|
SINOPSIS
El fantasma del tenebroso Capitán Salazar y sus hombres escapan del Triángulo del diablo con la intención de ajusticiar a todos los piratas que encuentren en alta mar. La única esperanza es Jack Sparrow, que se encuentra en busca del legendario tridente de Poseidón, artefacto que otorga a quien lo posea el control total sobre los mares...
INTÉRPRETES
JOHNNY DEPP, KAYA SCODELARIO, JAVIER BARDEM, ORLANDO BLOOM, BRENTON THWAITES, GEOFFREY RUSH, DAVID WENHAM, STEPHEN GRAHAM, GOLSHIFTEH FARAHANI, KEVIN McNALLY, MARTIN KLEBBA, KEIRA KNIGHTLEY, PAUL McCARTNEY
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE
SECUELAS:
Piratas del Caribe: La maldición de la perla negra (2003)
Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto (2006)
Piratas del Caribe: En el fin del mundo (2007)
Piratas del Caribe: En mareas misteriosas (2011)
INFORMACIÓN EXCLUSIVA
VOLVEMOS A BORDO...
Cuando Jerry Bruckheimer y Disney decidieron lanzarse a hacer la siguiente película de "Piratas del Caribe", empezaron a buscar una nueva historia que diera un impulso renovador a la franquicia pero conservando los elementos de fantasía, acción, comedia, así como los componentes sobrenaturales que habían causado sensación en la primera película.
Al final, la búsqueda les condujo al excelente y experimentado guionista Jeff Nathanson, que empezó a desarrollar la historia con el veterano guionista de “Piratas del Caribe”, Terry Rossio. Rossio, que comparte varios créditos con Nathanson, escribió los guiones de las cuatro primeras películas de la serie "Piratas del Caribe" con su compañero de escritura, Ted Elliott.
Aunque sentía un gran respeto por lo que se había hecho en las cuatro primeras películas, Nathanson quería dejar su propia marca. “A Jeff no le intimidó la historia de la franquicia", explica el productor ejecutivo Chad Oman. “Analizó con objetividad la serie y aportó un punto de vista creativo e innovador. Además, es un hombre muy divertido que sabe escribir con mucho humor”.
“Soy un gran fan de la franquicia y siento un enorme respeto por lo que Ted y Terry han creado", dice Nathanson.
“La franquicia de 'Piratas' es muy complicada", continúa Nathanson, "porque combina grandes dosis de acción con suspense sobrenatural, romance y comedia. Es también una epopeya muy bien documentada que intenta ser fiel a la época. La clave es equilibrarlo todo contando una buena historia que emocione, y encontrar maneras de utilizar estos personajes como no se había hecho nunca”.
“La Venganza de Salazar" continúa lo que se había convertido en un subtexto en la tradición de las anteriores películas de "Piratas del Caribe", una historia sobre padres e hijos.
Como Ted Elliott y Terry Rossio antes que él, Jeff Nathanson también estudió la atracción original de Disneyland para encontrar el tono y algunas ideas. “Tengo tres hijos", señala, "así que no fue difícil llevarme a la familia para investigar en Disneyland. La atracción es una fuente increíble de inspiración, y resulta difícil no servirse de sus elementos para escribir el guión”. Y, de hecho, el título en inglés de la nueva película hace hincapié en las palabras abominables que se pronuncian con tono lúgubre en la atracción original: "Dead Men Tell No Tales”.
CAPITANES AL TIMÓN...
Mientras Jeff Nathanson estaba ocupado materializando la visión de los realizadores y el espíritu de la nueva aventura, empezaron a buscar en serio un nuevo director. Pero lo que nadie esperaba era terminaran no con uno, sino con dos. O que vinieran de Noruega, a más de 8.000 kilómetros de Hollywood, un país con su propia tradición histórica de piratas marineros... aunque allí se les conoce con el nombre de vikingos.
En realidad, el equipo noruego de dirección formado por Joachim Rønning y Espen Sandberg que ya había deslumbrado al público de todo el mundo con "Kon-Tiki".
Al explicar su elección de directores, Bruckheimer dice: "Si consigues que directores nominados al Oscar® jóvenes, agresivos y entregados cuenten una historia que ya hemos visto cuatro veces, tienes garantizado un enfoque totalmente nuevo. Y eso es lo que queríamos. Queríamos que aportaran su creatividad y su gran cultura cinematográfica para que este 'Piratas' fuera especial y fresco”.
Para los directores, la oportunidad de formar parte de la franquicia "Piratas del Caribe" era un sueño hecho realidad. “Es el tipo de película que nos gusta y con la que crecimos", dice Sandberg. “Esa mezcla de aventura, acción y comedia es lo que siempre nos ha fascinado de las grandes películas norteamericanas”.
“Sabíamos que intentar algo original con la quinta entrega iba a ser un desafío, pero eso era importante para nosotros", continúa Rønning, a lo que Sandberg añade: "Es una franquicia increíble y una gran responsabilidad para nosotros. Esta saga tiene muchísimos fans en todo el mundo, y nosotros también lo éramos cuando veíamos las películas en Noruega”.
A Rønning y Sandberg también les fascinó la idea de estar a las órdenes de un productor que admiraban desde hace muchos años. “Cuando éramos niños veíamos las películas de Bruckheimer", dice Rønning. “Pero al ser noruegos, ese tipo de películas nos parecían muy alejadas de nosotros. Recuerdo nuestras primeras reuniones con Jerry. Espen y yo estábamos alucinados porque para nosotros es un héroe. Íbamos a trabajar con alguien con quien crecimos y a quien idolatramos. Es una leyenda”.
Para los directores era importante que "La Venganza de Salazar" fuera tan divertida para los espectadores que nunca habían visto una película de "Piratas del Caribe" como para los antiguos fans de la franquicia.
Al referirse a su enfoque, Rønning dice: "Todas son grandes películas, pero la primera 'Piratas del Caribe' era especial. Queríamos recuperar algo de ese espíritu y hacerlo un poco más oscuro, un poco más crudo. Para nosotros también era muy importante que Jack Sparrow siguiera siendo Jack Sparrow. Y al igual que hicieron en la primera película de 'Piratas', queríamos crear personajes reales con los que el público pudiera identificarse. Hay una historia de amor real y después Jack Sparrow entra y echa a perder la fiesta. Esa dinámica y esa estructura era lo que buscábamos pero manteniendo intactos los elementos más oscuros”.
Trabajar en una película de esta envergadura y presupuesto era una novedad para los directores, pero lo cierto es que no se sintieron intimidados.
Al resumir la experiencia de trabajar en la película, Rønning dice: "Todos los días de rodaje tenían un componente surrealista y no sólo porque se trata de una superproducción, también por los personajes, los barcos y todos esos elementos que han significado tanto para nosotros cuando éramos pequeños y veíamos las películas. Así que fue como volver a estar en la zona de arena del parque pero en vez de cubos, teníamos todos estos juguetes alucinantes con los que poder jugar. Sentía la magia cuando recorría el set y veía a todos esos personajes a mi alrededor. Era alucinante”.
¡LEVAD EL ANCLA E IZAD LAS VELAS!...
Los jefes de producción cambiaron el acento británico por el acento australiano y decidieron trasladar el rodaje de "La Venganza de Salazar" a lugares muy remotos. Después de explorar numerosas localidades internacionales, la producción se decidió por el paraíso de Gold Coast en el estado de Queensland, situado en la costa este de Australia. El rodaje de la quinta entrega de la ya legendaria serie, “Piratas del Caribe: La Venganza de Salazar”, comenzó el 16 de febrero de 2015.
Durante el rodaje, la producción echó el ancla en diferentes localizaciones de la costa australiana, en particular Moreton Bay, Lennox Headland Reserve, Hastings Point, Tamborine Mountain y las famosas Islas Whitsunday, antes de atracar definitivamente en Vancouver, Columbia Británica, para los 13 últimos días de rodaje.
Para el director de fotografía Paul Cameron esta es su primera película de "Piratas del Caribe". “Para Paul Cameron está es su primera incursión en una cinta de 'Piratas del Caribe'", dice Bruckheimer. “Así que también aporta una perspectiva fresca. Tiene un ojo increíble y es alguien que sabe utilizar la luz y hacer que las cosas sean espeluznantes y aterradoras, pero también muy vibrantes. Toca todos los palos y no es que le dé un nuevo aspecto a la película de 'Piratas' sino un aspecto diferente”.
El diseñador de producción Nigel Phelps, que había creado los sets y los barcos gigantescos y meticulosamente detallados de "Pearl Harbor", la película de Bruckheimer, se enfrentó a la tarea de diseñar y construir un gran número de entornos, desde una aldea caribeña completa hasta la tumba de un dios en el fondo del mar. También diseñó 13 barcos, algunos de 48 metros de eslora, incluyendo una Perla Negra completamente reconstruida y la Venganza de la Reina Ana y el "castillo flotante" del Capitán Salazar, el imponente galeón Silent Mary tanto en versión pre como post fantasma, así como barcos de guerra de la Marina británica, barcos pirata, y la desvencijada Dying Gull, que el Capitán Jack incauta a falta de algo mejor. “Lo principal es respetar lo que ha ocurrido en las películas anteriores", señala Phelps, "que ya era de por sí fantástico, pero actualizándolo e intentando que el público vea imágenes que no había visto antes”.
La historia comenzó el primer día del rodaje, y los directores Joachim Rønning y Espen Sandberg abordaron en primer lugar las gigantescas escenas del enorme set que reproduce la ciudad de St. Martin. Se trata de un pueblo ficticio del Caribe concebido por Phelps y por el director de arte Ian Gracie, y construido por un verdadero ejército de artistas y artesanos. Construido en cinco hectáreas de terreno verde en el suburbio de Maudsland, St. Martin es una versión muy imaginativa de una aldea colonial británica del Caribe, hacia 1750.
Teniendo en cuenta que tanto Port Royal como Tortuga ya se habían reproducido en anteriores películas de "Piratas del Caribe", Phelps quería crear para "La Venganza de Salazar" un entorno que resultara nuevo y diferente para el público. “Creé una mezcla de estilos entre inglés, italiano y francés, y apliqué colores caribeños a una arquitectura de corte europeo", explica Phelps. Phelps encargó al jefe de construcción Sean Ahern construir varias estructuras individuales de manera que las pudiera levantar una grúa para llevarlas a otra parte de la ciudad que, según Phelps, "es una buena idea porque te permite multiplicar el número de edificaciones”.
Uno de los puntos culminantes del deslumbrante set a escala de la ciudad de St. Martin fue Swift's Chart House. La atrezzista Beverley Dunn la llenó con mapas, gráficos, libros, globos terráqueos, maquetas de barcos y, como pieza central, un enorme telescopio que sobresale por el techo del observatorio. “Quería que Swift's pareciera un lugar muy académico y teatral", dice Phelps. “Quería que fuera al mismo tiempo una biblioteca, un museo, y un observatorio”.
Las secuencias iniciales de St. Martin contaron con casi 500 extras magníficamente ataviados por Penny Rose, con carros y carruajes tirados por caballos, animales y todo un banco hecho de madera arrastrado calle abajo por un grupo de caballos manejado por la banda de piratas del Capitán Jack. Lo que se dice robar un banco de forma literal. Esta secuencia importante y compleja se rodó intermitentemente durante varias semanas.
El 23 de febrero, la primera mañana del rodaje del atraco al banco, el primer ayudante de director Chris Castaldi, examinó el espectáculo que tenía ante él en el set de St. Martín, y tomó las siguientes notas sobre el rodaje que se iba a desarrollar: “Doce caballos tirando de todo un edificio que reproduce un banco van a galopar calle abajo y estrellarse contra un mercado. Tres de los puestos tienen trinquetes así que van a rebotar en las paredes. Después tengo a unos 40 especialistas saltando por todas partes. Paul Cameron tiene siete cámaras, dos lentes largas, dos Crashbox, una cámara de mano, una grúa en un tejado y un drone volando por el cielo. Así que es una manera muy divertida de empezar un lunes. ¿Qué podría salir mal? ¡Va a ser genial!”
Está claro que el coordinador de especialistas Tommy Harper tenía mucho trabajo por delante con esta secuencia extraordinariamente difícil. “Comenzamos con una explosión, justo fuera de la verja", dice sonriendo. “Teníamos al gran luchador australiano, Grahame Ware, Jr., en el caballo principal. Y contábamos con Mark Tearle, un magnífico piloto de motos y especialista de Gold Coast, conduciendo el banco”.
¿Y cómo se conduce un banco?
“El vehículo, llamado Manitou, es un tractor y el departamento de arte construyó todo el edificio del banco alrededor de él", explica Harper. “El banco tiene una fachada falsa de plexiglás y aunque no se puede ver a través de ella, Mark sí puede ver desde el interior. Fue un verdadero trabajo de equipo entre los jinetes, el departamento de efectos especiales, y nuestro departamento de especialistas”.
En la segunda semana de rodaje, la producción se trasladó al "parque de barcos" en el cercano pueblo de Helensvale. Era un recinto repleto de barcos montados sobre sofisticados cabezales informatizados y platos giratorios desarrollados por el supervisor de efectos especiales John Frazier, ganador de varios Oscar®, y que ejerció de consultor en la película.
El primer barco que se filmó en el parque de Helensvale fue el buque de guerra británico Essex y, con actores y extras maravillosamente bien iluminados por el director de fotografía Paul Cameron en la cubierta, con humo y niebla flotando sobre los mástiles y velas, incluso los que estaban acostumbrados a rodar en mar abierto en las anteriores películas tuvieron que reconocer que la magia había funcionado.
“Antes de empezar, decidimos que el rodaje iba a tener lugar sobre todo en tierra", explica el productor ejecutivo Joe Caracciolo, Jr. “Construimos dos enormes espacios de pantallas azules y colocamos bloques de cemento en Helensvale. Contamos con dos configuraciones de barcos, versiones de 33 y 40 metros, y manteniendo el mismo chasis y tipo de arrastre, el diseñador de producción Nigel Phelps y su equipo crearon más de diez naves diferentes para construir los sets encima de ellas”.
“Era imposible construir 13 barcos de verdad para rodar en el agua", señala Jerry Bruckheimer. “Habríamos perdido muchísimo tiempo llevando en ferry al reparto, al equipo y a los extras desde tierra al mar, sin contar las semanas o meses pendientes de las condiciones meteorológicas y de luz”.
Con la creciente sofisticación de los efectos digitales, resulta difícil distinguir entre uno y otro, y ese trabajo recae en el supervisor de efectos visuales Gary Brozenich, que recibió una nominación al Premio de la Academia® por su estelar trabajo en la producción de Bruckheimer "El llanero solitario" y ya aportó muchos efectos visuales a "Piratas del Caribe: En mareas misteriosas”.
En la película, Brozenich y sus equipos de efectos visuales se enfrentaron a un montón de desafíos ya que tuvieron que crear 1.800 efectos visuales, desde agua fotorrealista donde no existía hasta los efectos de maquillaje de Salazar y su extrañísima tripulación pasando por crear uno de los ataques de tiburones más aterradores de la historia del cine, gaviotas fantasmagóricas e incluso una figura de proa que cobra vida, sin olvidar las batallas del asediado Capitán Jack.
¡QUE ME PARTA UN RAYO!...
Javier Barden se convirtió en el vengativo Capitán Salazar en la tercera semana de rodaje. Él y su tripulación fantasmal son una aterradora representación del deterioro espectral de la carne humana. Van ataviados con uniformes destartalados, mientras tripulan un barco igual de espeluznante, The Silent Mary.
Su arquitecto, el diseñador de producción Nigel Phelps llamaba al Silent Nary "un portero de discoteca magullado". Se trata de un castillo español flotante, con torreones, cañones giratorios en cubierta y estatuas de caballeros medievales con armadura completa adornando sus cubiertas y exteriores. La versión "maldita" del Silent Mary era muy diferente y ofrecía un aspecto deteriorado muy pintoresco: grandes agujeros en su estructura de madera podrida; algas incrustadas en la vela mayor; algas marinas enrolladas en las cuerdas deshilachadas; torreones, cañones, estatuas, armamento... todo está recubierto de un musgo verde y viscoso; velas destrozadas y desgarradas... más bien harapos; la vela mayor está partida en dos y cuelga sobre la cubierta... el antiguo orgullo de la Marina Española es ahora un espectro aterrador, igual que su capitán.
“Ambos barcos son una obra de arte", dice Javier Bardem de las dos versiones del Silent Mary, "pero sobre todo el barco maldito que se convierte en el barco fantasma. Fue alucinante y cuando estuve en él sentí una gran tristeza; experimenté ese eterno dolor que sufren mi personaje y su tripulación debido a la maldición. El barco anterior a la maldición era todo lo contrario. Era brillante y potente y totalmente indestructible. Y así es el personaje de Salazar cuando está vivo. Está deseando ser el rey de los mares y eso es lo que refleja ese barco”.
Debido al maquillaje fantasmal que lleva, Bardem pasaba dos o tres horas al día en la silla entregado a las hábiles manos del diseñador de maquillaje Peter King, ganador de un Oscar. “Es increíble lo que han hecho con el maquillaje", dice Bardem. “Una vez que te lo pones, cambias el chip. Pero lo bueno es que no borra tu expresión. Mi mayor temor era que no poder mostrar emociones o sentimientos por culpa de las prótesis de la cara pero no fue así. Podía hacerlo y ahí es donde se ve la calidad de los artistas de maquillaje. Es cierto que estar sentado tanto tiempo en esa silla se hacía largo, pero también era muy gratificante porque me ayudaba a interiorizar mi personaje”.
Al describir a Salazar y a la tripulación fantasma, Bardem señala: "Son personas a las que han abandonado y se sienten muertas por dentro, pero les queda pulso, cierta rabia, una llama de vida que buscan constantemente. No son figuras de la muerte, sino de la vida que podría suceder pronto, y ese es su objetivo”. Peter King añade: "Tardamos tres meses en crear el diseño de Salazar y su tripulación fantasma, intercambiando ideas con Espen, Joachim y Jerry”.
Al referirse al look del personaje, el director Joachim Rønning afirma: "Parte de la idea de Salazar y su tripulación era que el día en que mueren dentro del Triángulo del Diablo, Jack los había engañado para entrar allí. Pueden seguir andando pero les falta parte de su ropa y miembros del cuerpo, y a algunos les falta incluso la mitad de la cabeza. Así que es bastante aterrador, pero también es divertido ver cómo andan por ahí con la mitad del cerebro”.
Espen Sandberg añade: "Están atrapados entre los vivos y los muertos. Están muertos pero todavía están aquí. Queríamos darles una apariencia de fantasmas. Por ejemplo, el pelo flota como si estuviera bajo el agua. Y también la ropa que llevan. Además se les caen trozos de sus prendas cuando se mueven. Se están desintegrando ante nuestros ojos”.
Para ambos directores, acertar con el aspecto de Salazar y su tripulación era una prioridad. Así que trabajaron estrechamente con Nigel Phelps, la diseñadora de vestuario Penny Rose, y el supervisor de efectos visuales Gary Brozenich para crear el mundo premonitorio que habitan. “Para mí era muy importante dejar claro que los fantasmas venían de las profundidades del mar, así que tuve la idea de que el pelo y los uniformes flotaran", explica Rønning. “Fue increíble ver cómo el supervisor de VFX Gary Brozenich y el equipo de MPC lograban que ese concepto cobrara vida en centenares de planos de Salazar”.
King se inspiró en algo muy raro para el look de Salazar y su espantosa tripulación ‘no muerta’. “Césped reseco, agrietado", explica. Y añade: "Ese es el aspecto destruido que presentan sus rostros del que faltan algunos trozos. Queríamos que parecieran fantasmas, no zombis, como si hubieran sobrevivido a una gran explosión. El proceso de maquillaje de cada fantasma duraba casi dos horas. Tenemos que pintar todas las grietas, utilizando pulverizadores, pintando a mano y aplicando salpicaduras. Después empiezas a construir las capas con prótesis”.
El departamento de peluquería de King llegó a crear más de mil pelucas para la película, y en los días más importantes maquillaban a 700 extras y 30 actores principales, con un equipo de 21 personas y otras 70 en una enorme carpa en segundo plano para especialistas, vaqueros y extras, a la que se referían como "la fábrica de salchichas”.
King necesitaba cuatro o cinco horas para transformar a la bellísima Golshifteh Farahani en la calva tatuada, siniestra pero seductora Shansa, la bruja del mar. “Jerry Bruckheimer decía: 'Vamos a llegar un poco más lejos en esta película'. Así que esas eran nuestras instrucciones", señala King.
La galardonada actriz estaba encantada de trabajar en una película de "Piratas del Caribe. “Suelo trabajar en cine europeo independiente así que para mí esta superproducción de Disney y Jerry Bruckheimer fue una sorpresa. En la película, me transforman en algo que no se parece nada a lo que he hecho hasta ahora. Tengo que ser muy paciente para aguantar las horas de maquillaje, pero lo disfruto mucho porque es una gran oportunidad”.
Al describir la estrambótica guarida de Shansa, Nigel Phelps dice: "Me fascina la mezcla de religión, misticismo y magia del siglo XVIII, y quería que la cabaña de Shansa pareciera muy orgánica y algo espiritual. No hay ángulos rectos ni paredes planas; Todo es muy natural. También quería que contrastara con el hospital militar donde Henry conoce a Carina, una arquitectura clásica con grandes techos abovedados, un lugar inquietante donde sientes la calma antes de la tormenta”. La decoradora Beverley Dunn engalanó la guarida de Shansa con esqueletos, cadáveres de animales, hierbas secas, "cualquier cosa con la que puedas hacer un hechizo", como dice Phelps.
Los magníficos diseños visuales de Phelps y del director de arte Ian Gracie eran tan completos que también sirvieron para los departamentos de decorados de Beverley Dunn y de atrezzo de Richie Dehne. De esta forma todo era coherente con la visión de los directores Rønning y Sandberg. Uno de los elementos de atrezzo también fue uno de los más compactos: El diario de Galileo Galilei, que el padre de Carina Smyth dejó a su hija, con un rubí incrustado en su cubierta de cuero y muchos misterios incrustados dentro.
“Se invirtió mucho tiempo en decidir lo que contendría el libro", explica Gabby Smith del departamento de atrezzo, "así que cada página tenía un gran trabajo de diseño, con caligrafía, ecuaciones matemáticas, algoritmos y diagramas”. Para envejecer el diario, Smith reconoce riendo que aplicó un procedimiento muy poco tecnológico que se utiliza mucho en Australia: “El diario está teñido con una de nuestras bebidas favoritas... ¡té caliente!", confiesa. “A veces también utilizamos un poco de café instantáneo y empapábamos el papel o lo salpicábamos para hacer manchas irregulares. Después lo dejábamos secar al sol”.
En marzo se rodó mucho en el parque de barcos de Helensvale, a bordo del Essex, el Monarch, el Queen Anne's Revenge, el Silent Mary y, finalmente, en abril, en la nueva versión de la Perla Negra que es una reproducción exacta, de proa a popa, de las dos versiones anteriores de la Perla, tal y como se ve en la primera, segunda y tercera películas. Gracias al sofisticado cardan informatizado sobre el que estaba montada, todos los que iban a bordo tenían la impresión de estar en alta mar, golpeados por las olas, y a merced del viento y las corrientes. De hecho, el desgastado cabrestante de la nueva Perla Negra es el mismo que él de la versión del barco que se ve en "La Maldición de la Perla Negra". También se utilizó en la Perla Negra que se veía en "El cofre del hombre muerto" y "En el fin del mundo”.
A continuación, el diseñador de producción Nigel Phelps creó un majestuoso fondo marino y la Tumba de Poseidón, un maravilloso paisaje de rocas, coral y arena negra (ésta última se fabricó con caucho de ébano triturado). Con el agua azotando las diez bandejas suspendidas a 15 metros del suelo de estudio e iluminado con 22 luces LED del diseñador de iluminación Raffi Sánchez -un veterano de las cinco entregas de "Piratas del Caribe"- parecía que todo el edificio estaba bajo el agua.
Kaya Scodelario exclamó: "¡Es como rodar en una pecera! Es precioso, enorme, y muy, muy húmedo. Es la otra faceta del agua, intimidante y peligrosa. Los detalles estaban tan bien hechos que era muy fácil perderse y sentirte como si estuvieras en un mundo completamente diferente. Como actor, es increíble tener un set a esa escala”.
“Mi idea inicial fue hacer que la Tumba de Poseidón fuera muy estilo Atlantis", dice Phelps, "pero Joachim y Espen querían algo más sobrenatural, algo que no se hubiera visto antes, que pareciera construido por los dioses. Supuso un reto considerable porque tuve que inventarme algo que pareciera construido por la naturaleza, pero que también fuera una estructura arquitectónica. Se me ocurrió hacer una especie de concha gigantesca que lleva allí siglos y está erosionada y podrida”.
No fue sólo el equipo del coordinador de especialistas Tommy Harper compuesto por hombres temerarios el que arriesgó su vida y sus extremidades en la película. Durante el rodaje en el set del suelo submarino, tanto Johnny Depp como Geoffrey Rush tuvieron que colgarse a 10 metros de altura, empapados por torres de lluvia, mientras el resto del equipo les aplaudía a rabiar desde abajo.
Otra secuencia de acción espectacular orquestada por Tommy Harper, el coordinador de especialistas australianos Kyle Gardiner, el coordinador de peleas Thomas DuPont (un veterano de "Piratas del Caribe") y por el coreógrafo de luchas Andrew Stehlin, fue un duelo entre el Capitán Jack y Salazar, que tiene lugar en la Perla Negra y en el Silent Mary, con Jack saltando de cañón en cañón en cada barco mientras intenta salvar su vida. Tommy Harper señala: "En la película, la lucha con espadas es muy importante, así que contraté a Tom DuPont, que trabajó en las otras películas de 'Piratas del Caribe', como doble y coordinador de luchas. Tom es un maestro de espadas alucinante, y ha coreografiado todo el trabajo de espada que se ve en esta película”.
“Tom, los actores y sus dobles ensayaron durante tres meses", dice Harper. “Los barcos están en aguas muy agitadas, así que se desplazan 6 metros, uno subiendo y otro bajando. Javier entrenó con nosotros para su lucha con espada. Aprendió rápido y se divirtió mucho haciendo las acrobacias. Ha sido genial trabajar con él”. Para la escena, Harper había suspendido a Johnny Depp a 9 metros de altura. Estaba encima de un cañón aunque muy bien sujeto con un arnés de seguridad.
En junio, cuando el equipo puso rumbo al otoño australiano, el rodaje empezó a salir de los confines protegidos de St. Martin, del parque de barcos y de los interiores de los estudios Village Roadshow. Viajaron a lugares donde el público les esperaba ansiosamente para echar un vistazo a la película más grande que jamás había llegado a sus orillas. Su paciencia tuvo premio ya que Johnny Depp, totalmente disfrazado de Capitán Jack Sparrow, se reunió varias veces con miles de enfervorecidos fans y con periodistas de las noticias y la televisión en diferentes localizaciones.
Rodar a bordo del Dying Gull en alta mar en la preciosa bahía de Moreton recordó a los veteranos de "Piratas del Caribe" las películas anteriores, cuando pasaban mucho tiempo meciéndose en aguas abiertas ya que el campamento base se montó en dos transbordadores locales.
Después, el equipo puso rumbo al sur, a los verdes acantilados de Lennox Headland Reserve, una pequeña ciudad costera en Nueva Gales del Sur entre Byron Bay y Ballina, que recrea los acantilados caribeños, para rodar una escena con Orlando Bloom, Kaya Scodelario y Brenton Thwaites. Después llegaron tres días épicos rodando la emocionante y divertida secuencia en Execution Square en el set de St. Martin, con el Capitán Jack y Carina obligados a subirse a la tarima para ser uno guillotinado y otro colgado. Por cierto, las cabezas que hay en la cesta debajo de la guillotina se parecen mucho a las de los directores Rønning y Sandberg, cortesía del departamento de efectos especiales de maquillaje.
Uno de los elaborados "gags" ideados para la película por el guionista Jeff Nathanson y que luego ejecutaron el coordinador de especialistas Tommy Harper y el equipo especial de efectos físicos, fue una guillotina giratoria, en la que gira el Capitán Jack. “Recomiendo encarecidamente la instalación de uno de estos artilugios en vuestro patio trasero", dijo Depp a los extras que había allí. ¡Y sabía de lo que hablaba, después de haber sobrevivido a la tortura de la rueda de molino giratoria en "El cofre del hombre muerto”!
Cinco películas después, Kevin McNally tenía por fin la oportunidad de ser un auténtico espadachín en la secuencia de Execution Square. “En las películas anteriores, cuando la acción se ponía al rojo vivo, Gibbs estaba borracho o el Capitán Jack le enviaba a alguna misión. Pero esta vez no fue así. Gibbs participa en todas las secuencias de acción y eso me gusta muchísimo. Disparo cañones, fusiles y peleo con la espada”.
Mientras veía cómo se rodaba su escena de Execution Square, Jeff Nathanson se maravillaba del talento cómico de Depp. “'Piratas' no podría existir sin el Capitán Jack, y Johnny Depp es quien lleva el peso de toda la franquicia. Johnny se apodera de cada centímetro del personaje con ingenio y encanto, y cuando le ves en el plató está claro que quiere a Jack tanto como nosotros. Escribir para Jack Sparrow es lo más divertido que puede hacer un guionista”.
Para elaborar los intrincados ritmos de acción de "La Venganza de Salazar", los directores no sólo se fijaron en las películas anteriores, sino que retrocedieron a los días del cine mudo. “Hablamos de esto con Johnny", señala Joachim Rønning, "y recuperamos ese humor físico que se ve en las películas de Charlie Chaplin y Buster Keaton”.
Espen Sandberg continúa diciendo: "Para nosotros es una película muy seria de piratas hasta que irrumpe el Capitán Jack. Y empieza la comedia. El resto de los actores también tienen diálogos divertidos, pero no son intérpretes cómicos. Ese es el equilibrio que perseguimos, y el auténtico espíritu de la franquicia”.
Otro lugar impresionante fue Hastings Point, justo al otro lado de la frontera de Queensland, en Nueva Gales del Sur. Allí el día empezó con maravillosos bailes de bienvenida en honor del reparto y el equipo cortesía del clan Goobjingburra del pueblo de Bundjalung, que lleva miles de años a cargo de esas tierras. En la playa, Nigel Phelps fabricó un fantástico esqueleto de cachalote que hizo las veces de capilla nupcial para la hilarante secuencia de Hangman's Bay. ¿En qué se inspiró el diseñador de producción para crear el set? “Pura desesperación", dice riendo. “Hangman's Bay tuvo muchas versiones diferentes. Al principio era una ciudad, después intenté que pareciera un campamento en la selva, pero teníamos problemas para encontrar una buena localización. Después pasó a ser un exterior/interior de un gran barco podrido, luego una especie de circo loco con lanzafuegos y luchadores de caimanes".
Phelps continúa: "Al final se me ocurrió que, dado que la escena prevista en el guión exigía una capilla, me acordé que en la Isla de Wight había una tienda que tenía un esqueleto de ballena dentro. A Jerry Bruckheimer, Espen y Joachim les fascinó la idea, así que construimos el esqueleto en la playa de Hastings Point. Los escayolistas y los pintores hicieron un trabajo impresionante. Y lo adornamos con multitud de pequeños detalles, como un ancla que se convierte en un crucifijo”.
La estruendosa secuencia de la boda se convirtió en un verdadero asunto de familia para Stephen Graham ya que los realizadores pidieron a su esposa, Hannah Walters, que encarnara a Beatrice Kelly, la descarada novia del Capitán Jack, y los dos hijos de Graham y Walters, los adorables Alfie y Grace, hicieron de los hijos anteriores de Beatrice, que venían en el paquete. Y el excelente departamento de maquillaje y peluquería se encargó de hacer que esta encantadora y atractiva familia tuviera el aspecto más desagradable posible.
En junio, el equipo volvió a sumergirse en el agua. Además de aumentar el tamaño ya de por sí enorme de los barcos y ensanchar el mar por el que navegan, creando efectos espectrales para Salazar y su tripulación y gran parte de Black Rock Island y la Tumba de Poseidón, Brozenich también se encargó de crear el ataque de tiburones más aterrador y extraño del cine... con tiburones fantasma. Y como siempre, la secuencia fue un trabajo de equipo entre diferentes departamentos. Se rodó en múltiples localizaciones, desde el depósito de agua al aire libre de Village Roadshow Studios de 40x30 metros hasta las interminables extensiones acuáticas de Whitehaven Beach en la Islas Whitsunday al final del rodaje en Australia.
“Nigel Phelps se encargó de diseñar los tiburones", explica Brozenich. “Están destrozados, marchitos, comidos, les faltan trozos enteros y se les ve el esqueleto. Hay versiones físicas de estos tiburones muertos, pero cuando los lanzan al mar, la cámara los sigue y cobran vida, y ahí es cuando empieza nuestro trabajo”.
Y en lo más profundo de Gold Coast, Phelps diseñó un maravilloso y destartalado astillero caribeño (del que el diseñador de producción Nigel Phelps dice "que se parece a un parque de caravanas del siglo XVIII") donde el Dying Gull espera en dique seco para ser botado. Y es lo que ocurrió para deleite de cientos de espectadores situados al otro lado de la bahía que observaban la escena a bordo de todo tipo de embarcaciones flotantes.
Después, el equipo ascendió por Tamborine Mountain para un día de rodaje en una selva que bien podría ser de la era jurásica, con árboles enormes, vides retorcidas y un coro de pájaros. Allí tuvieron que ponerse cascos para protegerse de los pesados frutos negros que caen de los árboles centenarios. Los miembros australianos del equipo les tomaron el pelo diciendo que lo que caía eran "osos", los míticos marsupiales monstruosos semejantes a grandes koalas carnívoros que, según la leyenda, caían sobre las cabezas de las víctimas inocentes desde las copas de los árboles.
¡RUMBO A LAS ISLAS, COLEGAS!...
Y llegó la hora de volar, así que el equipo hizo las maletas y recorrió 1.230 kilómetros hacia el norte hasta la Isla de Hamilton, a su base en las fabulosas Islas Whitsunday de Far North Queensland, para rodar tres días, el primero en la legendaria Whitehaven Beach en Whitsunday Island, y después dos días en la Isla de Haslewood.
Pero la operación logística no fue lo que se conoce como unas buenas vacaciones. “Teníamos 60 camiones que venían de los estudios de Gold Coast", explica el jefe de localizaciones Gareth Price, “que está a unos 1.400 kilómetros. Luego había un tramo en coche de 40 minutos y un viaje en barcaza desde tierra firme a la Isla de Hamilton, y después entre 40 minutos y hora y media de viaje en barcaza al resto de las islas donde rodamos, las Whitsundays”.
Una vez más, al igual que en Hastings Point, se rindió respeto a los encargados de cuidar las tierras de Whitehaven Beach. “Somos el pueblo Ngaro de las Whitsundays", explicó Leo Peterson, Guardabosques de Queensland Park and Wildlife. “Hace más de 40.000 años que habitamos en estas islas. Nuestros antepasados han cazado y recolectado en estas islas durante generaciones, y también pescando en sus aguas. Whitehaven Beach fue una gran escuela para nuestro pueblo. Las mujeres solían enseñar a los jóvenes a cazar, pescar, recolectar y, cuando tenían edad suficiente, salían con los hombres a pescar al mar. Es muy importante que estos sitios sagrados y cotos de caza tradicionales se protejan y se conserven para las generaciones venideras.
“Es genial ver que 'Piratas del Caribe' ha llegado a las Whitsundays", continúa Peterson. “Estamos muy agradecidos de que rueden aquí para dar a conocer esta ciudad y sobre todo nuestro pueblo de las Islas Whitsunday, el pueblo Ngaro”.
Los representantes del pueblo Ngaro celebraron una ceremonia tradicional antes del rodaje, "para que quien venga a nuestras tierras sagradas y a nuestras playas salga del agua purificado, dejando los malos espíritus en el mar, para que todo vaya bien a partir de ese momento”.
“Para rodar en lugares como Hastings Point y Whitsundays, es muy importante obtener permiso y el sello de aprobación de los propietarios tradicionales porque estas tierras tienen un gran valor cultural", dice Gareth Price. “Pasamos mucho tiempo hablando con los ancianos y asegurándonos de que no hacíamos nada que perjudicara a su pueblo”.
El director Espen Sandberg añade: "Tenemos que dar las gracias a Australia por dejarnos rodar en las Whitsundays. Nos permitieron llegar a zonas protegidas, y debíamos tener mucho cuidado para rodar allí porque son enclaves únicos. Estamos muy contentos de haber podido rodar nuestra película en aquellos parajes”.
Pero lo que nadie podía predecir en Whitehaven Beach, era que las inusuales condiciones meteorológicas y de marea obligaron a todos, actores y equipo, a desembarcar como si fuera una invasión militar, con el agua al cuello, al pecho o la cintura dependiendo de la altura de cada uno. ¡Nadie esperaba que ese día tendrían que nadar para poder trabajar!
“Intentamos minimizar los riesgos”, dice Gareth Price, "pero en un día pueden salir mal muchas cosas. Logísticamente, cualquier cosa que tiene que ver con barcos siempre es dificilísimo”.
Lo que nos lleva de vuelta al principio, con un rodaje épico de 93 días que acabó muy al estilo 'Piratas': en una playa espectacular situada en una pequeña isla y con nubes de tormenta formándose en el cielo. El rodaje terminó justo cuando empezó a llover torrencialmente, y eso hizo que fuera extraordinariamente difícil salir de Hamilton Island para volver a casa.
Con la tormenta instalada sobre las Whitsundays durante el resto de la semana, y todos los vuelos de llegada y salida cancelados, unas 200 personas entre reparto y equipo tuvieron que surcar las agitadas aguas del Estrecho de Whitsunday hasta el continente australiano. Después condujeron más de dos horas hasta la ciudad de Mackay, y desde ese aeropuerto volaron a sus ciudades de origen en Australia o a sus destinos en el resto del mundo.
¡TIERRA HO!...
Sin embargo, para algunos, la historia no terminó allí ya que Bruckheimer, Rønning y Sandberg -junto con la mayoría de las estrellas, un número considerable de artistas detrás de las cámaras y un grupo de recién llegados a la producción- se reunieron durante tres semanas en un gigantesco edificio de metal corrugado de 4.645 metros cuadrados en North Vancouver, Columbia Británica, Canadá, para terminar el rodaje de la película. El edificio es ahora un plató pero en sus orígenes fue una instalación de los astilleros de Seaspan. Así que en cierto sentido recuperó su finalidad primigenia con el rodaje de "La Venganza de Salazar”.
En esta enorme estructura, un equipo local se incorporó al resto de los miembros de la película para crear una memorable epopeya de "Piratas del Caribe". No sólo se unieron a ellos el personal creativo clave del rodaje australiano, también lo hicieron otros artistas detrás de las cámaras que no habían viajado al país austral pero que habían aportado su talento a las anteriores películas de "Piratas", como es el caso del supervisor de dirección de arte John Dexter.
Dexter, que desempeñó el mismo trabajo en la primera y segunda entrega de "Piratas del Caribe", supervisó la reconstrucción de casi toda la cubierta principal de la "Perla Negra", y de grandes piezas tanto de las versiones pre y post fantasmas del "Silent Mary" y la mitad de la cubierta del "Flying Dutchman”. 200 carpinteros y pintores no sólo construyeron esas naves para la fase adicional de rodaje, sino otros 20 sets más, con lo que ocuparon casi la totalidad de la superficie del hangar. Justo en el exterior del plató, la producción erigió un tanque de 18 metros para el rodaje de las secuencias en el agua.
Johnny Depp, Geoffrey Rush, Javier Bardem, Kaya Scodelario, Brenton Thwaites, Orlando Bloom, Kevin McNally y otros miembros del reparto pudieron disfrutar de los magníficos alrededores de Vancouver en sus días libres, pero hubo un recién llegado muy famoso que se unió a la película en el Great White North. Para dar vida al Tío Jack, un viejo bucanero que espera filosóficamente su destino en la prisión de St. Martin, pariente del Capitán Jack y al que debe su nombre, los realizadores contaron con un músico y compositor bastante conocido que responde al nombre de Sir Paul McCartney.
El legendario Beatle sigue siendo una de las figuras más brillantes, creativas y emblemáticas de la música contemporánea. Se había hecho amigo de Johnny Depp, que también es músico, a través de su hija, la diseñadora de moda Stella McCartney. Depp apareció en el vídeo musical "My Valentine" de McCartney y también es un invitado frecuente a la casa de McCartney.
Aunque Depp se inventó la idea de que el gran músico hiciera una aparición especial en "La Venganza de Salazar", debido a su apretada agenda, McCartney no pudo viajar a Australia pero encontró unos días libres para estar en el rodaje de Vancouver. “Conozco a Johnny hace tiempo, y siempre lo he admirado como Jack Sparrow", dijo McCartney durante una pausa del rodaje, irreconocible en su traje de pirata diseñado por Penny Rose y con un maquillaje muy cargado. “Johnny me dijo: 'Me encantaría que estuvieras en el siguiente', y yo le dije, '¿Quién, yo? ¿Un pirata? Él dijo, "sí, seguro que puedes hacerlo, nos divertiremos muchísimo’”.
El guionista Jeff Nathanson creó expresamente una escena para Depp y McCartney, a la que el dúo dio su toque particular.
“Por alguna razón", dice McCartney, "empecé a hablarle a Johnny de mis parientes de Liverpool, sobre todo de mi tío Jack, que tenía una voz fuerte y grave y que era el chistoso de la familia. Solía darnos a los niños media corona así que le queríamos muchísimo. Johnny me dijo: ‘¡Pues podrías hacer de Tío Jack!’ Así que anoche, antes de rodar, Johnny y yo tuvimos una pequeña reunión, con algo de picar y vino y nos inventamos la escena. A Johnny se le ocurrieron un montón de ideas, yo les di forma y aquí estamos”.
“Contar con algunos de los mejores artistas del rock and roll de todos los tiempos se está convirtiendo en una tradición de 'Piratas del Caribe'", dice Jerry Bruckheimer, "y es lógico, porque en cierto sentido, los piratas eran las estrellas de rock rebeldes de su tiempo. Tuvimos la suerte de contar con Keith Richards haciendo de Capitán Teague en la tercera y cuarta entregas, así que nada mejor que el miembro más importante de The Beatles en la quinta. Nos entusiasmó la idea de que Paul rodara un día con Johnny y lo cierto es que se lo pasó de muerte con su traje y su maquillaje de Tío Jack”.
Depp y McCartney disfrutaron muchísimo de ese día juntos tanto delante como detrás de la cámara. Todo el equipo se quedó sin habla cuando McCartney, cuya voz casi no ha cambiado 50 años después del nacimiento de los Beatles, empezó la escena entonando la canción del viejo marinero de Liverpool "Maggie Mae" (que los Beatles grabaron en su álbum "Let It Be”). La escena con Depp y McCartney, humorística a la vez que emotiva, deleitó a todos los observadores y puso de manifiesto la extraordinaria química que existe entre los dos amigos.
Para Depp, escuchar la voz de McCartney en el plató fue una experiencia surrealista. “He tenido mucha suerte de haber conocido, trabajado y pasado tiempo con algunas de las personas más interesantes del mundo, y lo mejor de todo es que son muy buena gente", dice Depp. “Es un gran regalo que Paul haya venido a hacer esto por mí. Nunca ha salido en una película en la que no fuera Paul McCartney. Nunca ha interpretado otro personaje.
“Los momentos que he pasado con Paul, al igual que los que pasé con Keith, permanecerán para siempre en mi memoria. Con los Beatles, Paul cambió el mundo. Cambió la cultura. Y sigue cantando fantásticamente bien. Es una verdadera inspiración. Es un gran hombre y siempre estaré en deuda con él", concluye el actor.
ROPA DE PIRATAS PARA TODOS...
Para la extraordinaria Penny Rose ésta iba a ser su quinta película de "Piratas del Caribe". Con su inquebrantable atención a los detalles de época, creó miles de trajes para cada personaje que aparecía en pantalla independientemente de que su papel fuera grande o pequeño.
Además de su equipo principal encabezado por su socio John Norster y la co-diseñadora de vestuario Melody Koerber, que había trabajado con ella en muchas películas, incluyendo las anteriores aventuras de "Piratas", Rose incorporó a 30 sastres australianos a su departamento, en su mayoría provenientes del mundo de la ópera y el teatro, respaldados por un verdadero ejército de sastres, artistas textiles, artesanos, cortadores, tintoreros, costureras y asistentes.
Rose y compañía se hicieron cargo de un set de 1400-2000 metros cuadrados en los Village Roadshow Studios, que también sirvió como almacén para los más de 2000 trajes, sombreros, zapatos y accesorios meticulosamente organizados por nombres de personajes, tipos, géneros y edades.
Con el rodaje de la escena de St. Martin, la diseñadora de vestuario empezó a lo grande en "La Venganza de Salazar". Su atención infinita a cada detalle, no sólo en los protagonistas, sino también en los 500 extras que poblaron la escena, sirvió para que todos recordaran por qué Jerry Bruckheimer siempre la había elegido no sólo para encargarse del vestuario de todas las películas de "Piratas del Caribe", sino también del resto de sus producciones.
En "La Venganza de Salazar", como en las otras películas, Rose se encargó de crear trajes para el reparto. Pero su vestuario no sólo sirve como complemento para los actores, también para identificar inmediatamente las facetas de sus personajes. Pero hay que decir que el Capitán Jack Sparrow no lleva adornos muy diferentes a los de sus películas anteriores. “El Capitán Jack no cambia de ropa", insiste Rose. “Pero en cada película, a Johnny y a mí se nos ocurren cosas nuevas. Y esta vez es una hebilla muy grande con forma de calavera y un cinturón de piel de serpiente que viene a añadirse a sus otros dos cinturones. No pudimos encontrar la tela del abrigo del Capitán Jack, así que tuvimos que tejerlo, y eso nos llevó mucho tiempo”.
Después de trabajar juntos en las cuatro películas anteriores de "Piratas del Caribe" así como en "El llanero solitario", Penny Rose y Johnny Depp se comunican casi sin hablar. “Sabe inmediatamente lo que funciona y lo que no", observa Rose, "sé lo que le gusta, así que no perdemos el tiempo. Tiene un sentido muy particular del estilo. En su vida privada, Johnny es boho-chic, y entiende lo que el personaje necesita”.
Los grandes anillos y las baratijas del Capitán Jack que adornan sus dedos, la ropa, las rastas y el pañuelo bandana son fruto de la colaboración entre Penny Rose y el departamento de atrezzo. “A veces Johnny me trae un nuevo anillo que le gusta y lo reproducimos en plástico", explica Rose. “No creo que podamos colocarle más cosas", dice riendo. “Estoy seguro de que Johnny lo intentará, pero por ahora ya lleva bastantes accesorios”. Sin embargo, en "La Venganza de Salazar" vemos un rubí incrustado en uno de los dientes del bueno del Capitán.
En esta película el look de Depp cuenta con algunas novedades: "Jack tiene un par de tatuajes nuevos, y uno dice J, A, K, C. Está claro que el artista de tatuaje cometió un error y escribió mal su nombre, o puede que Jack no supiera deletrear su propio nombre. Pero hay otro que dice J, A, C, K. Esta vez está bien escrito”.
Rose diseñó el traje militar de Javier Bardem como Capitán Salazar, que se ve tanto en una versión resplandeciente y prístina antes de la maldición como en la versión fantasmal, totalmente destrozado. Y antes de hacerlo, Rose se reunió con el actor en una habitación de hotel de Madrid donde tuvieron una conversación creativa que ella denomina "proceso orgánico”. “Javier es un actor fantástico y, al igual que Johnny, sabe qué funciona y qué no. Así que es un verdadero placer trabajar con un actor tan grande". El traje pre-fantasma es "largo y majestuoso, con muchos galones”. Para la versión maldita y los de su tripulación fantasma, Rose trabajó estrechamente con Gary Brozenich y su departamento de efectos visuales, que los realzó con una apariencia fluida y sobrenatural. “Hicimos muchas pruebas", dice, "y después fabricamos 200 uniformes en Polonia, 100 de los cuales estaban limpios, y otros 100 fantasmagóricamente sucios”.
Al referirse al vestuario de la película, Bardem dice: "Penny Rose es una leyenda. Es un genio. Y en este caso, la calidad y la cantidad de los detalles del vestuario también son fantásticas. Te subes a un barco pirata y ves a toda esa gente vestida de piratas. Si los ves de cerca aprecias detalles que ni siquiera se pueden ver en la pantalla. Y eso hace volar tu imaginación. Es asombroso el trabajo que han hecho todos estos profesionales para que todo parezca tan real”.
Y añade: "La primera vez que vi mi traje, me quedé alucinado con el aspecto del Capitán Salazar. Me gusta cómo se viste porque corresponde exactamente a quien es. Es como si siempre estuviera proclamándose rey, esa es la imagen que tiene que dar”.
Un personaje que ha pasado a otro nivel, como lo demuestra su opulento traje, es el capitán Héctor Barbossa. “Ha tenido muy buena suerte con su flota de barcos y sus piratas", explica Rose, "y se ha hecho muy rico. Ahora es el pirata nuevo rico. Hice una ilustración y se la envié a Geoffrey. La aprobó y dijo que era un cruce entre Vivienne Westwood y Galliano. Esto a su vez dio lugar a una pata de palo nueva y más elaborada. Así que es un nuevo Barbossa. Geoffrey es un magnífico actor que sabe captar la esencia de lo que haces, y para este papel, quería que su aspecto se inscribiese en el 'más es más'. Nada de 'menos es más'. Así que a pesar de que había hecho un abrigo increíblemente elaborado y bordado, seguí añadiendo galones, botones y adornos. Trabajé estrechamente con Peter King, nuestro diseñador de peluquería y maquillaje, y las pelucas de Barbossa son enormes. Geoffrey las lleva maravillosamente bien”.
Al hablar del nuevo traje de Barbossa, Rush dice: "Me gusta pensar que se parece a un magnate europeo, con la camisa abierta y muchos brillos... Como en Las Vegas, donde hay mucho dinero pero poco estilo. En esta película, el personaje de Barbossa se ha hecho muy rico y le gusta la opulencia”.
Rose vistió de forma más sencilla a los dos protagonistas más jóvenes, como exigían las circunstancias de sus personajes. “Carina Smyth está siempre huyendo y se mete en miles de problemas, así que su ropa no está en muy buen estado", dice Rose. “Kaya es una joven actriz muy madura, muy guapa y con buen tipo. Le encantaron todas las ideas que teníamos y supo aguantar estoicamente todas las horas de pruebas”.
A Scodelario le gusta la sencillez de sus trajes y de su aspecto. “Penny Rose tenía una idea muy clara sobre Carina. Es un personaje que no le da demasiada importancia a lo que viste y no le importa que no sea la última moda", dice la actriz. "Es algo que no le preocupa demasiado. Pero eso no impide que sea muy femenina y que le guste la ropa de color, algo que a mí me encanta. Los colores que Penny eligió para su vestuario son tremendamente importantes".
“Mis trajes son sencillos, fáciles de llevar y adecuados para hacer escenas de acción y acrobacias. Así que le estoy muy agradecida a Penny porque me preocupaba tener que nadar con esa ropa. Pero todo está muy bien pensado", concluye Scodelario.
Penny Rose añade con tristeza: "Por desgracia, el guión dicta que todo lo que ella lleve tiene que estar sucio, lo que es muy deprimente para nosotros, ¡porque hicimos vestidos muy bonitos y luego tuvimos que destrozarlos!”
En cuanto al Henry Turner de Brenton Thwaites, Rose observa que "es un joven que ha crecido sin un padre y en su casa no tienen mucho dinero. Va vestido como un hombre normal de clase media. Muy diferente al traje que lleva Golshifteh Farahani como Shansa, que Rose describe con humor: "Parece estar hecho con piel de rata, una especie de traje de persona sin hogar del siglo XVIII”.
Y por último, quedaba disfrazar a Sir Paul McCartney en su papel de Tío Jack del Capitán Jack para la escena rodada en Vancouver. “Me habían dicho que a Paul le gustaba disfrazarse", dice Rose, "y con esa idea en mente, decidí hacerle un verdadero disfraz. No tenía que parecer un pirata rock and roll, sino un pirata que es tu tío favorito y que tiene algo de dandy”.
Rose diseñó para McCartney un traje y un sombrero apropiadamente deshilachados, de tono oscuro y también un pañuelo bandana para que quedara claro el parentesco entre el Tío Jack y el Capitán Jack. Así que no faltan los pendientes y los adornos, un bigote largo y una barba trenzada cortesía de los departamentos de peluquería y maquillaje. “Estoy muy orgullosa de haber elaborado el traje de Paul en el taller de Australia según las medidas que nos dio. Seis meses después cuando se rodó la escena en Vancouver, ¡el traje le sentaba como un guante!”
CURIOSIDADES...
El joven actor Brenton Thwaites, que interpreta a Henry en "Piratas del Caribe: La Venganza de Salazar", era fan de la saga de películas desde pequeño cuando iba al colegio en Queensland, Australia. Así que se volvió loco de alegría al descubrir que no sólo le habían dado el papel del joven protagonista de la película, sino que además casi todo el rodaje sería en... ¡Queensland, Australia!
En las cuatro películas anteriores de "Piratas del Caribe", el reparto y el equipo habían sufrido condiciones meteorológicas extremas en los rodajes por todo el mundo. Así que, para seguir la tradición, el rodaje en Gold Coast, Queensland, Australia, tuvo que hacer frente a las lluvias más torrenciales en 61 años por culpa de un ciclón llamado Marcia.
Aunque suene extraño, Joachim Rønning y Espen Sandberg no son los primeros noruegos que dirigen una película de piratas para Walt Disney Studios. En 1991, el estudio estrenó otra película de piratas provenientes de ese país titulada "Náufragos", dirigida por Nils Gaup.
Nigel Phelps diseñó el plató que reproduce con todo lujo de detalles la ciudad de St. Martin. Su ejecución estuvo a cargo del director de supervisión de arte Ian Gracie y del coordinador de construcción Bernie Childs y se encuentra en cinco acres de terreno verde del barrio de Hinterlands en Maudsland. Es una versión artística de un pueblo colonial británico en el Caribe. Aunque la mayoría de las estructuras eran sólo fachadas, al menos dos, la de Grimes Tavern y Swift's Chart House tenían tres dimensiones. El departamento de decorados de Beverley Dunn realizó un trabajo espectacular dotando al conjunto de un ambiente maravilloso. Algunos edificios se diseñaron para que pudieran trasladarse en su totalidad a diferentes partes del pueblo y que el pueblo pareciera de mayor tamaño.
Cada tienda del set de St. Martin tenía algunos productos expuestos en el exterior, ya fueran pulpos y calamares secos (que eran de verdad y que apestaron durante varios meses), redes, cestas, artículos de alfarería y alimentos.
Para la secuencia del atraco a un banco, se construyó un banco del siglo XVIII alrededor de un tractor mecanizado llamado Manitou. El conductor del Manitou podía ver a través de un falso frontal de plexiglás, pero nadie podía ver en su interior. De esa forma se logró que pareciera que había cuatro paredes.
La diseñadora de vestuario Penny Rose y su equipo convirtieron un plató entero de 1.858 m2 de Village Roadshow Studios en Gold Coast, Queensland, Australia en un almacén repleto de 2.000 trajes, sombreros, zapatos y accesorios, todo meticulosamente clasificado por nombres de personajes, tipos, géneros y siglos.
Para envejecer adecuadamente el vestuario, Penny Rose y su equipo utilizaron diversas técnicas innovadoras, como por ejemplo introducir las prendas en una mezcladora de cemento repleta de guijarros, utilizar ralladores de queso para gastarlos, y en algunas ocasiones, llegaron a aplicar sopletes a los materiales.
El denominado "escenario de los barcos" en Helensvale, Queensland, Australia acogió once barcos que se construyeron en bases móviles informatizadas. Algunos curiosos pudieron vislumbrar uno o dos mástiles sobresaliendo de 100 containers apilados unos encima de otros como ladrillos. Uno de los periódicos locales se aventuró a decir que los containers estaban apilados para ocultar el rodaje de alto secreto de las miradas indiscretas. De hecho, los contenedores formaban el marco de una fantástica tecnología llamada Aircover Inflatables, unas enormes pantallas azules inflables que el supervisor de efectos visuales Gary Brozenich y su equipo sustituyeron posteriormente por cielo y oleaje. Los cuatro inventores de esta tecnología fueron galardonados con un premio especial Technical Achievement en los Oscar® de 2016.
En el escenario de los barcos, la producción empleó al menos 27 "knucklebooms" (grúas tipo jirafa para elevar, cargar y manipular). También se colocó una rejilla de iluminación de 45 metros por encima de los barcos para lograr un ambiente de luz de día y sobre todo de noche. Todos los días había en funcionamiento tres Technocranes con cinco cámaras montadas sobre ellas. En total, el escenario de los barcos contó con 30-40 elementos de equipo pesado.
El diseñador de producción Nigel Phelps llamaba al barco de Salazar "portero de discoteca magullado". Él es el arquitecto de este barco que es nada menos que un castillo español flotante, con sus torres y una fortaleza en su parte posterior, con cañones que giran en cubierta y estatuas de caballeros medievales embutidos en armaduras que adornan cubiertas y exteriores. A babor, unas cabezas doradas de diablos con dos cuernos engalanan las troneras como guardianes siniestros, para intimidar aún más al enemigo de los piratas o para recordar el oscuro corazón de su capitán. En la cubierta hay grandes barriles de madera que no almacenan agua o vino para la tripulación, sino que sirven de aterradora prisión.
A pesar de que el barco del Capitán Salazar está destinado a ser una creación imaginaria y no cumple de forma estricta con los cánones de la náutica, Phelps se basó en diseños históricos para elaborar el águila de dos cabezas de la enorme vela; además, los cañones de cubierta llevan el Sello Real español y están decorados con dos delfines cada uno, un motivo habitual en los cañones franceses y españoles del siglo XVIII.
Cuando caía la noche en Helensvale, algunos canguros surgían del campo de hierba que había en la parte trasera y donde estaba instalada la enorme carpa del catering. Se dedicaban a examinar con curiosidad las extrañas idas y venidas que se producían en su vecindario.
Debido al complicado maquillaje que llevaba el hechizado Capitán Salazar, el actor Javier Bardem tuvo que soportar todos los días dos o tres horas en la silla de maquillaje. Pero cuando la hermosa Golshifteh Farahani se transformaba en la misteriosa bruja del mar Shansa, ¡se necesitaban nada menos que cuatro o cinco horas de maquillaje!
Peter Swords King, el diseñador jefe del departamento de peluquería, creó más de 1.000 pelucas para la película, y en los días más cruciales se ocupaba de 700 extras y 30 actores principales, con la ayuda de un equipo de 22 personas y otras 70 en una enorme carpa en la que atendían a personas que forman los fondos, a especialistas y a combatientes. La instalación se denominaba con humor, "la fábrica de salchichas”.
El cabrestante de la Perla Negra es el mismo que se ve en las encarnaciones anteriores del navío de la primera, segunda y tercera películas, ¡un verdadero superviviente salado de los mares! (Para los marineros de agua dulce, el cabrestante es un mecanismo que gira de forma que la cuerda o el cable puedan enrollarse a su alrededor y mover o levantar objetos pesados como el ancla de un barco).
¡En la secuencia de guillotina de la Plaza de las Ejecuciones, las dos cabezas que se desprenden de los cuerpos de sus antiguos dueños se esculpieron basándose en los directores Joachim Rønning y Espen Sandberg!
En Hastings Point, al otro lado de la frontera de Queensland en Nueva Gales del Sur, el día de rodaje empezaba con maravillosos bailes de bienvenida para el reparto y el equipo. Los interpretaban los miembros del clan Goobjingburra del pueblo Bundjalung, que llevan miles de años cuidando de esas tierras.
La estruendosa secuencia de la "boda de penalti" que se rodó en Hastings Point se convirtió en un verdadero asunto de familia para Stephen Graham (Scrum) ya que los realizadores pidieron a su mujer Hannah Walters, una consumada actriz, que encarnara a Beatrice Kelly, la futura y nada recatada novia del Capitán Jack. Alfie y Grace, los encantadores y simpáticos hijos de Graham y Walters, interpretaron a los niños de Beatrice. ¡Y los excelentes departamentos de peluquería y maquillaje se encargaron de que el clan Graham/Walters pareciera lo menos atractivo posible!
Para el ganador del Oscar® Javier Bardem, asumir el papel del Capitán Salazar fue casi un asunto de familia. Penélope Cruz, la mujer de Bardem, protagonizó la anterior película de "Piratas", "En mareas misteriosas", y Bardem solía visitar a menudo aquel plató.
El actor español Juan Carlos Vellido es el único intérprete que ha representado a dos personajes diferentes en dos películas de "Piratas del Caribe". Fue un Capitán de Navío español en "En mareas misteriosas", y en "La Venganza de Salazar" encarna a Lesaro, el leal Teniente del Capitán Salazar.
El 27 de mayo de 2015 el equipo australiano se dividió radicalmente en dos bandos: unos apoyaban a los Queensland Maroons y otros a los New South Wales Blues en el histórico partido de rugby que se disputó esa noche. Llevaban los colores de sus equipos en forma de chapas, cintas, bufandas y sombreros de todo tipo y se lanzaron algunas amenazas más o menos veladas. El partido se proyectó en una pantalla gigante instalada en el tanque exterior de Village Roadshow Studios. No se registraron puñetazos o disturbios cuando los Maroons ganaron el partido por un solo punto.
Se hicieron 88 versiones del preciado diario de Carina Smyth antes de elegir el que se utilizó en la película. Las cubiertas están encuadernadas en piel y el envejecimiento de las páginas se realizó siguiendo un interesante método... ¡rociándolo de café!
La botella de ron Hero del Capitán Jack Sparrow es una pieza auténtica inglesa del siglo XVIII. Además, una señora de 70 años de Brisbane realizó a mano varias sombrillas de la película. Es una de las últimas personas en todo el mundo que elabora este tipo de productos artesanos.
El traje de la bruja del mar Shansa que lleva Golshifteh Farahani necesitó para su elaboración 15 horas diarias durante una semana y el trabajo de 42 personas.
El día del "gag" de la guillotina giratoria de la secuencia de la Plaza de las Ejecuciones, cayeron varios centímetros de lluvia en el set de St. Martin. Para mantener el suelo seco durante el rodaje, el equipo tuvo que colocar varias toneladas de arena.
Cuando la producción de "La Venganza de Salazar" rodó en la espesa selva de Tamborine Mountain, tuvieron que ponerse cascos para protegerse la cabeza de los pesadísimos frutos negros que caen de los árboles centenarios. Los miembros del equipo australiano les tomaron el pelo a sus colegas norteamericanos y de otros países diciéndoles que eran "drop bears". Se trata de un bulo del folclore australiano que representa una versión depredadora y carnívora del koala que supuestamente se deja caer sobre las cabezas de víctimas inocentes desde las copas de los árboles.
Para la gigantesca operación logística del rodaje en las Islas Whitsunday se necesitaron 60 camiones que recorrieron 1.400 kilómetros desde la base de la producción en Gold Coast. Después de 40 minutos en coche y un viaje en barcaza desde el continente hasta la Isla de Hamilton, una de las localizaciones, y otra hora y media de viaje en barcaza a otras islas en las que se rodó también la película.
Cuando la producción de "La Venganza de Salazar" rodó en Whitehaven Beach en las Islas Whitsunday, las extrañas condiciones del tiempo y las mareas dieron lugar a una situación en la que los actores y el equipo por igual desembarcaron desde las lanchas como si se tratara de una invasión militar. Todos avanzaban con el agua hasta la cintura, el pecho o la cabeza, dependiendo de su altura y vestidos con ropa de calle. ¡No esperaban tener que ir nadando a trabajar!
Justo después de la finalización de los 93 días de rodaje en Australia, un sistema de tormentas se instaló sobre las Islas Whitsunday, la última localización del rodaje. Esta circunstancia obligó a la cancelación de todos los vuelos desde la pequeña pista de aterrizaje de la isla de Hamilton. Más de 200 miembros del reparto y del equipo tuvieron que viajar en ferry por las turbulentas aguas del Whitsunday Passage hasta el continente australiano, conducir más de dos horas hasta la ciudad de Mackay y luego viajar en avión hasta sus lugares de procedencia.
GALERÍA DE FOTOS
https://cineymax.es/estrenos/fichas/115-p/99666-piratas-del-caribe-dead-men-tell-no-tales-2017#sigProId60e40b3361