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ACERCA DE ROBERT E. HOWARD Y EL PERSONAJE DE SOLOMON KANE...
  Con SOLOMON KANE, CONAN EL BÁRBARO y sus restantes héroes, el icónico escritor norteamericano Robert E. Howard creó el género conocido actualmente como “ESPADA y BRUJERÍA”, a finales de la década de 1920 y principios de los años 1930. Su obra ha generado innumerables imitadores y ha logrado una influencia en el género fantástico solo comparable a la de J.R.R. Tolkien. Ahora, casi una década después, SOLOMON KANE se prepara para convertirse en la próxima gran trilogía cinematográfica.
  SOLOMON KANE es una oscura y seria historia épica y fantástica de acción y aventura basada en el personaje de la colección de relatos y poemas de Howard llamada “The Savage Tales of Solomon Kane” (Relatos salvajes de Solomon Kane). A Howard le fue atrayendo cada vez más el concepto de personajes que protagonizaran series de relatos y presentó su historia a una revista ‘pulp’ de la época de la Gran Depresión llamada Weird Tales. El resultado fue "Red Shadows" (Sombras rojas), la primera de todas las historias protagonizadas por el vengativo aventurero puritano SOLOMON KANE, que apareció por primera vez en el número de agosto de 1928. SOLOMON KANE logró un gran éxito entre los lectores, al igual que la cada vez más sombría e intensa visión del mundo de Howard, una perspectiva sangrienta, oscura y fatalista alimentada por intensas tendencias depresivas suicidas y amplios estudios de historia, guerra, filosofía y poesía.
  A lo largo de los cuatro años siguientes, llegarían otras seis historias de SOLOMON KANE, y en ese tiempo Howard empezó ya a ampliar sus horizontes. Probó suerte cada vez más con el verso y escribió cientos de poemas, de los que se publicaron docenas en Weird Tales y diversas publicaciones de poesía. Las mejores de estas creaciones siguen siendo clásicos, que evocan las mismas visiones míticas, oscuras y salpicadas de sangre sobre la guerra y la rapiña que sus mejores historias. El personaje más famoso de Howard, CONAN EL BÁRBARO, surgió en la década de 1930 a partir de una serie de relatos cortos y novelas.
  Las tendencias oscuras de Howard se hicieron evidentes en 1936 cuando se suicidó de un tiro en la cabeza tras velar el lecho de muerte de su madre. No obstante, su legado y su obra original de más de 800 historias, poemas y novelas han llegado a un gran público internacional y han dado lugar a grandes franquicias cinematográficas, series de televisión, cómic y adaptaciones en novelas gráficas, juegos, juguetes y todo tipo de productos derivados.

LA PRODUCCIÓN...
  Para el productor Paul Berrow, trasladar las aventuras sobrenaturales de Solomon Kane de la página a la gran pantalla ha sido un viaje que le ha llevado una década. El proceso de desarrollo comenzó cuando su compañía, Wandering Star, adquirió los derechos del personaje de Robert E. Howard con intención de realizar la película y producir una serie de libros de edición limitada. Tras el éxito sin precedentes de esa serie, los siguientes pasos consistían en conseguir un socio para la producción y elaborar un guión.
  En 2003, Berrow se unió al conocido productor Samuel Hadida. “Paul me introdujo en este mundo y Solomon Kane es, junto a Conan, uno de mis héroes favoritos así que, cuando me dijo que tenía los derechos para llevar “The Savage Tales of Solomon Kane” a la gran pantalla y estaba buscando un productor y socio interesado en el proyecto, me pareció un sueño hecho realidad”.
  “Con Kane, queremos crear algo realmente original, que sea respetuoso con el mundo de Robert E. Howard. Pronto se cumplirá el 75º aniversario de su muerte y queremos que este personaje cobre vida a lo grande”, explica Hadida.
  Juntos, Hadida y Berrow se reunieron con muchos posibles guionistas. Hadida comenta que “querían encontrar a alguien que se entregara en cuerpo y alma para buscar la mejor historia posible. La mayoría de los guionistas planteaban historias de Solomon Kane, con el personaje ya formado, como en los libros. Nos parecía que faltaba algo. Queríamos algo más que una simple aventura de Solomon Kane, queríamos empezar una trilogía. Por eso era importante establecer el personaje y contar la historia de cómo ese hombre se convirtió en Solomon Kane”.
  Al reunirse con el guionista/director Michael J. Bassett, que les presentó el guión ideal, quedaron impresionados de inmediato por su entusiasmo, su pasión y su compresión del género.
  Como fan tremendamente entregado del género de fantasía y ávido lector de escritores que van desde Michael Moorcock, Stephen Donaldson y J.R.R. Tolkien a Robert E. Howard, Bassett quedó encantado por la propuesta de Hadida y Berrow para que creara y dirigiera un relato que contara el origen del puritano aventurero de Howard. Una vez embarcado en el proyecto, Bassett se dispuso a crear una historia original, que girara en torno a los personajes y ambientada en una versión fantástica de la Inglaterra del siglo XVI, repleta de demonios, necrófagos, criaturas voladoras y hechiceros malvados.
  “Al leer los relatos de Solomon Kane, se hacía evidente que se trataba de un personaje que necesitaba desesperadamente pasar a la gran pantalla. Pero tenía que intentar encontrar una historia que sirviera para presentarlo al público general que acude a las salas de cine. Así que, en vez de tomar una de las historias originales de Howard, decidí crear una que contara el origen de Kane, para que pudiéramos entender algo mejor quién es. De ese modo, para cualquier otra película, podemos usar ya las historias originales de Howard”, explica Bassett.
  El guión original de Bassett, primera parte de una trilogía inspirada en la serie de relatos de Howard de las décadas de 1920 y 1930, sigue el viaje de transformación y redención de Kane, de sanguinario bucanero desalmado a vengador puritano, que sirve, de forma efectiva, como punto de partida de la trilogía de películas que recogerá sus viajes por el mundo, mientras prosigue aniquilando el mal en nombre de Dios.
  Como guionista, además de director, Bassett se esforzó por crear una oscura y violenta aventura fantástica que presentara lo mejor posible a Solomon Kane al gran público, a la vez que se mantuviera fiel a las intenciones de Howard y a los aspectos de Kane con los que más disfrutan los innumerables fans incondicionales del personaje. “Tengo que ir pisando una línea muy delgada, porque quiero que los fans de las historias originales disfruten esta película, además de atraer a mucha más gente a este mundo. Naturalmente, es imposible contentar a todos pero, como fan del género, quería crear una película que yo querría ver. Y, tal como están las cosas, se trata de una historia impresionante”, agrega Bassett.
  Bassett pasó alrededor de año y medio creando el guión en las oficinas de París de Davis Films.
El rodaje de Solomon Kane se realizó en 12 semanas en la República Checa, además de algunos días de filmación en el Reino Unido, y es la segunda película de Bassett que rueda en tierras checas, tras la cinta con la que debutó en la dirección, Deathwatch. Rodada en Praga y alrededores, los cineastas aprovecharon al máximo los escenarios únicos que ofrece el país, desde los castillos medievales de Tocnik y Zvikov, el último de los cuales hace las veces de monasterio de Kane, a las cuevas de Puste Kostely y los antiguos bosques de Jevany.
  Inspirándose en las pinturas de Caravaggio y los maestros holandeses para dotar a la película de una cualidad visual atemporal, Bassett y Laustsen concibieron una gama de colores apagados y un aspecto desaturado para Solomon Kane. “La vamos a rodar de una forma muy clásica, ni cámara en mano ni granulado, vamos a hacerlo a la antigua, pero muy estilizado”, afirma el director de fotografia.
  Uno de los interiores más grandes que tuvo que construir Eyres fue el Gran Salón del castillo de Axmouth, hogar de la infancia de Kane, que mide unos impresionantes 70 metros de punta a punta. Las labores de construcción llevaron diez semanas en los Gatteo Studios de Praga y, tras rodar todas las escenas de la infancia de Kane, Eyres y su equipo transformaron por completo el plató en cinco días para reflejar la encarnación del castillo como temible dominio del malévolo Malachi. Eyres también construyó en este mismo plató los decorados del misterioso castillo norteafricano, donde Kane ha de vérselas con el demonio Guadaña, en las primeras secuencias de la película.
  En el interior de la torre del homenaje de este castillo es donde aparecen los primeros elementos fantásticos de la película. “En la antesala de este salón del trono hay una sala de espejos y unas extrañas creaciones orgánicas con un cristal negro raro, retorcido, con burbujas, en cuyo interior acechan criaturas, y los espejos son, además, un portal a otra dimensión”, explica Bassett.
  Eyres también construyó algunos de los decorados exteriores de la película, como la iglesia en ruinas del padre Michael o el pequeño pueblo con mercado, escenario de la crucifixión de Kane, en la parte posterior de los Barrandov Studios de Praga. El decorado del pueblo con mercado sirvió un doble propósito, ya que Eyres y su equipo pudieron prenderle fuego más tarde y convertir las calcinadas ruinas en otro decorado más: el devastado pueblo que Kane y los Crowthorns cruzan en su viaje.
  Todos los decorados que aparecen en Solomon Kane fueron construidos por artesanos locales y el productor delegado Philip Waley, entre otros, quedó encantado con el resultado final. “El personal checo es insuperable y creo que el oficio con que están hechos los decorados es asombroso”.
  Además de aprender esgrima bajo la tutela de Ryan y equitación bajo la de Henson para el papel, Purefoy se sometió a ocho meses de ardua preparación física para conseguir un físico y un porte similares a los de Kane, tal como se describe en la obra de Howard.
  “James consigue mantener en todo momento un aspecto fenomenal sin matarse. Se entrega en cuerpo y alma, lo da todo, un 120%”, afirma Henson. “Puedo asegurar, con la mano en el corazón, que ha realizado el 95% de sus propias peleas de espada, montar a caballo y toda la acción”. Al hacerlo, Purefoy sufrió varias heridas que precisaron puntos, pero fue todo en nombre de representar de manera creíble a un genial espadachín perfectamente capaz de acabar con todo enemigo que se le pusiera por delante.
  “James lucha metido en su personaje. Lucha como si quisiera matarte, lo que es genial”, comenta Bassett. “Cuando Kane desenvaina su espada, su única intención es matarte. Y James se lo ha tomado verdaderamente a pecho”.
  Solomon Kane también ofreció a Henson y Ryan la aterradora oportunidad de coreografiar y supervisar la que es, posiblemente, la pelea con espadas llameantes más larga de la historia del cine, durante la cual uno de los enemigos sobrenaturales de Kane sigue enzarzado en combate mortal a pesar de estar completamente envuelto en llamas.
  Otro de los agotadores retos físicos que Purefoy tenía que afrontar durante el rodaje era la escena de la crucifixión de Kane en el pueblo con mercado a manos de los saqueadores. Mark Taylor, primer ayudante de dirección, afirma, “creo que es una secuencia genial. Una vez más, James se portó como un campeón. No es muy divertido que digamos tener que aguantar en una cruz a cero grados mientras caen chuzos de punta”.
  Como Solomon Kane es una película fantástica llena de elementos sobrenaturales y brujería, la cuestión del maquillaje y los prostéticos y el diseño de criaturas resultaba crucial para lograr plasmar la visión del director (y de Howard). A pesar de la preponderancia de efectos de vanguardia y mejoras digitales en el filme, Bassett quería a la vez crear una película con una base sólida y un aspecto atemporal. Bassett explica, “se trata de buscar un modo de lograr fusionar momentos con criaturas modernas y efectos especiales muy modernos con una historia clásica, en cuyo centro se halla una gran interpretación de un protagonista que en mi opinión se trata de algo especial que va a llamar la atención. Van a ver el Kane de James Purefoy y pensar, ‘vaya, ese tipo es extraordinario’”.
  Al empezar el desarrollo de la película, Hadida decidió recurrir al importante diseñador de criaturas Patrick Tatopoulos, que ya trabajó como diseñador de criaturas en la producción de Hadida Silent Hill, y al destacado dibujante de cómics Craig Staples para elaborar los diseños conceptuales iniciales de algunas de las particulares criaturas de la película. Bassett pasó varias semanas con Tatopoulos para tratar de “crear una nueva imagen para las criaturas, cosas que el público no haya visto nunca antes y, aun así, cosas que encajen perfectamente en esta aventura de fantasía con una base real”.
  Además del demonio guerrero, una de las creaciones resultantes de Tatopoulos para Solomon Kane es el diseño del traje de Guadaña, que se encargaría de llevar Ian Whyte, con sus 2,28 metros de altura. “Patrick diseñó el personaje y elaboró su maqueta, que se escaneó al ordenador y se creó como un elemento completamente en 3D”, explica Paul Jones, supervisor de animatrónicos y prostéticos.
  Otro de los numerosos retos que tuvo que afrontar Pattison fue el diseño, realizado una vez más conjuntamente con Jones, y la aplicación, que llevaba cuatro horas, de los múltiples tatuajes, numerosas cicatrices y complicadas heridas de guerra de Kane. Como explica Bassett, “Kane tiene el cuerpo lleno de marcas y tatuajes, lo que supone un cambio con respecto a la imagen clásica de Kane, pero me pareció importante que lo tuviera. Carga literalmente con sus viejas heridas de guerra”.
  Los necrófagos a los que se enfrenta Kane en la película fueron interpretados por una mezcla de especialistas esbeltos y atléticos y bailarines, muy apropiados para interpretar a estas criaturas escuálidas y deformes. Para cada uno de los doce intérpretes principales de necrófagos, Scott elaboró partes genéricas de orejas, frentes, calvas, pecho y espalda. Estos firmes prostéticos de látex se aplicaban luego a cada necrófago y se realzaban todavía más con gran cantidad de pintura corporal, suciedad, sangre, zonas de pelo, lentillas y dentaduras postizas de aspecto malvado.
  Una de las secuencias más cargadas de efectos especiales prácticos se rodó en pleno invierno en el plató exterior de Barrandov Studios y Taylor, primer ayudante de dirección, y su equipo tenían previsto perder un 40% de los 200 extras programados cada día a causa de las desagradables condiciones de rodaje en el decorado del mercado (la producción soltaba 50 toneladas de agua diarias sobre este plató exterior y sobre los actores) y contrataron extras de más como contingencia. Taylor recuerda, “sabía que íbamos a hacer llover y que no iba a ser muy agradable, el barro nos llegaba hasta las rodillas, era realmente horrible, como estar en las trincheras de la 1ª Guerra Mundial”. Para su sorpresa, al cuarto día de rodaje solamente cuatro extras habían cancelado su compromiso y el resto de ellos se mostraron encantados de continuar. “Les dio pena que terminara la escena. Para mí fue una confirmación de que estábamos trabajando en una buena película. Incluso los extras sabían que era diversión de la buena y que lo que estábamos haciendo tenía una aspecto fantástico”.

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