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SINOPSIS
Un virus mortal empieza a infectar a las personas más ricas del mundo justo cuando Laura está en su etapa profesional más exitosa y en ascenso. El virus solo parece afectar al principio a los multimillonarios, pero pronto se expande hasta abarcar riquezas más modestas, lo cual obliga a todo el mundo a deshacerse de sus fortunas. El problema es que ya no queda nadie a quien venderlas...
INTÉRPRETES
MARY ELIZABETH WINSTEAD, LORRAINE BRACCO, TIMOTHY SPALL, RAFE SPALL, JONAH HAUER-KING, CÉSAR DOMBOY, ALEXANDRA MASANGKAY, RICHARD SAMMEL, DIXIE EGERICKX, MICHAEL JOHN TREANOR, GREG ORVIS, PHILIP SCHURER, ANAROSA BUTLER, ERIC GOODE
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NOTAS DEL DIRECTOR...
Durante los últimos veinte años, el número de multimillonarios se ha multiplicado por cinco.
En nuestro mundo digital y globalizado, donde todos los aspectos de nuestras vidas están bajo control, existe un debate creciente sobre las grandes diferencias sociales y la responsabilidad del Primer Mundo por la nueva ola de pobreza y esclavitud que sufre buena parte de la población mundial.
Hay varios movimientos que argumentan que si es inmoral que la gente viva por debajo del umbral de pobreza, es igualmente inmoral no poner límite a la riqueza personal. ¿Dónde debería estar ese límite? ¿Podría establecerse un listón así sin infringir la libertad individual y amortiguar el espíritu de empresa? ¿Esta libertad individual tiene prioridad sobre nuestra responsabilidad colectiva de construir un mundo más justo y sostenible en el que la riqueza se distribuya de forma más uniforme?
Desde pequeños nos dicen que estudiando y trabajando duro podemos ascender en la escala social y encontrar una posición cómoda. Toda nuestra sociedad valora el éxito individual como objetivo final, incluso cuando esto implica una competitividad demencial sin la más mínima empatía.
"Rich Flu" es una fábula oscura para nuestros tiempos. Es una sátira social, a la vez que divertida y trágica, que nos presenta las tareas casi inconcebibles: separarnos de todas nuestras posesiones, cuentas bancarias y la renuncia a todos nuestros bienes mundanos para huir de la más extraña de las epidemias.
Se trata de una metáfora tangible de forma conmovedora y humorística: cuando los individuos más ricos del mundo comienzan a caer, uno a uno, de una misteriosa enfermedad, el pánico empieza a producirse. Los líderes de los negocios, la religión y el gobierno sucumben a una enfermedad que parece sospechosamente relacionada con su estatus financiero. Todo el orden social cambia a medida que la plaga comienza a bajar la jerarquía económica existente.
Como el protagonista de "El Hoyo", nuestra heroína (y a veces antiheroína), Laura, se ve obligada a tomar decisiones que aparentemente se enfrentan a su propia seguridad y estatus para intentar salvar su propia vida y la de sus seres queridos. En estas decisiones, el menor elemento de avaricia puede ser incompatible con la supervivencia. Ha sido una persona impulsada por el éxito financiero y, alejada de buena parte de su familia, ahora debe aprender a sobrevivir basándose en una nueva y cruda comprensión de la moral.
Su búsqueda se muestra como un espejo invertido de los movimientos migratorios actuales, causados por el injusto reparto de la riqueza. Laura debe dejarlo todo atrás, irse clandestinamente, sufrir la extorsión de bandas criminales, para llegar finalmente a una tierra "prometida" donde tendrá que aprender a vivir con el rechazo y la incertidumbre de si será víctima de la esclavitud o encontrará la verdadera seguridad.
La sonrisa inicial del espectador/a ante la excentricidad de la trama pronto se borrará, ya que la evidencia en bruto nos muestra los estrechos paralelismos con la vida cotidiana de millones de personas destinadas a morir ante nuestra mirada impasible.
Utilizando el mismo tono crudo e irónico que "El Hoyo", la imagen utiliza su premisa satírica como una alegoría para argumentar sin compromisos la injusticia de toda discriminación y persecución, ya sea por razones de raza, religión, género, orientación sexual o clase. Así, sin exceso de explicaciones y sin respuestas directas a las preguntas que plantea la película, algunos pueden llegar a entender que en la leve aceptación de ciertos chistes aparentemente inofensivos radica el germen de la deshumanización y, en definitiva - cuando las cosas se vuelven desagradables - de la atrocidad.
Narrativamente, se trata de una inmensa saga física con un mensaje universal. Pero sobre todo, simbólicamente, "Rich Flu" es un viaje emocional complejo y provocador hacia las profundidades de la parsimonia humana y las alturas de nuestras maravillosas virtudes. Y como cualquier buena imagen de acción y entretenimiento, está llena de giros y vueltas, obstáculos y sorpresas.
"Rich Flu" es una película que explora si la avaricia es realmente una característica ineludible del ser humano. Cuando incluso un acto de codicia más pequeño y único puede afectar a su propia supervivencia, ¿puede existir un altruismo genuino? La película no está exenta de esperanza para la humanidad, pero no nos suelta fácilmente. Cuando nos enfrentamos al vacío de perder todo lo que antes nos amaba, ¿dejaremos paso a nuestras inclinaciones egoístas o aprovecharemos la oportunidad para reaccionar siendo mejores personas?
LA PRODUCCIÓN...
Rich Flu cuenta una historia de migración a la inversa.
Un recorrido desde el mundo del poder, el lujo y lo superfluo hasta la miseria, la pobreza, el dolor y la injusticia.
Este recorrido se inicia desde la opulencia y el poder de Europa. Nuestros personajes inician su viaje paseándose por las alfombras rojas de grandes premieres en Cannes, viajando con jets privados, pujando en subastas en las oficinas del Buckingham Palace en Londres; hasta que se ven obligados a cambiar el rumbo de sus vidas y llegando a un campo de refugiados, zarpando en una peligrosa balsa en medio del mar y cruzando los paisajes desiertos de Libia hasta llegar en un poblado bajo las palmeras de Camerún.
Una de las grandes riquezas de esta producción es justamente la variedad y el gran contraste entre los paisajes por los que transitan los protagonistas de nuestra película que, en su gran mayoría, están recreados en España.
Se consiguieron recrear más de nueve países entre Cataluña, Fuerteventura (Islas Canarias) y Senegal, además de una pequeña unidad en Alaska.
El departamento de arte tuvo que enfrentarse a varios desafíos para poder mostrar la gran travesía de nuestros personajes.
Uno de los mayores retos, fue recrear Alaska en el Penedés (Cataluña).
En poco más de 2 meses se levantó un asentamiento de buscadores de oro de Alaska en el siglo XIX en una cantera en Tarragona (Cataluña), esta mina de oro del siglo de la industrialización constaba de 9 casas hechas con materiales propios a los que se utilizaban en esa época y grandes estructuras de extracción del oro que se utilizaban en aquel entonces para la excavación del mineral.
Se quería recrear este asentamiento del siglo XIX en una película ambientada en la actualidad para reflejar los orígenes del personaje de Snail, un hombre tremendamente poderoso cuya familia empezó a hacer dinero en las minas de oro de Alaska, por ello, él, en un momento de dificultad y peligro, vuelve a aquellos orígenes rememorando y refugiándose en la época de auge de su familia.
Como las construcciones de este espacio empezaron en el mes de julio, era imposible que existiera nieve de ningún tipo, así que el equipo de efectos físicos liderados por Pau Costa cubrió el escenario de nieve artificial y niebla en pleno verano, consiguiendo así transportar el frío Alaska en una vieja cantera del sur de Cataluña.
Igual que con Snail Town, el personaje de Snail fue lo que sirvió de referencia para la construcción del jet privado. Se apostó por construir desde 0 un jet que buscando reflejar lujo y opulencia, con la mirada al pasado y a lo clásico que tiene el personaje de Snail.
Otro de los enclaves complejos fue el Campamento de refugiados de Lampedusa, dónde en una antigua piscifactoría de 800 metros de extensión en Fuerteventura se consiguió recrear un campamento entero con distintos espacios por los que el equipo podía transitar sin tener que cambiar de localización.
Nuestra película termina en un hermoso poblado al lado del mar en Camerún. Este espacio se filmó en la larguísima playa de Cabo Skirring, en Senegal, en solo 6 semanas se construyeron 10 casas con espacios comunes siguiendo las técnicas y los materiales propios del país, para que posteriormente se rodará durante una semana entera con más de 100 personas en set cada día.
Para poder dar dimensión y conseguir esa sensación de globalidad de la película, realizamos una búsqueda internacional para encontrar al reparto, entre varios lugares, hicimos un casting en Congo, dónde conseguimos encontrar a la actriz Dayana Esebe, que encarna a Yeleen.
Desde vestuario también fue todo un reto recrear los distintos ambientes por los que viajan los personajes. Empezando por lujosas y bellas confecciones propias de alfombra roja y pasando por comunas, campos de refugiados y un mar inclemente?
El estilo de nuestra protagonista, Laura, va mutando a las circunstancias, dejando entrever su personalidad camaleónica en su vestimenta, a medida que va enfrentándose a cada uno de los retos que se encuentra en la película.
Dado que los personajes hacen un gran viaje a través de diferentes países el equipo de vestuario realizó un arduo trabajo con la ambientación de la amplia figuración de cada zona del mundo representada, así como con el deterioro progresivo de las prendas de los protagonistas.
Después de un rodaje de más de 12 semanas en 3 países distintos incluyendo un rodaje marítimo logísticamente muy complejo, la posproducción ha supuesto también más de un año de trabajo.
A pesar de que la mayoría de escenarios están construidos por el equipo de arte y de efectos físicos, hay escenarios que han tenido que ser intervenidos por parte del equipo de VFX para reforzar ese aire post apocalíptico de la película y para conseguir reflejar los distintos entornos por los que viajan nuestros personajes.
Para conseguir recrear el Buckingham Palace se necesitaron más de 130 planos del interior de 3 salas distintas, todo un reto para la resolución en 4k, ya que todas las escenas que transcurren ahí están rodadas bajo un enorme croma.
Se recreó el exterior del jet de Snail, a la vez que el entorno que le rodea, y se alargaron paisajes recreados por el equipo de arte para dimensionarlos, como por ejemplo las escenas marítimas que se descontextualiza el espacio para que fuera ilocalizable.
Gracias al esfuerzo de todos los departamentos conseguimos acompañar a nuestros protagonistas en un viaje tanto físico como emocional que les llevará a luchar por sobrevivir y reflexionar sobre el verdadero valor de los bienes materiales.
GALERÍA DE FOTOS
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