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SINOPSIS
El Dr. Martin Harris acude a Berlín para asistir a una conferencia de biotecnología. Al volver al aeropuerto a buscar su perdido pasaporte tiene un accidente y tras salir del coma no es reconocido por su esposa, ni por los compañeros de profesión y otro hombre ha tomado su identidad. Gina, la taxista ilegal que le llevó, le ayudará a demostrar quién es y a huir de unos asesinos que quieren matarle sin saber el motivo...
INTÉRPRETES
LIAM NEESON, DIANE KRUGER, JANUARY JONES, BRUNO GANZ, AIDAN QUINN, FRANK LANGELLA, SEBASTIAN KOCH, OLIVIER SCHNEIDER, STIPE ERCEG, RAINER BOCK, MIDO HAMADA, CLINT DYER, KARL MARKOVICS, EVA LÖBAU, HELEN WIEBENSOHN
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¿Qué pasaría si no pudieras demostrar quién eres, aunque tú supieras perfectamente quién eres en realidad?, ¿Y qué pasaría si otra persona, alguien a quien no conocieras, se hiciera pasar por ti y todo el mundo le creyera?. He aquí el dilema del argumento de “Sin Identidad”.
Basada en la novela de Didier van Cauwelaert, “Sin Identidad” analiza precisamente eso.
Jaume Collet-Serra comenta: “Mis películas favoritas son los thrillers al estilo de Hitchcock, esos que envuelven al espectador en una atmósfera de misterio, llegando a confundirle tanto como a los propios personajes y uno no sabe adónde le va a llevar en realidad la historia”.
Para dirigir la película, Silver eligió a Jaume Collet-Serra, con quien había trabajado anteriormente en dos películas. “Jaume tiene mucho estilo y sabe cómo revelar un misterio. Tenía muchas ganas de volver a trabajar con él”.
El protagonista de “Sin Identidad” fue el elegido para su papel desde el principio. “Para mí, lo importante es el guión, y este era increíblemente adictivo”, confiesa Neeson. “Antes de aceptar hago la prueba de fuego: si llego a la página 50 sin haber hecho una parada para tomarme un té, es buena señal. Era un material tan bueno que tuve que leérmelo entero de una sentada”.
El productor Andrew Rona está de acuerdo. “Era un guión que no podía rechazar. Era una lectura tan estimulante que me moría de ganas de ver cómo quedaría la versión cinematográfica”.
“’Sin Identidad’ es como un tren de mercancías, simplemente te coge y te lleva”, afirma Joel Silver. “Y puede que pienses que sabes adónde va, pero no creo que lo averigües”.
Los hechos transcurren en la capital de Alemania, Berlín, donde también se rodó la película. Collet-Serra dice que la ciudad era perfecta para la temática de la historia. “El núcleo de la historia es una crisis de identidad y Berlín la tiene, habiendo estado dividida durante tantos años. Ahora, incluso después de su reunificación, con los nuevos edificios irguiéndose entre los antiguos, todavía se pueden ver las cicatrices. Hay dos mundos diferentes que coexisten en la ciudad, así que para mí, Berlín era una extensión del personaje principal de la película”.
Una de las ventajas de rodar en Berlín era que, según Silver, “de verdad han invertido y se han tomado el tiempo necesario para construir una infraestructura. Grandes equipos, grandes instalaciones. Se ha convertido en una de mis ciudades favoritas para rodar”.
Collet-Serra describió la misión de Martin Harris al diseñador de producción Richard Bridgland como un viaje a través de un laberinto, donde a menudo topa con un callejón sin salida, tiene que volver sobre sus pasos y probar otro camino para descubrir quién es. Bridgland trató de usar los distintos emplazamientos de la cuidad para ilustrar las dos caras del dilema de Martin, el mundo al que cree que pertenece y el mundo en el que se encuentra cuando le arrebatan su identidad. Esta dicotomía se observa de forma natural porque, después de que el Muro de Berlín cayera y los comunistas empezaran a dispersarse hace 20 años, Berlín experimentó un crecimiento masivo cuando las dos mitades de la ciudad volvieron a unirse.
La producción utilizó los antiguos Berlín Oriental y Occidental con distintos barrios, desde los suburbios del distrito Friedrichshain-Kreuzberg hasta otros lugares más emblemáticos, como la Puerta de Brandemburgo y la Isla de los Museos. “Nuestro personaje principal no tiene casa, así que le seguimos por la ciudad en taxi, a pie y en U-Bahn (metro de Berlín)”, indica el director.
“Rodamos en 40 sitios diferentes en 48 días”.
Al principio, Cuando Martin y Liz Harris llegan a la ciudad, van directamente a su hotel, el famoso hotel de cinco estrellas Hotel Adlon. Está situado cerca de la representativa Puerta de Brandemburgo, en la avenida Unter den Linden. El hotel sobrevivió a los bombardeos de la guerra, pero se quemó por culpa de un incendio 10 años más tarde. Entonces lo restauraron para dejarlo en el lujoso estado en el que estaba antes.
Rodar en un hotel funcionando, con más de 100 miembros del rodaje, toneladas de equipo y numerosos extras fue un desafío para la producción, que tuvo que tener mucho cuidado para no molestar a los demás huéspedes del hotel. Bridgland afirma: “Teníamos que grabar las escenas sin interferir en la vida normal del hotel y nos construimos nuestro propio mostrador de recepción para no molestar a los verdaderos clientes. Pero nos permitieron grabar en el espacioso vestíbulo, en el comedor, los pasillos y en la cocina, bajo las escaleras. Nos permitieron acceder a muchas zonas, para ser un hotel con tantos clientes”.
Sin embargo, hay una secuencia con escenas de riesgo y efectos pirotécnicos que no podíamos rodar allí. En lugar de eso, el equipo de diseño de producción construyó una réplica del salón de baile del hotel en un plató del Studio Babelsberg, uno de los estudios de grabación más importantes y el más antiguo del mundo, creado hace casi 100 años. Lo que sí rodaron fuera del emplazamiento real fueron las secuelas de una explosión. El equipo artístico creó cráteres de escombros y destrucción por todo el exterior del Adlon. A los creadores de la película les hizo gracia cuando se enteraron de que, debido al próspero vanguardismo de la ciudad, mucha gente que pasaba por allí se paraba a preguntar si aquello era algún tipo de obra de arte y se interesaba por saber quién era el artista.
Mientras trata de localizar a Gina, Martin recuerda el logotipo de su taxi, la Torre de Televisión, un punto de referencia del Berlín Oriental construido intencionadamente para que destacara sobre la ciudad. Para reproducir el garaje de taxis, la producción utilizó una fábrica de cerveza del siglo XIX. La centralita de taxis la construyeron a partir de una de las vistas favoritas de la ciudad de Bridgland, una cabaña de metal como las que usaban en la ciudad los trabajadores de la construcción para hacerse el té.
Otro lugar que a Bridgland le encantó recrear fue el apartamento de Gina. “Vive en Kreuzberg, donde se establecieron los primeros trabajadores inmigrantes turcos”, dice. “El edificio de su apartamento es el hogar de muchos trabajadores temporales, legales e ilegales y nos imaginamos que ella escogería el ático para intentar convertir este ambiente frío y deprimente en su hogar. Tiene las paredes forradas con tela y algunos objetos personales como fotos y ese tipo de cosas, para que le recuerden a su vida anterior. Lo que ella se está haciendo es un nidito en un ambiente inhóspito.”
Una casa muy diferente que visita Martin es la de Herr Jürgen, ex miembro de la Stasi, la policía secreta que infundió a amigos y vecinos la idea de espiarse entre ellos. Bridgland quiso plasmar la anterior vida de Jürgen en aquello que le rodeaba. “Está claro que Jürgen disfrutaba de su trabajo y de la vida privilegiada que llevaba y reflejamos esto decorando su apartamento tal y como habría sido antes de la caída del Muro. Se pueden ver sus medallas y menciones de honor y su mobiliario es de mucha mejor calidad que la que los ciudadanos de a pie de la Alemania Oriental podrían permitirse. Es casi el museo de una vida de poca monta de la Stasi del siglo XX, una vida que disfrutó y que ahora echa de menos”.
Los exteriores del apartamento de Jürgen se rodaron en Friedrichshain, en la calle Karl-Marx Strasse, fuera de uno de los edificios más antiguos, construido por el régimen soviético para albergar al personal que enviaban de Moscú para vigilar a los berlineses del Este. Irónicamente, hoy en día, la demanda de estos luminosos y espaciosos apartamentos es muy alta.
La escena en la que Martin y Gina se encuentran con Jürgen le recuerda a sus días en la Stasi: un encuentro clandestino en un puente de la Isla de los Museos, sobre el río Spree. El agua está empezando a descongelarse y enormes bloques de hielo pasan flotando por el fondo. El clima helado espanta a los muchos turistas que normalmente habrían abarrotado la zona. De hecho, rodar principalmente en exteriores durante el invierno más frío de la ciudad de los últimos 20 años, dio bastantes problemas a los actores y al equipo de rodaje y causó dificultades en algunas escenas debido a la falta de luz y el mal tiempo, pero también sirvió para enfatizar la sensación de aislamiento del personaje principal.
En colaboración con Collet-Serra, el director de fotografía Flavio Labiano comenta: “grabé la película pensando en la perspectiva de aislamiento de Martin como un hombre que busca la verdad”.
“Tuvimos la suerte y la desgracia de que hubo varias fuertes nevadas en diciembre, que duraron hasta mediados de febrero”, recuerda Collet-Serra, “y nos permitieron mostrar la ciudad como quizá no habríamos podido de otro modo, toda cubierta de nieve. Por supuesto, luego desapareció y eso supuso otro reto. Teníamos que continuar, así que tuvimos que fabricar nuestra propia nieve”.
Uno de los acontecimientos más importantes de la película lo rodamos por completo en el exterior, por las calles de Berlín. Una larga persecución de coches en la que Martin y Gina intentan escapar de los asesinos que les siguen. Tardamos 10 noches en terminar la secuencia y, después de un rodaje exterior tan largo pasando frío, el reparto y el equipo se morían de ganas por volver a rodar interiores.
“Esta película te da lo mejor de ambos mundos”, dice Joel Silver. “Es un viaje que te mantiene en tensión en la butaca y hace que trates de averiguar lo que ocurre en todo momento”.
Jaume Collet-Serra concluye: “Desde el momento en que Martin Harris se despierta y le dicen que ya no es el hombre que piensa que es, no dejamos de intentar averiguar lo que pasa. Ninguno de nosotros se imagina cómo sería que alguien nos robara no sólo nuestra identidad, sino todo lo que nos hace ser quienes somos, incluso nuestra familia y amigos. ¿Qué haríamos? ¿Cómo recuperaríamos nuestra vida?”.
GALERÍA DE FOTOS
https://cineymax.es/estrenos/fichas/118-s/43213-sin-identidad-2011#sigProIdc26c937814