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ENTREVISTA A LA DIRECTORA...
SOLO pinta el retrato de un hombre apasionado que se ve pisoteado por una relación apasionada que degenera y un vínculo maternal que idolatra. ¿Cómo se le ocurrió la idea de explorar estas relaciones tóxicas?...
En primer lugar, porque me apasiona la psicología humana. Quería retratar una relación tóxica, explorar su funcionamiento, sus raíces, sus consecuencias y las razones que pueden llevar a una persona a aceptar ser maltratado por alguien a quien quiere. Quería hacerlo con amabilidad y encontrar formas de entender a todo el mundo, sin señalar con el dedo a un “verdugo” o a una “víctima”. Como guionista, fue un gran reto mostrar tanto amor por todos los personajes implicados en este tipo de relación.
Tuve la suerte de que me acompañara una psicóloga como asesora de guion. Tenía muchas preguntas y no quería que mi experiencia vital o mi criterio interfirieran demasiado en mi representación de la realidad. Quería saber, por ejemplo, cómo el personaje de Simon podía acabar dándose cuenta de que estaba atrapado en dos relaciones tóxicas. No pudo darme una respuesta general que sirviera para todos los caminos, pero sí me dijo algo que me motivó mucho para llevar esta película a buen puerto. Me explicó que muchas personas se dan cuenta de que están en relaciones tóxicas cuando ven una película que muestra el mismo tipo de relación en la que están.
Según ella, el cine puede ser el detonante de su superación. La idea de hacer algo útil con SOLO nos impulsó a los actores y a mí.

Llevas mucho tiempo pensando en poner la escena drag en el punto de mira. Hablas de una “intensa admiración”, incluso de una “obsesión”, por este mundo. ¿Por qué?...
Siempre me ha interesado la comunidad LGBTQ+ y sus luchas, sobre todo la libertad de identificarse con el género (o no género) que uno elija. La intolerancia hacia algo tan personal siempre me ha roto el corazón. Cuando hablamos de cuestiones LGBTQ+ y de transidentidad, hablamos de libertad.
En cuanto a los artistas drag, algunos dirían que son portavoces y modelos para las personas queer que se sienten diferentes e incomprendidas.
Es un magnífico compromiso social que me parece conmovedor. El arte del drag también se burla del opresor. Los artistas reivindican aspectos de su identidad que a veces se utilizan para denigrarlos (la feminidad, por ejemplo), celebrándolos. El acto de subirse a un escenario para actuar como drag puede ser un grito desde el corazón, un manifiesto por la libertad. Así que quería hacer una película en la que el drag fuera un pretexto, algo que apasionara a los personajes, sin que todo girara necesariamente en torno a él.

SOLO presta especial atención al vestuario, el peinado y el maquillaje. Desde el principio seleccionaste la música de los números drag para empezar a crear los looks y la coreografía. ¿Qué tenía pensado para la representación?...
SOLO es mi carta de amor al drag y quería que fuera glorioso y suntuoso.
Dicho esto, para crear un vestuario deslumbrante, una coreografía elaborada y más de 30 pelucas esculpidas y voluminosas, estamos hablando de meses de trabajo. Estos artesanos tuvieron que inspirarse en las canciones elegidas -en particular “I’m Every Woman” de Chaka Khan y “Voulezvous” de ABBA- y todos tuvieron que trabajar juntos. Nunca había hecho tantos preparativos.
Planificar una película sobre artistas drag es realmente más complejo que una película sobre menores.
También terminamos nuestro casting muy pronto porque quería que mis actores tomaran clases de baile y crearan su drag. Les di algunos puntos de partida, pero no quería imponerles un estilo. El coreógrafo Gerard X Reyes, uno de los fundadores de la escena de Kiki Ballroom de Montreal, también tenía el mandato de ayudar a mis actores a encontrar a su propio drag.

Su enfoque del casting fue deliberadamente integrador, tanto para los actores como para los figurantes. ¿Podría contarnos algo más al respecto?...
Mi director de casting y yo hicimos un llamamiento a las agencias, diciendo que queríamos a sus miembros de la comunidad. Algunas entendieron muy bien nuestro planteamiento, mientras que otras se mostraron un poco más reticentes. Me enorgullece decir que conseguimos lo que nos habíamos propuesto. Nos reunimos con todas las personas que estaban interesadas, y les dijimos que cambiaríamos el tono de algunos papeles si era necesario. Lo que me interesa en una audición no es el personaje grabado en piedra, sino la percepción de cada actor que lo mira. Algunos se emocionaron cuando nos dijeron que era la primera audición en la que no tenían que ocultar su orientación sexual. Fue conmovedor, y me hizo querer avanzar aún más en esta inclusividad.

Rodaron en Complexe Sky, un bar mítico del barrio gay de Montreal, que se transformó por completo para la película. ¿Puede contarnos algo más sobre la elección de este lugar?...
Fue un cúmulo de circunstancias lo que nos llevó a rodar en este lugar emblemático del barrio, pero lo que queríamos por encima de todo era crear un clima de confianza, seguridad y celebración de la homosexualidad en nuestro plató. Hubo una carga emocional para los miembros de nuestro equipo al poder afirmar su identidad queer al 100% y vestirse como quisieran. A medida que avanzaba el rodaje, las personas queer detrás de la cámara se sentían más seguras para expresar su identidad de género. Cada día, la gente se liberaba un poco más. Es maravilloso que hayamos podido crear juntos este espacio seguro.

Durante los ensayos, animas a tus actores a desarrollar los personajes que imaginó por primera vez sobre el papel. ¿Por qué?...
Los actores siempre han estado en el centro de mi práctica, y sería un desperdicio desaprovechar su inestimable contribución. Busco el momento del ensayo en el que cada actor me supera en su comprensión y dominio del personaje. A partir de ese momento, cuando me dicen: “Quiero comunicar algo en la escena de esta manera”, lo hablamos y a menudo decido seguirles la corriente. En SOLO, Theodore creó un Simon más provocador y menos amable de lo que era originalmente, y tenía razón.
Me preocupa la verdad y la autenticidad del universo que creamos juntos.

Esta es su tercera colaboración en otros tantos largometrajes con el actor Théodore Pellerin. ¿Podría describirse como su “musa”?...
Por supuesto. Trabajar con Théodore es algo excepcional. Siempre me ha conmovido su manera de ver a los personajes. Su amor por ellos. Los actores que trabajan con Théodore suelen decir que han recibido una clase magistral de interpretación ensayando con él. Tiene un entusiasmo y una obsesión... cuando se embarca en un proyecto, se convierte en su vida durante un tiempo. Creo que eso es hermoso. Hemos avanzado mucho en nuestra colaboración, sé que cuando me señala algo, tiene razón. Cuando le digo que confíe en mí, cede. Somos más un dúo creativo que un tándem actor/director. Es difícil de explicar, pero actores como Théodore no abundan.

¿Por qué pensó en Félix Maritaud para interpretar a Olivier?...
Me gusta mucho el hecho de que no sólo sea un actor de gran talento, sino también un activista queer que ha encontrado el tono adecuado para abordar ciertos temas LGBTQ+ en los medios de comunicación. Me gustó mucho su energía, que era a la vez dura y tierna, muy asertiva y desvergonzada. No tiene miedo y eso me impresiona. Y es increíblemente encantador.
Así que confiaba en que sería poderoso como el Olivier que necesitaba Simon.

Desde Chien de garde, sus películas nos han transmitido sensaciones fuertes y sus personajes dejan una huella indeleble. ¿Cómo explica este enfoque?...
Con mis películas quiero conectar emocionalmente al espectador con realidades que le son desconocidas. Y creo que la mejor manera de hacerlo es poniendo a personajes de los que nos hemos encariñado lejos de nosotros, en situaciones extremas. Si el espectador reacciona con empatía ante lo que está viviendo un personaje que no se parece a él, es entonces cuando podemos conectar con la gente, abrir nuestros corazones y cambiar nuestra perspectiva. Ya no podemos mirar de la misma manera a una comunidad marginada por la sociedad, porque hemos vivido algo muy fuerte con ellos. Y es entonces cuando empiezas a pensar “por qué pagaría servicios sociales para fulanito” o “por qué apoyaría los derechos de menganito”. Por eso creo firmemente en las películas que cambian vidas.

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