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QUÉ ES LA MÚSICA CALIPSO?...
   El calipso era antiguamente la música “ilegítima” de las clases bajas isleñas, y hacía las funciones de panfleto musical sobre los problemas de la época. Su origen está en la música de África Occidental llevada a Trinidad por los esclavos, y se cree que la palabra “calipso” procede del africano kaiso o “bravo”. Los dueños de las plantaciones coloniales europeas impusieron la prohibición de hablar, así que los esclavos africanos se comunicaban a través de sus canciones.
  En la actualidad, el calipso y su derivado, el soca, se basan en la mezcla característica del Caribe: la mezcla de raíces africanas con ritmos de las Indias Orientales llevados a las colonias caribeñas por los trabajadores contratados en la India británica; préstamos libres de la exposición colonial pasada por el filtro de los cantautores franceses y los baladistas ingleses; la mezcla con elementos del jazz y el soul negro estadounidense; y, con Venezuela a solo doce kilómetros de distancia, la incorporación de ritmos latinos vecinos como la rumba, la samba y el merengue.
  La estrella del calipso/soca Lord Kitchener habla de la musicalidad del calipso y de su accesibilidad a públicos más amplios. “El forastero no está tan familiarizado con este ritmo. Porque cuando nació, lo hizo en compás de 4/4”, ríe. En 1948, Kitchener grabó su primer disco de calipso en Londres, donde se convirtió en un éxito en los clubes. Poco después, Harry Belafonte, que reconocía a Kitchener como una importante influencia, llamó la atención sobre esa música. Kitchener regresó a Trinidad para fundar allí su propio club y abrió sus puertas a muchos artistas que necesitaban dar el salto. Cuarenta años más tarde, con la llegada del estilo musical soca, Kitchener compuso el éxito de la soca “Sugar Bum Bum”.
  Kavery Dutta Kaul vio por primera vez a este artista de setenta y tantos años bailando breakdance en uno de sus espectáculos.
Como dice el MC (maestro de ceremonias) en One Hand Don’t Clap: “Aquí llega un hombre que no piensa para nada en su edad”. One Hand Don’t Clap es un homenaje al difunto gran maestro, un músico consumado, un intérprete dinámico, una estrella muy querida y admirada de ese mundo. 
  La película es también un elogio a Calypso Rose, una joven tranquila y de voz suave, que escandalizó a su “buena familia cristiana” con su descarada y provocativa presencia en el escenario. Ellos esperaban que se casara y formara una familia, y en lugar de eso, optó por seguir una carrera como cantante y compositora de calipsos. Sobre el escenario, provoca a su público con ese lado atrevido y seductor de su personalidad.
  En One Hand Don’t Clap, Rose recuerda que fue Kitchener quien le dio la primera oportunidad.
También la empujó a “moverse” en el escenario cuando cantaba, y eso fue lo que la ayudó a triunfar. Después de todo, como ella dice: “Con una mano no se aplaude”, un dicho antillano que significa “con un poco de ayuda de mis amigos”.
  La victoria de Rose en el concurso Carnivaltime de 1978 ilumina su importancia histórica como la primera mujer que alcanzó tal éxito y popularidad en ese mundo.
  Presagiando el movimiento #MeToo que se avecinaba, en 1986, Kavery la filmó canturreando: “Solomon, ¿por qué diablos me acosas?
Ya ves que no nos ponemos de acuerdo.
  Todos los días hay peleas en este lugar. Si me tratas mal, me dejas la cara negra y azul”.
Mucho antes de la incorporación de los avances tecnológicos y las nuevas formas de difusión, esta música de la calle fomentó una rica tradición oral. Cantantes de nombre grandilocuente hablaban de un amplio espectro de temas: acontecimientos locales, política internacional, nuevos descubrimientos, escándalos, filosofías de vida. El calipso gozó de una atención temprana en los años 30, cuando la compañía Decca grabó canciones que aparecen en la película, como Money Is King, de The Growling Tiger (1916–1993).
  Lord Pretender (1917-2002) fue el maestro del calipso extemporáneo, y en One Hand Don’t Clap arroja luz sobre aquellos primeros días de esta música.
  Hoy en día, los lanzamientos de discos de calipso prenavideños marcan el inicio del camino anual desde los estudios de grabación de Nueva York hasta el Carnaval de Trinidad, con sus ritmos bañados por el sol y su fiesta mundialmente famosa. De Nueva Orleans a Venecia, pocos carnavales, por no decir ninguno, pueden igualar esa celebración.
  En la película, Kitchener y Rose estudian a las jóvenes promesas que competirán en el Concurso del Monarca Calipso del Año, una rica adición al reparto de One Hand Don’t Clap, como Black Stalin (1941-2022), un favorito del público, desde los clubes caribeños hasta el Village Gate de Nueva York, con su soca beat y una gran variedad de temas. Originalmente conocido como Mighty Stalin, un nervioso maestro de ceremonias lo presentó una vez como Black Stalin, y el nombre se quedó. David Rudder (1953) nunca adoptó un nombre calipso. Ha publicado en Sire Records y sigue perfeccionando su personalísimo estilo de calipso. The Mighty Duke (1932- 2009), de nacimiento Kelvin Pope, se coronó cuando ganó la Monarquía del Calipso tres años seguidos. Dejó un trabajo en los yacimientos petrolíferos de Trinidad para cantar calipso. También aparece en la película Natasha Wilson (1975), una talentosa colegiala en la época del rodaje, que se convirtió en
una conocida estrella infantil. En la actualidad, sigue actuando internacionalmente.

DECLARACIONES DE KAVERY DUTTA KAUL SOBRE 'ONE HAND DON’T CLAP'...
Su definición de la música calipso y su origen político: “La película trata sobre el efecto duradero del calipso, sobre todo en una nación que festeja con disfraces y música. A veces se tratan temas como el terrorismo, la violencia doméstica, las relaciones entre hombres y mujeres, u observaciones sobre la vida; es la música de la danza, la fiesta, la política y la cultura; una intersección de todas esas cosas. El calipso comenzó como la música de los esclavos africanos a quienes no se les permitía hablar entre sí. Obviamente, tenían opiniones que compartir y las compartieron a través de sus canciones.
Es una música de resistencia: el calipso siempre ha sido muy político”.

Sobre su descubrimiento de Lord Kitchener: “Cuando escuché a Kitchener, me di cuenta de que era un genio musical. Era antillano, de una colonia británica, que llegó a Londres con esperanzas y sueños, pensando que compartirían con él cosas buenas. Pronto descubrió que era un inmigrante, que no era tan bien recibido como había pensado. Descubrió lo difícil que era: la alienación, el desplazamiento.
Pero persistió. Era muy decidido. Convirtió el calipso en un gran éxito en los clubes de la zona. Y luego, con el tiempo, quiso volver a casa, a Trinidad. Lo maravilloso de Kitch era que cada vez que conversaba con él, inmediatamente se ponía a cantar o a tocar la guitarra. Así que tocó un poco para mí”.
Sobre las dificultades de Calypso Rose y su carrera: “Fue una lucha. Nadie en su familia la apoyaba, no lo veían como algo muy respetable”.

Sobre el reestreno de la película: “Quiero que la gente piense: ‘Madre mía, ¿cómo es posible que no haya escuchado antes esta música? Tengo que escucharla más”.

ENTREVISTA CON KAVERY DUTTA KAUL...
¿De qué trata la película?...
Es un documental sobre la música calipso y el nacimiento del soca a través de los ojos de Lord Kitchener y Calypso Rose. Ellos cautivan al público y lo llevan desde los estudios de grabación de Nueva York hasta el Carnaval de Trinidad, y por el camino conocen a otras estrellas, tanto jóvenes como veteranas. Para mucha gente fuera del Caribe y la diáspora caribeña, es una oportunidad para conocer a Kitchener, su talento creativo y su arte siempre fresco y novedoso que ha influido en la música popular de todo el mundo.

¿Cuál fue tu inspiración para hacer una película sobre quien conocemos como el Gran Maestro?...
Yo nací en la India, así que no es tan extraño que me atrajera Trinidad. Y vivo en Nueva York, así que no es tan extraño que me atrajera la escena musical de Brooklyn.
Ahí fue donde vi a Kitch por primera vez.
Me sorprendió su potencia musical y su presencia en el escenario. Era vitalista, lleno de energía. Me quedé boquiabierta cuando empezó a bailar breakdance, con más de 70 años. Así que supe que tenía que hacer Esta película. Y pasé mucho tiempo con Kitch, charlamos, nos reímos juntos. Fui a muchas de sus actuaciones en Brooklyn y en Trinidad. Fue realmente especial escucharlo hablar sobre ello. Se sentaba con su guitarra, tocaba fragmentos de su música y me contaba historias de su vida. Fue una experiencia de la que nunca me cansé. Y ahora que ya no está con nosotros, siempre atesoraré esos recuerdos.

¿Qué canción de Kitchener le hizo pensar: “Este hombre tiene algo”?...
Hay muchísimas, pero la primera que me viene a la mente es Pan in A Minor. Los ritmos, el compás, la energía, su dominio de la música, el steeldrum y lo que decía la canción. Piden un cambio, y eso es lo que voy a hacer. Y él siempre estaba al tanto de todo. Marcaba el camino y nosotros simplemente lo seguíamos. Yo lo seguí hasta Trinidad.

¿Qué te llevó a incluir tanto a Lord Kitchener como a Calypso Rose en la misma película?...
Son grandes figuras. Ya sabes que Rose fue la primera mujer en ganar un título, creo que en 1978, y hubo que cambiar el título de rey a monarca debido a su victoria. Tanto Rose como Kitchener son muy importantes para la historia de la música calipso. Y Rose me contó cómo Kitch la ayudó cuando empezó, cómo le aconsejó. Le dio consejos sobre la interpretación, todo eso está en la película. Es mérito de Rose haber logrado todo lo que ha logrado y seguir en plena forma. Y es mérito de él haber ayudado a Rose cuando vio a una joven que se esforzaba tanto y haberla ayudado a convertirse en lo que ha llegado a ser.

¿Hay planes de reestrenar la película para que podamos volver a verla aquí?...
Me alegra decir que, tantos años después, One Hand Don’t Clap se está restaurando. Como sabrán, las películas, al igual que las imágenes de hace décadas, necesitan ser restauradas o corren el riesgo de perderse. Y lo que es muy alentador es que cada vez se aprecia más la rica importancia cultural de una película como esta.
Por supuesto, tenemos previsto reestrenar la película en Trinidad. Queremos que todos los que la vieron antes tengan la oportunidad de volver a verla. Quizá incluso se vean a sí mismos entre el público de hace años.
Y para todos los que entonces eran demasiado jóvenes, o quizá ni siquiera habían nacido, es una oportunidad para conocer a Kitch ahora, para rendirle homenaje, a él, a Rose y al resto de estrellas de la película.

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