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SINOPSIS
Años después de que un Tsunami dejará sin escuela a una aldea al borde del mar, un joven que sobrevivió a las violentas aguas y al que daban por muerto todos. El joven decide entonces construir un navío con los restos de la escuela, despertando las pasiones en el lugar...
INTÉRPRETES
LUCAS QUINTANA, MARTIN SHEEN, JACQUELINE DUPREY, ARIS MEJÍAS, HIRAM DELGADO, JORGE LUIS RAMOS, MARIAN PABON, ELIA ENID CADILLA, SUNSHINE LOGROÑO, JULIO RAMOS VELEZ, LESLIE VAN ZANDT, MARISÉ ALVAREZ, LEONARDO CASTRO
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INFORMACIÓN EXCLUSIVA
NOTAS DEL DIRECTOR...
'The Vessel' (El Navío) es una historia de amor en todos los sentidos posibles. El amor romántico entre Soraya y Leo. El amor maternal entre Leo y su madre. El amor espiritual entre el Padre Douglas y la gente del pueblo. Pero el elemento central que atraviesa el corazón de 'The Vessel' es el concepto de misterio. Al mismo tiempo que los afligidos padres tratan desesperadamente de entender el significado de su tragedia, se ven paralizados por su incapacidad para aceptarla.
El mismo misterio se convierte en un elemento hostil en sus vidas, algo que tiene que ser temido y evitado. Tiene sentido que el halo enigmático que envuelve a Leo sirva de catalizador para el crecimiento interior de la gente que le rodea, demostrando que el misterio puede ser también una fuente de consuelo y reconciliación. 'The Vessel' es una película atemporal con un propósito claro. Todas las tecnologías modernas como la televisión, los ordenadores o teléfonos móviles fueron cuidadosamente eliminados de la historia, con el fin de dar un sentido ilusorio de encontrarte en una cápsula del tiempo. Espero que a través de esta historia y de los personajes de 'The Vessel', los espectadores sean transportados a un mundo romántico y emocional donde el misterio no es una fuerza amenazadora sino un instrumento poderoso de belleza y alivio.
ENTREVISTA AL DIRECTOR...
¿Cuál fue la inspiración para escribir 'The Vessel'?...
.- Nací en una familia católica devota. Creo que a nadie le sorprendió cuando decidí ir a la Universidad para preparar un grado en Estudios Religiosos. Me lancé de cabeza en mis estudios, devorando escritos sobre el Cristianismo, Judaísmo e Islamismo. Creí que si leía suficientes libros y manuscritos, eventualmente averiguaría cual era “La Verdad”. Pero cualquiera que haya estudiado ciencias religiosas sabe que te sumerges en aguas profundas y antiguas, y por cada documento histórico que da credibilidad a una religión, hay otros tantos que se la dan a otras. A los veinte años me encontré con un serio dilema personal: si mis preguntas más fundamentales no tienen respuesta, ¿cuál es mi propósito y cómo puedo encontrarle sentido a mi vida? Esta pregunta fue el argumento central cuando escribí 'The Vessel'. De modo que creé una comunidad ficticia que se enfrenta a un poderoso y misterioso suceso, que les fuerza a dejar su vida apagada y a tratar de buscarle un sentido. ¿Lo que sucede es signo de Dios o solamente una cadena de hechos sucedidos al azar?
¿Dónde fue filmada la película y por qué escogió esa localización?...
.- Filmamos el 99% de la película en un pequeño barrio en Puerto Rico llamado La Perla, situado justo en el corazón de San Juan.
Históricamente la gente no va ahí por el nivel de crimen relacionado con drogas, y una buena cantidad de puertorriqueños locales trataron de disuadirnos de filmar en La Perla, diciéndonos que ni siquiera la policía se atreve a entrar en esa zona. Pero para mí visualmente fue un lugar mágico, con tanto color y textura que no me pude imaginar grabando en ninguna otra parte, así que nos lanzamos integrándonos con los miembros de la comunidad. Alquilamos sus casas, usamos sus garajes como bodegas para vestuarios, equipo y hasta para nuestra oficina. Esto nos permitió poder filmar sin la utilización de camiones con equipo, ya que todas las localizaciones estaban a distancias de unos pasos, como si tuviéramos nuestro propio estudio gigante. Nosotros, además, escogimos a nuestros extras de entre de los miembros de la comunidad, así que al final teníamos una conexión muy cercana con la gente que nos hizo sentir acogidos y protegidos. Por ejemplo, nuestro departamento artístico construyó un hermoso parque de juegos en la playa y los niños del barrio pasaron la tarde fascinados en su interior. Pero el parque lo hicimos con la intención de que se viera destruido por un maremoto, de modo que cuando los niños se fueron, utilizamos nuestros martillos y lo destrozamos para poder crear esa sensación. A la mañana siguiente la gente de la comunidad estaba furiosa pensando que alguien de entre ellos había destruido nuestro escenario durante la noche. “¡Vamos a averiguar quién les hizo esto!”, nos dijeron. Nosotros les explicamos la situación y acabamos riéndonos, pero fue un sentimiento agradable saber que a la gente les importábamos nosotros y también lo que estábamos haciendo.
¿En qué momento se decidió grabar en español e inglés?...
.- El debate sobre grabarla en los dos idiomas comenzó prácticamente desde el principio, cuando estábamos tratando de encontrar financiación. Desde el comienzo Martin insistía en que la versión en español no tendría acogida en Estados Unidos, pero nuestro sentimiento era que la versión en inglés no tendría mucha autenticidad internacionalmente, especialmente en los mercados en los que se habla español. Mi mujer y yo crecimos en familias completamente bilingües, donde era totalmente normal cambiar de inglés a español y viceversa; así que nos preguntamos, “¿por qué no filmamos en los dos?” La gente pensó que estábamos locos doblando el tiempo requerido para grabar escenas con diálogo, pero en la práctica, una vez que los actores dominaban la escena en un idioma, fue realmente sencillo hacer un par de tomas más en la otra lengua. Varios de los actores incluso dijeron que les ayudaba el cambio entre un idioma y otro porque los sacaba de la rutina mecánica, algo que es siempre un riesgo cuando se hacen varias tomas. La única limitación potencial era que todos los actores debían ser bilingües, pero al grabarse The Vessel en Puerto Rico, donde la mayoría habla los dos idiomas, no fue realmente un problema. Aunque filmar en los dos idiomas no fue realmente difícil, editar fue una cosa completamente distinta. Cortamos primero la versión en inglés, lo que fue una tarea enorme ya que era mi primera película. Luego, tener que hacerlo de nuevo en español fue como escalar hasta la cima del Everest con una chaqueta verde, y luego bajar y escalar de nuevo con una chaqueta roja. Al final lo conseguimos y las películas son casi idénticas, lo que definitivamente ha demostrado ser un factor valioso para los exhibidores, ya que versiones distintas atraen diferentes audiencias. Por ejemplo, siempre asumimos que los cines en Estados Unidos querrían la versión en inglés, pero para nuestra sorpresa muchos de ellos prefirieron la versión en español con subtítulos en inglés, porque sus espectadores lo encuentran más auténtico.
¿Recibiste algún consejo de Terrence Malick?...
.- Conocí a Terry como un joven becario en 'El árbol de la vida' y su influencia en mí fue enorme, además del obvio impacto estético que su trabajo tuvo en el mío. Como becario en el departamento de edición, durante los primeros meses de postproducción tuve el privilegio de leer el guion de 'El árbol de la vida' y recuerdo llegar al final pensando: “La intención de esto no es vender entradas durante el fin de semana del estreno. El verdadero motivo es que esta película sea estudiada por alumnos de filosofía en los próximos quinientos años”. Pero a pesar de leer el guion y ver las imágenes en bruto, quedé completamente conmocionado cuando fui al estreno y vi la película terminada. Cuando quise hablar con Terry me atraganté. Estaba tan sobrecogido de ver lo que había hecho, que durante el resto de la noche consideré seriamente no hacer nunca una película. ¿Qué podría yo contar que esta película no hubiera ya tratado?
¿Cómo fue trabajar con Martin Sheen? ¿Qué aportó él que te sorprendiera?...
.- Yo sabía que Martin era católico, y que él y Terry eran amigos cercanos desde que hicieron la película Badlands en los setenta. De modo que cuando decidí escribir un papel para un sacerdote, Martin me pareció un candidato perfecto. Durante dos años escribí el guión para Martin sin que él lo supiera, y cada vez que veía a Terry me decía: “No olvides avisarme cuando estés listo para hablar con Martin Sheen”, lo que obviamente era una motivación inmensa para mí. Cuando finalmente terminé el guión, Terry se lo mandó inmediatamente a Martin. Él lo recibió un viernes y el domingo me llamó para decirme que estaba interesado en el proyecto.
Inmediatamente viajé con Marla, mi esposa y productora, a su casa en Malibú, y creo que él presintió lo nervioso que estaba porque me dijo: “Tienes algo muy especial entre manos. Hay solamente algunos proyectos que supe que tenía que hacerlos en cuanto los leí: 'Badlands', 'Apocalypse Now', 'The West Wing', y ahora tu película.” Recuerdo pensar, “¡Dios mío, Martin Sheen ama mi película más que yo!”. Así comenzó todo. Martin siempre estuvo conmigo y con el resto de gente joven trabajando en la película. Por ejemplo, nuestro brillante director de fotografía fue Santiago Benet y The Vessel ha sido su primera película, y recuerdo que Martin se acercaba al set y equilibraba la iluminación. O cuando él compartía escena con mi hermano Lucas, sabiendo que este era su primer papel en la gran pantalla, Martin le decía, “Muchacho, si yo tuviera una cara como la tuya ¡habría sido una estrella!”. Yo creo que ese calor humano se dejó ver en el personaje de una forma que yo nunca hubiera podido describir o dirigir. Martin es una persona tan cariñosa que cualquier personaje que represente es también cariñoso. La única dificultad de trabajar con Martin es tener que interrumpir sus increíbles historias. Él podría estar compartiendo una anécdota maravillosa acerca de Marlon Brando o Bob Dylan o Martin Scorcese, y yo constantemente lo interrumpía porque el sol caía o porque el burro había sido alquilado sólo por una hora.
Martin sonreía y se introducía en cualquier momento dramático que estuviéramos filmando. Fue una experiencia maravillosa para todos nosotros y yo le estaré agradecido toda mi vida.
Como director, ¿permites a tus actores improvisar o prefieres que sigan el guion?...
.- Una y otra vez yo le decía a mi equipo: “En el peor de los casos, grabaremos conforme al guion.” Por mi experiencia, los momentos mágicos suceden cuando uno va al set con un plan sólido, pero está preparado para abandonar ese plan cuando algo mejor se presenta. Yo siempre les doy a los actores la flexibilidad de sugerir y tratar lo que sea que ellos crean que mejora la escena. A Martin, por ejemplo, le gusta improvisar líneas cortas o momentos cálidos que hacen al personaje auténtico y sorprendente. Hay una indicación en el guion que dice: “El Padre Douglas toma gentilmente el cordón de las manos de Fidelia, hace un nudo en una punta y se lo devuelve.” Martin, interpretando la acción delante de la cámara, nos sorprendió a todos cantando suavemente la canción “Como me abstengo de cantar”, y se convirtió en una nueva escena, con un gran significado. Aris Mejias, que interpreta a Soraya, fue una gran ayuda para mí antes de comenzar y también durante la grabación, sugiriendo innumerables detalles que lograron hacer de Soraya un personaje más complejo e interesante. Actores inteligentes y apasionados como Aris son una mina de oro para los directores. Estaría loco no incluyéndolos en el proceso creativo.
La película está hermosamente filmada. ¿Planteaste el desarrollo de las secuencias con anterioridad o fuiste tomando las decisiones in situ?...
.- En general, no encuentro que las secuencias planeadas con anterioridad sean de mucha ayuda. Prefiero decidir en el lugar de la grabación, pero el proceso de crear imágenes bellas comienza mucho antes de llegar al set. El primer miembro del equipo que contratamos fue el director de fotografía, Santiago “Chago” Benet, que es un artista en todo el sentido de la palabra y fue mi colaborador clave desde tres meses antes de grabar el primer plano. Se involucró en la elección de las localidades, en la coordinación de colores y hasta observando las grabaciones de las audiciones en las que seleccionaba a los actores. Además, nosotros ajustamos nuestro horario entero de grabación según la luz del día, filmando escenas interiores a medio día y dejando escenas exteriores para las horas mágicas del amanecer y del atardecer, cuando el sol está bajo en el horizonte. Esto significa que teníamos un rango muy corto de luz buena para nuestras escenas exteriores y todos tenían que estar preparados para poder grabar en poco tiempo. Al final de la filmación, los productores hicieron camisetas para nosotros que decían “Monstruos de las Horas Mágicas”, una forma humorística de hacer referencia a la manera en que Chago y yo corríamos y gritábamos a todos los miembros del equipo para que se quitaran de nuestro plano antes de que perdiéramos la luz. Era muy común que estuviéramos cubiertos de arena en el momento en que el sol se ocultaba. Todo el mundo estaba entusiasmado aplaudiendo algún momento especial que había sido capturado en cámara. Fueron unos días de los más divertidos de mi vida.
¿Cómo fue dirigir a su hermano Lucas?...
.- Lucas es siete años menor que yo y le he estado escribiendo cortometrajes desde que era un niño. Además de tener talento, tiene una apariencia muy masculina como un Al Pacino o un Sylvester Stallone joven, y un carisma que no es forzado y que realmente causa intriga. Después de años trabajando juntos, Lucas sabe que prefiero actuaciones sutiles, así que aunque él era el que tenía menos experiencia en el set, muchas veces otros actores, que comenzaban con actuaciones más dramáticas, se encontraban bajando al nivel de la energía de Lucas, lo cual ayudó mucho y yo no lo esperaba. Este fue un proyecto muy especial para mí porque fue realmente un esfuerzo familiar. Lucas por supuesto representó al personaje principal, mi esposa Marla fue la productora, y mi hermano Alex fue asistente de segunda cámara y además el que construyó nuestro navío. Durante cuatro meses todos vivimos en un apartamento en San Juan, ayudando a pintar escenarios, buscando extras, escogiendo localizaciones. Recuerdo un momento en el que estábamos grabando una escena con Lucas y Martin, y una de las vecinas puso música salsa a todo volumen en su casa. Enviamos a tres personas diferentes para tratar de solucionar el problema, pero en cada ocasión la mujer se negó a bajar el volumen. Después de veinte minutos llamé a mi esposa, que ya entonces conocía a todos los del barrio por su nombre propio. Cuando colgué le dije a mi Asistente de Dirección: “Si Marla no puede hacer que baje el volumen, nadie puede.” Literalmente, noventa segundos después la música se apagó. Más tarde, por la noche, cuando hablé con Marla, me contó que la mujer estaba afligida porque su hijo de quince años había muerto el día anterior de una sobredosis de droga. Mi mujer pasó treinta minutos con ella, abrazadas las dos, llorando juntas. No tengo idea de cómo hubiera podido hacer esta película sin mi familia.