INFORMACIÓN EXCLUSIVA
El propio Hugo Medina, uno de los protagonistas del film, fue víctima de la dictadura de Pinochet, durante la cual fue detenido, encarcelado y torturado y finalmente tuvo que exiliarse en Londres. El actor explica cómo fue interpretar a uno de los responsables de estos abusos: “Cuando estás en un proceso de interpretar la conducta de un ser humano así como él, tú tienes que, no justificarlo ni cuestionarlo, sino sencillamente entender sus mecanismos psicológicos [...] Es súper complejo, yo tenía una opinión, por supuesto, sobre este ser humano, pero como intérprete, tengo que tratar de limpiarme de los prejuicios y no cuestionarlo”.
La película está ambientada en 2013, cuando los cinco perpetradores, ya ancianos, se encuentran cumpliendo sentencias de siglos de duración. Hoy, pasado el cincuenta aniversario de la dictadura, Chile experimenta un retorno de esta ideología dictatorial, como explica Felipe Carmona: “Hay un rebrote de la ultraderecha, del pinochetismo y pareciera que los militares vuelven a creer que una parte de la población les reconoce lo que hicieron, no se avergüenzan ni piden perdón”. La condena de no conocer la propia historia es repetirla, y parece que esto es lo que está pasando en Chile: “la nueva propuesta de constitución es incluso más conservadora que la impuesta por la dictadura, hoy, en 2023. Una de sus cláusulas incluso daría la opción a los hombres en la historia de nuestra película de cumplir el resto de su condena fuera de la prisión, bajo arresto domiciliario”. Con esta película, el director apela a la memoria colectiva del país. Pretende que nadie se olvide de estos hechos para, precisamente, evitar que se repitan.