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NOTAS DEL DIRECTOR...
   El reto que nos planteamos en ‘Sí, quiero (Corredor)’ fue conseguir crear una historia llena de ritmo, de empatía, de comedia y de enredo mientras mostramos todas las carencias e incomodidades que existen en la red de trenes que une la costa mediterránea.
  Las referencias con las que hemos trabajado van desde los Hermanos Marx a Berlanga, pasando por Billy Wilder o Almodóvar, pero sin dejar de buscar un camino nuevo personal, actual y vivo que haga de nuestra historia algo muy especial.
  Para conseguirlo partimos de una versión final de guion trepidante, que hemos podado con la delicadeza de un maestro en bonsáis para que no se pierdan los gags ni toda la carga de visibilización del problema y para que acreciente el ritmo frenético que debe tener la historia.
  En un momento en el que el público está cada vez más acostumbrado a un lenguaje inmediato de consumo a través de móviles y tablets, es importante que nosotros le demos un contenido que sea contundente y que esté extremadamente vivo y pegado a la cotidianidad, sin que por ello tenga que perder la elegancia y la belleza del lenguaje cinematográfico.
  De ahí que la elección y el cuidado de los planos nos permitan esa dualidad, una cámara viva y presente que además nos ayuda a hacer hincapié en las carencias del tren y en la intensidad creciente de la historia hasta llegar al clímax final.
  Pero lo más importante de esta historia (algo que reflejo en toda mi filmografía) son los personajes que hemos creado y que nos cuentan el relato. A través de sus ojos, sus emociones y sus palabras, vamos a ver cómo sufren la situación pero a la vez cómo no dejan de pelear y luchar por conseguir sus objetivos y sus sueños, aunque las circunstancias les pongan en dificultades.
  Para eso contamos con un extraordinario casting de intérpretes con una dilatadísima experiencia en el mundo de la actuación y algunas incorporaciones de artistas expertos en los nuevos lenguajes a través de las redes sociales y que enganchan por lo directo, fresco y vital de su discurso.
  Ellas y ellos son la piedra angular de la historia sobre la que van a girar los demás elementos narrativos (vestuario, maquillaje, peluquería...) para que desde el minuto uno hasta el final nos enganchemos a su pequeño trocito de vida, les acompañemos en este destartalado viaje y vivamos junto a ellos una historia mágica, llena de humor y comedia.

NOTAS DE LOS GUIONISTAS...
  Teníamos el reto de celebrar una boda en el trayecto del Corredor del Mediterráneo. Con esta idea como punto de partida, nos basamos en las numerosas quejas reales de los pasajeros que cada día utilizan el ferrocarril en el Mediterráneo para plantear situaciones y personajes que pudieran ser reconocibles para el espectador.
  Hacer una comedia romántica en un tren ya era de por sí un planteamiento divertido. Además, cualquier inconveniente es motivo para generar comedia.
  Los problemas y las quejas de los pasajeros son muy reconocibles y llevadas a la exageración resultan muy divertidas. Lo mejor es saber reírse de los errores, y eso nos dio capacidad de jugar y de generar situaciones rocambolescas.
  El resultado es que hemos podido integrar la reivindicación del Movimiento #QuieroCorredor, introduciendo momentos que revelan infraestructuras
anticuadas, la lentitud de los trenes, las largas esperas por motivos técnicos y la necesidad de un trayecto único que comunique toda la costa del Mediterráneo.
  Creemos que la historia ha conseguido plasmar las dificultades y paradojas cotidianas totalmente reales que los viajeros se encuentran cuando quieren desplazarse en tren por nuestras comunidades costeras, y también ha conseguido poner de manifiesto muchas de las carencias que convendría resolver.

NOTAS DE LOS CREADORES...
  En 2016 rodamos el trazado completo del Corredor Mediterráneo desde un helicóptero para demostrar que las obras ni estaban completas ni estaban siendo ejecutadas. Desde entonces, la obsesión de AFTERSHARE.TV ha sido informar e implicar a la ciudadanía en la reivindicación de una infraestructura ferroviaria imprescindible para el futuro de las comunidades mediterráneas españolas y para todo el país.
  Con esa idea en la cabeza, en 2019 creamos el show de humor Es de risa. Un espectáculo de monólogos con Santi Millán, Jose Corbacho y Javi Sancho que obtuvo un gran éxito de público, demostrando que aunque la reivindicación de una infraestructura ferroviaria debe hacerse con rigor técnico, también puede ser compartida con la sociedad con humor e ironía.
  Surgió entonces la posibilidad de rodar una comedia romántica inspirada en Ocho apellidos vascos, la película española más vista en cines y en televisión, y en la que el director Alfonso Sánchez trabajó como actor. Queríamos crear un contenido, un cortometraje, que la gente quisiera ver, algo en lo que en AFTERSHARE.TV creemos profundamente.
  Un formato para todos los públicos que nos permitía tener cuatro protagonistas procedentes de las cuatro comunidades mediterráneas para que juntos alcanzaran un objetivo común y demostrar así que unidos podemos lograr lo que nos propongamos.
  La idea: una boda en un tren. Un casamiento disparatado con una novia valenciana, un novio catalán, un primo murciano y una supervisora andaluza.
  Y con invitados de Catalunya, Comunitat Valenciana, Murcia y Andalucía.
Todos ellos se tenían que enfrentar juntos al reto de llegar al “Sí, quiero”, sin saber que contarían con la oposición de un invitado totalmente inesperado: el propio tren y la situación de las infraestructuras ferroviarias del arco mediterráneo.
  Ya teníamos la idea. Necesitábamos a una compañera de viaje capaz de hacerla realidad: La Caña Brothers.

NOTAS DE LOS PRODUCTORES...
  Rodar una comedia romántica como ‘Sí, Quiero (Corredor)’ hubiera supuesto un gran reto en cualquier momento.
Pero cuando recibimos la petición de AFTERSHARE.TV en pleno confinamiento de 2020, sabíamos que nos íbamos a enfrentar al menos a tantos baches como los que superan cada día los pasajeros del ferrocarril en nuestro país.
  El talento de Nacho López Murria y Estíbaliz Gabilondo fue el pitido de salida.
Ellos convirtieron desde sus casas la idea de una boda en un tren en un guión lleno de tensiones familiares y situaciones divertidas. Pero necesitábamos un maquinista para dirigir el proyecto con solidez, que encontramos en Alfonso Sánchez, que acababa de estrenar ‘Superagente Makey’ –una de las cinco películas españolas más taquilleras de 2020– y había participado como actor en ‘Ocho apellidos vascos’, tal vez nuestro mayor referente.
  Desde el primer momento, Alfonso hizo suyo el proyecto. Pulió el guión junto a Nacho y Estíbaliz, participó en la selección del elenco, empezó los ensayos cuando aún no nos estaba permitido viajar y creó una comunión perfecta
con Adolpho Cañadas, nuestro director de fotografía, demostrando en todo momento el saber hacer que solo puede tener un director de su experiencia, visión y sentido de la comedia.
  Todo el proceso estuvo condicionado por la pandemia del Covid-19. Teníamos que rodar con total seguridad para actores y equipo técnico, lo que
nos obligó a descartar las localizaciones que habíamos seleccionado y recrear un vagón de tren desde cero en un hangar en las afueras de Madrid.
  Para simular la marcha del tren, se rodeó de pantallas en las que proyectamos una grabación que realizamos a bordo del Euromed Barcelona-València.
  Una tecnología conocida como Stagecraft y utilizada por primera vez a gran escala en The Mandalorian, que nos permitía recrear la sensación de tren en marcha con todos los elementos del paisaje que proyectan luces y sombras en el interior del vagón.
  El rodaje de ‘Sí, Quiero (Corredor)’ ha sido un ejercicio titánico en el que todos hemos aportado. Esperamos que sirva para su fin: que todo el país se enamore de esta película y diga ‘Sí, quiero’.
  Para que pareciera que iba en marcha, se rodeó de unas grandes pantallas a modo de bóvedas que mostraban imágenes reales del trayecto de Barcelona a València en tren. Todas esas imágenes se habían grabado previamente a bordo de un tren real.
  Esta tecnología de efectos especiales basada en las pantallas gigantes y curvadas, es la misma que se emplea en la serie de ciencia ficción The Mandalorian.
  Solo con este innovador sistema podíamos conseguir el efecto de realidad que buscábamos al simular un tren en movimiento. Al ver el cortometraje, se puede apreciar cómo los cambios de luz provocados por elementos del paisaje como árboles y postes, por ejemplo, afectan a la luz que llega al interior del vagón de la misma forma que ocurriría en la vida real.

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