 |
|
SINOPSIS
Un industrial está decidido a irse a vivir al campo, para encontrar la paz que no tiene en la ciudad. El matrimonio además de varios problemas acusa el hastío sexual, lo que hace que este hombre comience a evaluar lo que es importante para él a través de una serie de visiones de su pasado como de su presente y de los posibles futuros que le aguardan...
INTÉRPRETES
NATHALIA ACEVEDO, ADOLFO JIMÉNEZ CASTRO, WILLEBALDO TORRES, ELEAZAR REYGADAS, RUT REYGADAS
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
CRITICA
TRÁILER
BSO
CLIPS 
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE
GALERÍA DE FOTOS
PREMIOS Y FESTIVALES
INFORMACIÓN EXCLUSIVA
NOTAS DEL DIRECTOR...
La película no es tan abstracta ni caótica como pueda parecer. No se enmarca en el posmodernismo.
Sencillamente, gran parte se desarrolla en un presente consciente. Las películas suelen abordarse a través de la narración, pero 'Post tenebras lux' consigna las diferentes percepciones de la existencia, por lo que contiene el presente, el inconsciente, los sueños, los recuerdos, las imágenes del futuro y la conciencia de lo que nos rodea, como pueden ser unos chicos jugando al rugby en Inglaterra mientras estamos hablando. Las escenas que transcurren en la playa o durante la Nochebuena corresponden al futuro. Pero Juan, el personaje principal, no es el diablo ni tampoco el cazador en la barca. Einstein dijo que formamos parte de la globalidad de un universo en el que el presente, el pasado y el futuro solo son una percepción. El partido de rugby de la película corresponde a la percepción de esta realidad continua. 
Aunque estemos ausentes físicamente de la misma, sabemos que dicha realidad existe.
La película, al igual que la realidad, puede leerse en diferentes niveles. Estas diferentes percepciones de la realidad son el tema del film. En el plano estrictamente narrativo, 'Post tenebras lux' cuenta la historia de una familia que tiene miedo. Un buen día, roban en la casa y el padre muere. Hay un conflicto social latente en el corazón de la película. México es un país amestizado, pero en el plano cosmológico y de la percepción del mundo, este mestizaje no existe realmente. Juan y su familia pertenecen claramente a la educación occidental del país, al contrario que los demás personajes. La película desvela la tensión, la colisión entre los dos mundos. No habla de
clases, como quizá crean los europeos, sino de dos conceptos del mundo. Juan encarna el Occidente. Siempre es amable con los que le rodean, intenta acercarse a los demás, pero no deja de sentirse superior. Siempre tiene miedo y es presa de la culpabilidad ontológica, que no tiene nada que ver con la culpabilidad de clase. No hago una apología de la cultura tradicional de México, sé que está devastada. Por eso, en la película se ve a hombres que cortan árboles, que desvalijan la casa de otro fingiendo que son amigos.
La película comprende estos aspectos sociológicos. También habla de la pérdida de la inocencia. Solo los niños, las plantas y los animales están tranquilos. 
Escogí este título de acuerdo con la visión que Juan tiene del mundo. No le falta nada, tiene una casa, dinero, salud, una mujer e hijos que le quieren, pero no está satisfecho. A pesar de vivir en la plenitud, se mueve entre tinieblas. Sin embargo, ya en su lecho de muerte, le ilumina un rayo y ve las cosas de otra manera. De ahí el título. Antes de escribir el guión, leí Guerra y paz, de Tolstói; la historia de Juan podría ser la del príncipe Bolkonsky, siempre insatisfecho con su vida y cuya visión del mundo cambia en el momento de su muerte.
La idea de 'Post tenebras lux' es todo lo ontrario a la idea de la Ilustración. Antes nos ovíamos en las tinieblas, pero con la llegada de la razón y de la libertad, entramos en la luz. La postura de la película es a la inversa: la razón nos sume en las tinieblas, la soledad y la ceguera.
Juan solo consigue acercarse a la luz que tanto necesita cuando conecta con su infancia, sus sensaciones, sus recuerdos. Desde el punto de vista político, la película hace referencia a las tinieblas en las que vive México actualmente, a su cultura original ahora pervertida. La violencia de la que tanto se habla con referencia a este país está ligada a una crisis espiritual. En México esperamos la luz. Claro está que cada uno de nosotros deberá definir qué es la luz. Para mi personaje, se trataba de reconectar con las sensaciones antes de separarse de este mundo. La autodecapitación que ocurre hacia el final de la película es consecuencia de la desesperación. Este 
hombre está desesperado porque ha perdido a su familia, ha traicionado a su amigo Juan y ha matado. Se da cuenta de que solo ha hecho el mal. Incluso a los árboles que caen en ese mismo momento. Igual que Atila, que dejó una estela de devastación tras él. Me vino la imagen porque soy mexicano y se ven muchas cabezas decapitadas en los periódicos. Es una parte permanente de nuestro imaginario.
La lluvia de sangre, consecuencia directa de la cabeza arrancada, corresponde a lo que siento por mi país. Siento que vivo en un país en el que continuamente llueve sangre. No he querido hablar de la propagación del mal en el mundo. No creo para nada en el mal en su acepción religiosa, pero sí en los actos que pueden ser destructivos o creativos. El diablo, en la
película, no es una representación del mal. Entra en la casa, explora las estancias con curiosidad, llega a la habitación del niño y, en vez de hacerle daño, ambos se limitan a mirarse.
El niño tiene seis años, la cultura empieza a contar para él. Está Dios, la trascendencia, pero el niño ve al diablo y no se asusta porque, a su edad, desconoce lo que es el mal. Y el diablo entra en la habitación de los padres con su caja de herramientas porque puede trabajar con los adultos, de los que es una construcción maniqueísta.
Era más sencillo rodar a mis hijos en mi casa para representar a la familia. La intimidad, para mí, no se limita al dormitorio, sino a la visión que se tiene del mundo. 
Habita en los conflictos internos, en un lugar mucho más privado y sagrado que la desnudez física. No me asusta mostrar mi casa, a mis hijos, a la gente que conozco, por eso algunos dicen que es mi película más personal, pero no es verdad. 'Luz silenciosa' mostraba un idioma, una religión que desconocía, y sin embargo es mucho más personal. Me siento cerca de los conflictos, las aspiraciones y la confusión del personaje principal. Juan no es mi alter ego en 'Post tenebras lux'. Pero lo que ve y hace se corresponde con lo que vivo. Ese es el único aspecto autobiográfico del film.
La película no es religiosa, pero se sustenta en el misterio que yo mismo siento. Descubrí varios elementos después de haberla rodado. Para mí, una película es como un carro tirados por caballos
que corresponderían a la intuición. El carro es la razón. La intuición domina y guía a la razón. Tengo ganas de sentir el mundo de ese modo, sin conceptualizarlo. Recuerdo que, siendo niño, me colocaba debajo del piano mientras mi hermano golpeaba las teclas. Toda la habitación vibraba y casi oía respirar la madera. Una sensación en estado puro. Es lo mismo que evoca Juan en su lecho de muerte.
Cuando visitan una sauna libertina, puede que mis personajes simplemente quieran vivir con más intensidad, experimentar otra cosa. No significa que se sientan insatisfechos. Mucha gente me pregunta por qué la sexualidad ocupa un lugar tan importante en mis películas. No es más importante en mi cine que en mi vida. No intento representar el sexo, sino mostrarlo tal como es en la vida real.
El formato algo cuadrado, con los bordes un poco desenfocados, es lo que más se acerca a lo que vemos realmente, a nuestra visión circular. He intentado reproducir esta visión en la película para que sea cognitiva. Un objetivo estaba mal colocado en la cámara y descubrimos la posibilidad de desdoblar la imagen, como si fuera un reflejo. Me pareció maravilloso, pero al principio fue el producto de un accidente. Hice caso a mi intuición en un intento de estar lo más cerca posible de la percepción. Lo más fuerte en el arte es poder mirar la vida a través de los ojos de otro. Cuando vemos las películas de Tarkovski, sentimos el mundo tal como lo percibía, y es realmente impresionante.
Eso mismo he intentado en esta película. Un poco como si se conectaran cables a mi cerebro mientras duermo y saliesen los sueños. Pero no son sueños desprovistos de sentido; al contrario, generan un haz de interpretaciones.
