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ENTREVISTA AL DIRECTOR...
¿Cómo surge el proyecto de la película?...
Por un lado, había presentado un proyecto para realizar una serie de ficción titulada Relatos inexplicados en la Bienal Arte Joven 2014 que, si bien quedó seleccionada, no fue finalista. Se componía por siete cuentos cortos escritos por mi hermano Julián basados en la teoría del iceberg de Hemingway, la cual propone mostrar sólo una parte de la historia, al igual que sucede al contemplar un iceberg desde el nivel del mar, donde vemos sólo una pequeña porción. Ese mismo mes, me invitaron a la presentación de una muestra teatral del taller de Alejandro Catalán, que consistía en siete escenas cortas en duplas. La interpretación de los actores me pareció tan genuina y conmovedora que no dudé en combinar ambos proyectos, proponiendo una película producida de forma independiente y colaborativa, como lo hizo John Cassavettes en “Shadows”. El entusiasmo reunió, además de los actores, a: camarógrafos, directores de fotografía, sonidistas, maquilladores, productores, guionistas y editores. En medio de la vorágine, tuve la suerte de cruzarme con Ygnacio Bergara, un compositor musical que había grabado un disco independiente con canciones impresionantes sobre la relación luz-oscuridad, quien se sumó desinteresadamente y le aportó un valor agregado a la identidad de la película.
Teniendo en cuenta que el proyecto se realizó de forma independiente y colaborativa, ¿cómo se llevó a cabo el diseño de producción?...
La producción colaborativa implica que cada uno, desde su lugar, aporta su trabajo, tiempo, experiencia y recursos sin ningún beneficio material. Además, nuestro presupuesto no podía superar los siete mil pesos -probablemente, el presupuesto real del film sería de doscientos mil -, y cuyo resultado nada le envidiase a una producción de costo medio -que rondan los tres millones-. Para ello, tuvimos que desarrollar un estilo y una impronta única desde la escritura. Establecimos una serie de dogmas: dos actores por historia con un equipo no mayor a ocho personas, una acción desarrollada en una sola locación y donde cada escena sea filmada en una única toma sin repetir para lograr, así, la esencia que tiene el teatro: una acción más viva, un hecho irrepetible.
Los actores debían conseguir la locación de cada historia y ensayar; los técnicos, los materiales que iban a utilizar; el director, reescribir todas las historias y encausarlas; los productores, diseñar y organizar. Antes de cada rodaje, hicimos tres o cuatro ensayos y probamos movimientos de cámara y tamaños de plano; de esta forma, podíamos lograr filmar en una sola toma. Si bien el proceso duró seis meses, fueron solamente siete jornadas de grabación y nueve meses de edición en una computadora portátil (a excepción de la corrección de color y la postproducción de audio que fue realizada aparte).
Mientras finalizábamos la postproducción, decidimos hacer una campaña de crowdfunding para conseguir dinero que, gracias al aporte de amigos que no solo son excelentes profesionales sino que creyeron en nosotros, lo recaudado fue utilizado para la distribución, también realizada de forma independiente. No haría otro proyecto que no se constituya y consolide de esta manera, creo que cuando uno trabaja desinteresadamente, se puede ver la esencia del arte, por eso el proyecto se llama “Oculto el sol”: la verdad está oculta, debemos destaparla.
Estas ideas que mencionás sobre “Oculto el sol” y la dicotomía luz-oscuridad, ¿se relacionan exclusivamente con tu forma de ver y pensar el arte o también abarca una filosofía más de corte personal?...
Hay algo de mi búsqueda personal que pivotea en torno al “despertar” como un nuevo estadío de la conciencia: Carl Jung habla de la oscuridad como un lugar sagrado de conocimiento que nos conduce a la verdadera iluminación. Aquellos que no aprenden nada de los hechos desagradables de sus vidas, fuerzan a la conciencia cósmica que los reproduzca tantas veces como sea necesario para que les deje alguna enseñanza. Lo que negás, te somete; lo que aceptás, te transforma. Así apareció la imagen de un gran eclipse solar, una sombra que nos entierra en la oscuridad, como idea argumental potente para unificar las historias que, como mencioné antes, fueron creadas para teatro, de esta forma, algunas las adapté al lenguaje cinematográfico y otras las creé desde cero a partir de elementos y temáticas autobiográficas.
¿En qué estás trabajando actualmente?...
Además de docente en nivel primario y universitario, dirijo publicidad y, próximamente, voy a lanzar mi propia productora. Paralelamente, estoy rodando Sonría nos estamos filmando, un documental sobre las formas de hacer humor en Argentina, y distribuyo “Oculto el sol” en festivales y proyecciones en circuitos de cine alternativos.
También estoy escribiendo un segundo largometraje, “L´altra història” (“La otra historia” en catalán) sobre una inmigrante que se obsesiona con el pasado de un hombre y su hija, construido a partir de juegos narrativos, como se plantea desde el título. Mientras voy creando, tengo en cuenta la producción y el presupuesto, si bien la idea es hacerlo con muy poco dinero, me gustaría filmar en Barcelona y contar con el apoyo de algún productor.