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NOTAS DE LA DIRECTORA...
Cuando leí la última página de No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, cerré el libro de Laura Norton y en ese momento pensé “Ojalá Paco (Francisco Ramos, el productor) me la ofrezca”. Pocos días después me llamó. Desde este momento la historia ya fue mía. Y dejó de ser un encargo. La novela refleja un mundo femenino auténtico. Me fascinó Sara, su verdad y sus contradicciones. Pensé que teníamos delante un personaje fascinante, mucho humor, optimismo, frescura, honestidad y sobretodo mucha VERDAD.
Quise que la película evocara todo el mundo de Laura Norton y que fuera fiel a su más pura esencia. Hubo momentos en las reuniones con los guionistas, Carlos Montero y Breixo Corral, en lo que reíamos porque decían que yo defendía la novela más que ella misma. Gracias a Laura Norton pudimos hacer esta película y le estaré eternamente agradecida.
'No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas' es la película de SARA y es la película de Verónica Echegui. Verónica se convierte, aporta y enriquece a SARA. El primer día que nos vimos, Verónica ya llego vestida como Sara y con gafas.
En general me gusta muchísimo el trabajo con los actores y sobre todo cuando, como ha pasado en esta ocasión, todos los actores iban a favor de obra. En el rodaje de No culpes al karma… ¡ha habido muy buena sintonía con todos los actores! Y se ha creado la magia que se necesita para que todo fluya, para creer en lo que se está haciendo y para conseguir buenos resultados.
Y esto solo se puede lograr cuando colaboras con un grupo de buenos actores y mejores personas.
Álex García es maravilloso para crear este ambiente de trabajo y buen rollo, así como David Verdaguer, que se implicó muchísimo desde el primer día de ensayos. Y luego, por supuesto, está Verónica… Conectamos desde el primer fotograma, flechazo total. Ella es espectacular,
logra que actores con menos experiencia como Alba Galocha o James Williams se sientan como en casa y enamora al equipo técnico. TODOS adoramos a la Echegui. Nos enamoramos de ella y de su Karma.
Álex García es un tipo maravilloso en todos los aspectos. Es interesante, activo, inquieto,…
Detrás de esa belleza arrolladora se esconde un alma dulce y tierna que te derrite. Trabajar con él es un placer casi terrenal. Te ayuda, te escucha, te aporta, te mira,…
David Verdaguer es talento para la comedia y tuvo toda la química y entendimiento con Verónica, cada una de las escenas con ellos fue tronchante.
Álex, Verónica y David se implican tanto con cualquier aspecto de la peli que acaba siendo un proceso creativo conjunto, más allá de la pura interpretación. Su ilusión es contagiosa y te ayuda a seguir adelante cada instante con mucha energía.
Como también lo ha sido con Jordi Sánchez, (el padre de mis protagonistas) y Elvira Mínguez que juntos crean un tándem maravilloso, original y sorprendente. Los padres de Sara se van a separar. No pueden estar juntos, pero separados mucho tiempo tampoco.
Y la otra pareja explosiva de actorazos pero no muy conocidos por la audiencia, son Alba Galocha, que irradia carisma por cada poro de la piel, y James Williams, que ha sido su primer rodaje, es Erik y como Erik prácticamente no entiende una palabra de español. Los 2 son pura naturalidad y espontaneidad. Maravillosos.
Hemos hecho un gran esfuerzo para que la estética de la película se pareciera a los personajes, que transpiran optimismo y ganas de vivir. El vestuario y localizaciones de la película se enmarca en un entorno alegre, colorista y hemos cuidado cada detalle en Ave del Paraíso, la tienda de la abuela, que Sara ha transformado en una tienda vintage de Malasaña, en todo el mundo mágico de las plumas, en el zoo, en Hong Kong…. En este rodaje pasamos de rodar en el zoo de Guadalajara de noche con frío y lluvia, al calor húmedo y asfixiante de las calles de Hong Kong. Entenderse en China fue difícil, todo era muy diferente. Pero realmente tengo un gran recuerdo de cada miembro del equipo chino, como gente cercana y muy buenos profesionales. La experiencia fue fascinante y, a pesar de las diferencias culturales, nos unía algo muy universal: hacer una película de amor.
'No culpes al Karma…' se parece algo a Lluvia en los Zapatos, quizá Karma incluso tenga algo más de comedia y puede llegar al espectador y tocar, como hizo Lluvia...
Como cineasta de alguna manera me siento con la responsabilidad de llenar salas y de llenar corazones. Y ambas cosas son compatibles en comedias románticas. Lo importante es que el sentimiento nunca quede ausente de ninguna película. Y en ese aspecto, yo nunca diferencio
entre hombres y mujeres. Por eso creo que Karma es una película de ellas y ellos.