hasta dónde era capaz de llevar mis cambios físicos”, dice Nicholson, hablando de la preparación para este aspecto del personaje. Lo di todo. Hubo mucho esfuerzo físicamente intenso, pero fue muy divertido. Creo que la acción será una experiencia única para el público y es algo que no he visto en ninguna otra película”.
  En una de las escenas de acción más difíciles de realizar de Novocaine, que también es una de las favoritas del equipo, vemos a Nate tratando de sonsacar información a un tatuador, interpretado por el exgladiador y forzudo Garth Collins, de 1,90 de altura, y en ella Nate acaba volando por los aires, arrojado contra un espejo de cristal gigante en el salón de tatuajes. “Lo que lo hacía que fuera tan difícil era el hecho de que teníamos un espejo gigante, de suelo a techo, y solo teníamos uno, debido al coste, el peso y el tiempo que hacía falta para fabricar el espejo”, explica Olsen. “¡Así que teníamos que hacerlo bien a la primera! Nuestros coordinadores de especialistas y el increíble doble de Nate, Hristo, lo organizaron todo a la perfección. Preparamos todas las cámaras, incluida la cámara Phantom, que estaba configurada como cámara superlenta. Contuvimos la respiración, preguntándonos si el espejo se rompería. Por suerte, todo salió según lo planeado. ¡Ese día los dioses del cine nos echaron una mano”!
  Durante el rodaje de la primera parte de la pelea, llegamos a colocar guardias de seguridad en el plató para proteger el espejo.
“Fue un ejemplo perfecto de colaboración entre los diferentes departamentos, con un increíble nivel de sinergia: el departamento de cámara, los especialistas, peluquería y maquillaje, atrezo y prótesis, todos trabajando al unísono para lograrlo”, añade Simon.
  El salón de tatuajes también tiene una fantástica conexión con otra línea argumental vinculada con Nate, que lleva años haciéndose tatuajes a sí mismo. “Uno de los primeros detalles que percibí sobre Nate, mientras escribía el guion, fue que tiene una vida muy aislada, pero es un tipo creativo y apasionado”, explica Jacobson sobre los orígenes de esta idea. “Es artista, músico y es un ávido lector, que son muchas de las cualidades y talentos que uno puede desarrollar en casa por sí mismo. Y uno de esos talentos que quería que tuviera era el de tatuador. Empezó en secreto cuando era niño y fue evolucionado a partir de ahí”.
  Por supuesto, Nate no solo tuvo el tiempo y la creatividad para tatuarse todo el pecho y los brazos, sino que también le resultó muy útil el hecho de que no notaba los pinchazos de la aguja. Y a pesar de haber creado algo tan increíblemente detallado en su cuerpo, siempre había logrado ocultarlo bajo su ropa de trabajo. “Sherry es la primera persona a la que le ha enseñado sus tatuajes”, dice Quaid. “Esa es una gran expresión de lo mucho que le importa y de lo mucho que confía en ella. Los tatuajes son de temática fantástica y cuentan la historia de un caballero que rescata a una doncella de un mago y un dragón. Si se observa con atención, algunos de los temas de la película están representados en el lienzo del tatuaje de Nate. El departamento de maquillaje hizo un trabajo increíble para dar vida a este elemento. Había muchas piezas que tenían que encajar todos los días”.
  Al frente de los formidables equipos de peluquería y maquillaje estaban la jefa de departamento Christa Schoeman y el diseñador de prótesis Clinton Aiden Smith. “Contamos con un equipo de maquillaje y prótesis increíble dirigidos por Christa y por Clinton, que lograron materializar una alucinante experiencia con el personaje de Nate”, indica, entusiasmado, Tunnell. “Si no damos crédito al maquillaje y tampoco damos crédito a la continua devastación de su cuerpo y su aspecto físico, no aceptaremos lo que pasa en la pantalla y no nos involucraremos en la película. Pero lo que crearon fue tan natural, tan real, que hizo que la película cobrara vida”.
  Como muchos cineastas, Berk y Olsen nunca han escatimado esfuerzos para rodar de forma práctica, sin depender demasiado de los efectos visuales. “La apariencia es más auténtica y a los actores les resulta más auténtico cuando hay algo tangible que tocar y con lo que actuar”, señala Berk. “Así que en esta película las prótesis tienen un gran protagonismo. Hay mucha violencia, sangre, heridas, roturas y un montón de salvajadas. Tuvimos mucha suerte de encontrar a Clinton, que tiene un gran currículum, con películas como Guardianes de la galaxia y Resident Evil. Lo que hace es muy científico. El proceso de preparación es enorme y se apoya en un montón de tecnologías. Tenía que dividir la evolución de Nate en los 52 pasos diferentes de degradación física y tener un plan para cada uno de ellos. Analizaba los escaneos en 3D de Jack en diferentes momentos para poder decir: “Ha salido un poco chapucero ahí” o “Eso da un poco de miedo”. En la práctica, ha sido increíble ver cómo todas esas representaciones digitales cobraban vida. Jack pasó mucho tiempo todos los días en el sillón de maquillaje, especialmente a medida que avanzaba la película, pero creo que valió la pena”.
  “Clinton y el equipo de prótesis hicieron un trabajo estupendo”, dice Quaid. “Parecía de verdad. Indiscutiblemente, pasé mucho tiempo sentado en el sillón, pero no se podía decir nada cuando los resultados eran tan buenos”.
  El fabuloso trabajo del departamento de peluquería y maquillaje de la película fue especialmente crucial para la narración visual, ya que sigue el superpoder de Nate, que hace posible que su cuerpo se deteriore sin que se vea mentalmente afectado. “Estás viendo cómo se va desmoronando físicamente el personaje a lo largo de la película y al final acaba tan machacado y magullado que puedes, simplemente mirándole a la cara, imaginarte todo lo que le ha pasado”, explica Olsen. “En cada escena de lucha, acaba con algo nuevo que lleva a la siguiente. Al empezar la segunda escena de pelea ya tiene una mano chamuscada. Al inicio de la siguiente tiene los nudillos abiertos por haber golpeado un cristal con ellos. En la siguiente le arrancan las uñas. Así que simplemente de un vistazo, se puede apreciar la que le ha caído encima. Este elemento de la historia era algo que siempre nos fascinó”.
  Las prótesis debían integrarse a la perfección en las escenas de acción de la película, lo que supuso un reto adicional para los coordinadores y los actores de las escenas de acción. “La parte más difícil para nosotros fue que teníamos que usar el brazo roto, que se movía para todos los lados, o la mano chamuscada, e incorporarlos a la pelea”, explica Gregg. “Así que lo más difícil para los actores fue conseguir que las prótesis parecieran convincentes a medida que íbamos incorporando una tras otra a las escenas”. Es indiscutible que fue difícil, pero los actores también dicen que se lo pasaron en grande haciéndolo. “Mi escena favorita, de todas las barbaridades que le hicimos a Nathan, fue la de su mano derecha completamente achicharrada”, dice Quaid. “Me encantaba hacer gestos normales con la mano porque hacía que todo fuese repugnante y descacharrante a la vez, que es exactamente lo que quería que fuera esta película”.
  “La escena de la mano chamuscada es genial”, coincide Olsen. “Cuando Nate mete la mano en la freidora, es el primer momento de la película en el que decide aprovecharse de su capacidad de no sufrir dolor. Y a partir del momento en que mete la mano en la freidora, su mano está achicharrada durante el resto de la película. Así que después de rodar eso, tuvo que llevar puesto todo el tiempo un guante asqueroso, y no dejó de asustar a todo el mundo con la mano crujiente y requemada como un perrito caliente”.
  Otra de las escenas favoritas del equipo creativo fue la secuencia de tortura en la que Nate intenta ganar tiempo fingiendo que puede sentir el dolor que le infligen sin piedad. “En cuanto empezamos a roda la escena, nadie fue capaz de mantener la compostura”, recuerda Olsen. “Era desternillante ver a Jack sentado allí y gritando, ‘¡Oh no! ¡Por favor, no me haga más daño!”. Fue una de esas escenas en las que hubo un par de tomas falsas porque el equipo no podía parar de reír. Es la mejor sensación que se puede tener. Fue muy divertido de ver”.
  “Todos los equipos han cumplido con nota, desde peluquería y maquillaje hasta especialistas, pasando por prótesis y todo lo demás”, concluye Simon. “Sabes que está saliendo bien cuando tienes que apartar la vista de los monitores porque estás viendo algo explícito que le está pasando a un tipo que no puede sentir dolor. Era tan real y parecía tan visceral. Esa es la reacción que esperamos que tenga el público también”.

UNA EXPERIENCIA CINEMATOGRÁFICA EXPLOSIVA...
  Ahora que Novocaine llega con fuerza explosiva a las pantallas de cine, el público podrá disfrutar de unos personajes dinámicos en una historia con un concepto muy original, que combina una variedad de géneros con un lenguaje de acción tremendamente específico, que la separa de todo lo que se ha podido ver en la pantalla hasta ahora. “Esta película ofrece una acción increíble, toneladas de humor y un gran historia sentimental”, dice Simon. “Es una experiencia de acción y emoción sin freno, que hará que el público esté todo el rato a punto de saltar”. Se reirán y llorarán, y con las escenas de humor salvaje, tendrán que apartar la vista de la pantalla de vez en cuando. Es una película que hay que disfrutar en sala de cine, ya que es toda una experiencia cinematográfica. Cuando ves una película como esta con público, tienes la impresión de estar en un acontecimiento colectivo, y ese es el secreto del cine”.
  Berk está de acuerdo: “Hay ciertas escenas que las grabas y cuando ves las reacciones de los que te rodean, sabes que son la clave para lograr una experiencia digna de sala cinematográfica. Novocaine seguirá siendo divertida cuando la veas en el sofá de tu casa, pero no será ni de lejos tan divertida como verla en una sala oscura rodeado de varios cientos de personas”.
  Quaid dice que lo que más le entusiasma es que la gente disfrute del tono singular de la película y de la evolución que tiene Nathan Caine a lo largo de la misma. “Me encanta que Nate sea, en última instancia, un personaje muy positivo y despreocupado a pesar de todas las cosas horribles que le suceden”, dice el actor. “Esta película combina todos estos géneros de una forma absolutamente singular, que no se había visto hasta ahora. Es genial. Espero que el público lo disfrute. Va a ser una experiencia salvaje, y estaré muy emocionado de escuchar las reacciones que tengan lugar en las salas de cine”.
  El guionista de Novocaine está de acuerdo y añade que espera que el público, además de la acumulación incesante de acción y comedia, también encuentre en ella una historia de amor cautivadora y única. “Así es como siempre lo he interpretado”, concluye Jacobson. “Trata de dos personajes muy frágiles que provienen de dos extremos opuestos del espectro del dolor. Nate no puede sentir dolor y, por ello, se siente desconectado de la humanidad. Sherry utiliza el dolor como una forma de sentirse conectada con la vida y de recordarse a sí misma que está viva. Cuando estos dos personajes se conocen, hay química al instante, pero luego las circunstancias los separan hasta que finalmente se sacrifican el uno por el otro. En definitiva, de eso trata esta historia. No solo es Nate el que salva a Sherry. Sherry salva a Nate.

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