INFORMACIÓN EXCLUSIVA
NOTAS DE LOS DIRECTORES...
Esta película sobrevuela entre la realidad y la ficción. Todo lo que se cuenta es veraz aunque mucho de lo que se narra es producto de una puesta en escena.
Pablo y Marieta estudiaron carreras universitarias y encontraron un buen trabajo relacionado con sus estudios. Vestían de etiqueta, tenían un buen sueldo y trabajaban de 8 a 3 en lujosas oficinas. Vivían en una buena casa en el rockero barrio de Malasaña.
Hoy en día, ese sería el culmen para mucha gente. Pero a ellos les faltaba completar la otra mitad de su vida y luchar por su sueño para ser felices. Hicieron las maletas y pasaron de ser “juppies” a ser unos “trotamúsicos”. Viven con la casa a cuestas en su vieja furgoneta. Ahora tienen casi 50 años y son una pareja de rockeros que se aferran a sobrevivir en la ciudad de Los Ángeles. De la mano de esta pareja de músicos, realizamos una incursión en el mundo alternativo de esta gran ciudad. En definitiva, este largometraje es un catálogo de personajes, música, anhelos y vivencias al límite de dos luchadores que aun buscan cumplir su sueño americano.
LA PAREJA:
Cada minuto de su vida es intenso. Como dos personajes sacados de una novela, son protagonistas de su propia película.
Te atrapan y te mantienen con los ojos como platos. Son pura dinamita. Como Bonnie & Clyde. Como Sid & Nancy. Como Cassius Clay y George Foreman en un ring. Como Sailor y Lula en Corazón Salvaje. Como encender un cigarro sobre un bidón de gasolina.
RUFUS:
Es un caniche que Pablo y Marieta adoptaron hace años cuando era un cachorro abandonado en las calles de México DF.
Es el bálsamo que les apacigua, el motivo de unión cuando están enfadados. Es como el hijo que nunca han podido tener. Juntos son una familia.
LOS ÁNGELES. LA CIUDAD Y LAS BANDAS:
Todo el mundo tiene un sueño que quizás en su pueblo, ciudad o país no puede expresar. La competencia es inmensa porque allí todo el mundo va a jugársela. No tienen nada que perder y luchan a con todo su alma. Venidos de todos los rincones del mundo, gentes de todo tipo y edades, buscan cumplir sus sueños y conocen sus decepciones.
En Los Ángeles todo vale. Son estrafalarios, sin importarles lo que digan los demás. Viven a tope la música desde que se levantan hasta que se acuestan. Algunos son apenas unos críos mientras otros tienen más de 70 años y son más modernos que nadie. Viven en casas de amigos, moteles baratos y hasta en salas de ensayo. Algunos trabajan de camareros, otros de “pipas” en conciertos, varios son fotógrafos y otros venden marihuana, pero todos lo tienen claro.
ROCK O MUERTE. LA FÁBULA DE LA MALA SUERTE:
Una gran metedura de pata les ha descolocado. Una noche saliendo de la fiesta de un amigo, Marieta, completamente borracha, le da un golpe a un coche. La policía, además de la prueba de alcoholemia, a Pablo le encuentran un gramo de cocaína escondida en un zapato.
Tienen caducado el visado desde hace tiempo y están de ilegales en EEUU. Esa noche la pasan en comisaría. Su amiga Karen paga la fianza y tienen que irse a vivir a Tijuana. Desde allí entran y salen para dar sus conciertos, jugándosela a cada momento. Si les vuelven a detener, tendrán que cumplir una condena. Es un bajón emocional que les va a hacer plantearse su futuro. El tiempo no pasa en balde. Uno se pregunta si ha llegado el momento de volver a España, dormir un mes seguido en el mismo colchón y ver a la familia. Pero esa no es una decisión fácil de tomar.
MUCHOS AÑOS ATRÁS:
Desde 1992 Pablo se levanta cada mañana a las 7am y se enfunda su traje para ir al banco donde trabaja desde que terminó sus estudios de económicas. Al terminar su tediosa jornada laboral, va a casa de Marieta, se quita la corbata, se pone sus vaqueros y coge su guitarra eléctrica para desfogarse. Así todos los días, hasta que por fin toma una decisión que cambiará su vida. Dejar el banco para intentar vivir de su pasión; la música. Marieta, enamorada de Pablo hasta las trancas, también decide dejar su trabajo fijo como periodista en IFEMA para apoyar a su chico. Con sus ahorros, deciden jugársela y saltar el charco. Aquí comienza Subterranean.