INFORMACIÓN EXCLUSIVA
Han transcurrido seis años desde que Paul Blart se hiciera famoso por su osado rescate del centro comercial West Orange Pavilion y aunque algunas cosas han cambiado, podemos confiar en Blart para recordarnos lo que verdaderamente importa. “Él se toma muy en serio la seguridad,” dice Kevin James, el actor que da vida al personaje. .
“Es fácil reírse de un tío como Blart,” dice James, “pero pienso que todos queremos verle prosperar y acabar bien el trabajo. Cuando Blart descubre que hay problemas en el hotel, se arroja al fuego. No puede disfrutar de unas vacaciones cuando suceden cosas malas; él no es así”.
Tras haber recaudado 183 millones de dólares en todo el mundo en el 2009, Paul Blart regresa con fuerza. James dice que la razón por la cual el personaje tocó la fibra sensible de los espectadores es porque pese a protagonizar momentos nada glamurosos –¿acaso no los tenemos todos?– es un personaje que levanta cabeza, incluso cuando nadie cree en él.
“Paul Blart es quien en definitiva lleva las de perder,” dice el productor Todd Garner. “En la película, la gente lo juzga a primera vista. No pierden tiempo en señalar las cosas que consideran que no es capaz de hacer”.
Andy Fickman toma las riendas de la secuela. “Una de las películas preferidas de mi hijo Austin es ‘Superpoli de centro comercial’. En cuanto oyó que existía la posibilidad de que yo hiciera la secuela, se emocionó muchísimo”, dice el director.
La original ‘Superpoli de centro comercial’ supuso el primer largometraje de Rodríguez y su primer proyecto de envergadura como actriz. Ella tenía 14 años de edad en ese entonces y llevaba pocos años en la interpretación. Ahora, al volver a la secuela a sus 19 años de edad, es ya una habitual en la serie de Disney Channel “Austin & Ally”.
Todo héroe tiene su medio de transporte. El llanero solitario tenía a Plata, los Cazafantasmas al ECTO-1 y Paul Blart tiene su Segway, vehículo de transporte personal.
Blart, por supuesto, es un experto con la máquina, lo que exigió a James familiarizarse de nuevo con su vieja amiga. “Al principio me costó un poco,” recuerda él. “No es como montar en bici, que te subes y ya lo recuerdas; tienes que volver a aprenderlo. Se cabreó conmigo un par de veces”.
“Solamente tengo dos palabras para describir a Kevin en el Segway: destreza increible”, agrega Fickman.
En ‘Superpoli en Las Vegas’ Blart enfrenta un reto mayor que proteger el centro comercial West Orange Pavilion. Mientras está de vacaciones, Blart descubre una amenaza contra los dos resorts de lujo, Wynn and Encore de Las Vegas, ubicados en la conocida Las Vegas Strip. La película se rodó casi por completo en exteriores en el resort, siendo el primer largometraje que se rueda allí. “Fue realmente una experiencia extraordinaria,” dice Fickman.
Las necesidades de la producción y los objetivos de la localización coincidieron a la perfección, haciendo del centro turístico una elección lógica. El hotel The Wynn Las Vegas –nombrado recientemente uno de los 100 mejores hoteles del mundo por la revista de viajes Condé Nast Traveler– presume de un sinfín de espacios deslumbrantes jamás vistos en la gran pantalla. Como dice James: “Es imposible encontrar un mal plano en ese hotel. Por eso es increíble. La calidad de la producción que obtienes es simplemente espectacular”.
La producción aprovechó las localizaciones del resort, mostrando las hermosas entradas principales, explanadas, casinos, piscinas impresionantes, restaurantes premiados y balnearios, el Surrender y el Encore Beach Club (dos de sus clubes sumamente populares), las preciosas suites e incluso el denominado lago de los sueños con su cascada de 12 metros.
Aunque fue una experiencia increíble rodar en el hotel y dotó a la película de una preciosa verosimilitud nunca antes vista, el equipo de producción se enfrentó a un reto enorme: ¿Cómo rodar un largometraje a gran escala en un hotel en pleno rendimiento con una clientela muy exclusiva? “El mayor reto al rodar en el resort Wynn/Encore es que el negocio opera las 24 horas”, dice Fickman. “Trabajamos constantemente rodeados de actividad en uno de los destinos más populares en Las Vegas que opera las 24 horas al día, los 7 días a las semana. No importaba a qué hora estuvieras rodando, el lugar estaba abarrotado”.
La clave fue la flexibilidad, según explica Blake. La producción solía programar el rodaje a primera hora de la mañana, cuando la mayoría de las fiestas nocturnas habían acabado pero antes de que hubieran comenzado las del día siguiente. “Realmente tuvimos que organizar nuestro trabajo en función del horario de los clientes alojados allí, por lo que rodamos a horas realmente extrañas”.
Para Blake, la tarea de tomar un tejado y usarlo para construir un escenario para dos tejados con una tirolina entre ellos fue la parte fácil. Una vez que los realizadores llegaron al escenario, surgió el reto de implantar el plan. “Por alguna razón, los arquitectos decidieron que los ascensores no llegarían hasta la cima del hotel Encore. Suben hasta el piso 63; teníamos que llegar a la azotea, en la planta 65”. El equipo de Blake trajo todo el material a cuestas por las escaleras.
“La azotea fue con diferencia una de las situaciones más desafiantes que enfrentamos”, agrega Fickman. Rodamos sobre todo de noche, siendo aún más complicado. Además, amanece muy pronto en Las Vegas, así que cuando ruedas de noche cuentas con menos horas que cuando lo haces de día. Por suerte, nuestro reparto y equipo estaba dispuesto a hacer el trabajo. Incluso la foto de todo equipo la tomamos sobre el tejado”.
Una de las principales atracciones en el Wynn resort Las Vegas es “Le Rêve – The Dream,” un espectáculo de entretenimiento elegido Mejor Espectáculo de Las Vegas, lleva ya cuatro años en escena, superando así el tiempo en cartelera de los demás espectáculos de la ciudad. Se trata de un teatro acuático que hace de escenario central donde se representan acrobacias aéreas espectaculares, caídas y zambullidas de altura y tangos bajo el agua; “Le Rêve” representa el mejor entretenimiento que Las Vegas puede ofrecer y Paul Blart se las arregla para aterrizar en el mismo centro de dicho espectáculo.
“Tuvimos mucha suerte porque todos en ‘Le Rêve,’ desde sus extraordinarios artistas hasta su asombroso equipo tras bambalinas, estuvieron emocionados y dispuestos a trabajar con nosotros,” dice Fickman.
“Fue una escena complicada, pero por suerte, tengo una gran trayectoria como bailarín, así que fue pan comido”, dice James.