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SINOPSIS
Documental que nos acerca a Cristóbal Jodorowsky practicante del psicochamanismo, una técnica de sanación espiritual creada por su padre Alejandro, y ejerce su actividad tanto en el plano teórico, mediante la realización de cursos y seminarios y la publicación de libros, como en el práctico, al ser él mismo terapeuta y psicochaman...
INTÉRPRETES
Documental con CRISTÓBAL JODOROWSKY, Maestro BENABE DE LAS TRES LAGUNAS, Miguelito DE TEPOZTLAN, Dante JODOROWSKY, Simon DE QUIBAYO, Don HUMBERTO
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Psicomagia y psicochamanismo son dos conceptos acuñados por Alejandro Jodorowsky, el conocido autor de teatro y guiones para cine y
cómics, director de cine, así como fundador del movimiento teatral Pánico junto a Fernando Arrabal y Roland Topor. La psicomagia es una técnica terapéutica creada por él a partir de sus estudios en diferentes disciplinas, principalmente el psicoanálisis, la teoría psicológica de las constelaciones familiares, la dramaturgia teatral pánica entendida como medio de exploración del yo, el tarot, las filosofías orientales y los saberes tradicionales de los chamanes de América Latina. Su finalidad es la de producir la 
sanación espiritual del paciente, liberándolo de las obligaciones inconscientes heredadas y permitiendo así la aparición de su auténtico yo.
La terapia psicomágica se estructura alrededor de una serie de conceptos básicos. Para empezar, se postula la existencia de un “ser esencial” o “ser sagrado” que constituye la auténtica esencia de cada uno
de nosotros.
El ser esencial nos permite establecer un contacto íntimo con nuestra naturaleza más profunda y verdadera y alcanzar así la plena realización intelectual, emocional, sexual, corporal y espiritual. Este ser esencial, que está más allá del espacio y el tiempo, se halla oculto por los condicionantes que le impone nuestro ser cultural y que este recibe de la 
familia, la sociedad, la cultura y la propia humanidad. De entre todas las influencias que obstaculizan el desarrollo autónomo de nuestro ser esencial y lo confinan en una red de obligaciones no asumidas libremente, sin duda la más importante es la herencia familiar. Desde que nacemos, nuestros familiares proyectan en nosotros de forma inconsciente sus deseos y esperanzas, así como sus angustias y
problemas personales.
Ellos, a su vez, heredaron estos condicionamientos de sus parientes, creando una cadena hereditaria de influencias y conflictos.
Se configura así el llamado Proyecto Parental Genealógico, configurado por todo tipo de deseos afectivos, intelectuales, corporales y sexuales que van a programar nuestras vidas, un programa que actúa en 
nosotros de forma inconsciente, con el cual nuestro ser esencial no está de acuerdo y que es la fuente de desequilibrios, insatisfacciones y frustraciones cuyo origen nos es desconocido.
Todo ello es posible gracias al tercer elemento fundamental de la teoría psicomágica: el inconsciente acepta los elementos simbólicos y/o metafóricos como si de hechos reales se tratara y construye con ellos
un sistema de representación interior que le marca pautas de comportamiento. Para el cerebro arcaico no hay diferencia entre una realidad objetiva y otra imaginaria, así que las ideas, creencias, supersticiones y tradiciones también hacen necesarias para la supervivencia y conservación del ser.
Es por ello que, en un proceso inverso al realizado por el psicoanalista, el terapeuta practicante del 
psicochamanismo no pretende llevar el “yo” donde está el “ello”, la razón al inconsciente, sino al contrario, enseñar a la razón el lenguaje del inconsciente para poder influir en él y modificarlo, cambiando así las estructuras profundas de la personalidad y eliminando la capa de frustraciones y angustias que impiden a nuestro ser esencial manifestarse libremente.
Finalmente, para conseguir la sanación de su paciente, el psicochamán recomienda la realización de uno o varios “actos psicomágicos” cuyo objetivo es conseguir la comunicación con el inconsciente, mediante el uso de los elementos simbólicos y metafóricos que constituyen su lenguaje.
Alejandro Jodorowsky practica desde hace años esta forma de sanación y lo hace de forma gratuita. Además, ha instruido en la misma a su hijo Cristóbal, quien ha dedicado gran parte de su vida al desarrollo del psicochamanismo como arte sanador.
Estas prácticas vienen acompañadas de lo que A. Jodorowsky llama la trampa sagrada, la herramienta que ayuda a implicar al paciente, para hacerlo así cómplice inconsciente de lo que está ocurriendo. El hombre que acude al psicochamán debe hacerlo con fe, algo fundamental para el éxito del proceso terapéutico. Ahora bien, en general el hombre occidental contemporáneo ha perdido la fe en este tipo de experiencias, la modernidad y la tecnología le han convertido en un ser más racional que ve con extrañeza y escepticismo estas creencias y sus correspondientes manifestaciones prácticas.
La especificidad de la labor de Cristóbal Jodorowsky en este campo consiste en que, una vez estas prácticas han sido comprendidas y asimiladas, se trabaja para crear una conexión con la mentalidad del hombre actual, permitiendo que la “magia” pueda funcionar en él. Dicha conexión pasa por despojar a estos actos de los elementos asociados a la superstición y proponer un acercamiento a lo ritual de una forma más diáfana. Todo ello, sin embargo, sin obstaculizar el proceso por el cual el inconsciente entiende lo que está ocurriendo, dado que se le sigue hablando en su propio lenguaje, el lenguaje de lo simbólico.
