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TRES ANUNCIOS EN LAS AFUERAS
INFORMACIÓN
Titulo original: The Billboards Outside Ebbing MissourI
Año Producción: 2017
Nacionalidad: EE.UU., Inglaterra
Duración: 116 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de 16 años
Género: Drama
Director: Martin McDonagh
Guión: Martin McDonagh
Fotografía: Ben Davis
Música: Carter Burwell
FECHAS DE ESTRENO
España: 12 Enero 2018
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
20Th Century Fox

SINOPSIS

Mildred pinta tres carteles que conducen a su pueblo con un polémico mensaje dirigido al jefe de policía de la localidad. Cuando un oficial de la policía, con cierta inclinación hacia la violencia, se involucra se inicia una batalla entre Mildred y este...

INTÉRPRETES

FRANCES McDORMAND, PETER DINKLAGE, WOODY HARRELSON, SAM ROCKWELL, ABBIE CORNISH, CALEB LANDRY JONES, KERRY CONDON, KATHRYN NEWTON, JOHN HAWKES, ZELJKO IVANEK, LUCAS HEDGES, CLARKE PETERS, SAMARA WEAVING

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Festivales y premiosPREMIOS Y FESTIVALES



- 5 BAFTA 2018: Mejor película, film británico, actriz Frances McDormand, actor secundario Sam Rockwell, guion original
- Festival de Venecia 2017
- Festival de San Sebastián 2017: Premio del público
- Festival de Toronto 2017

Informacion exclusivaINFORMACIÓN EXCLUSIVA

EL GUION...
   El conflicto de Mildred con el jefe de policía de Ebbing constituye el núcleo de TRES ANUNCIOS EN LAS AFUERAS DE EBBING, MISURI. "La historia trata sobre una guerra entre dos personas que tienen su parte de razón", señala McDonagh, "y ahí es donde surge mucha de la tensión y el drama".
  Estas tensiones evolucionan para mostrar lo que sucede cuando no se puede controlar la furia. A medida que la tensión aumenta, la película profundiza en los temas de la división, la ira y los juicios morales.
  McDonagh se pregunta: "¿A dónde puedes ir cuando estás en una situación en la que has sufrido una pérdida y en la que sientes tanta ira que no puedes escapar? ¿Qué puedes hacer, constructiva o destructivamente, para cambiar un poco las cosas y que solucionar algo? Es una idea interesante que explorar, la idea de qué sucede cuando puede que no haya ninguna esperanza, pero decides que vas a seguir actuando hasta que la esperanza llegue. Creo que esto la hace diferente de la mayoría de películas de crímenes; siempre queda la pregunta de "¿qué pasa si el crimen no tiene solución?"
  Puede que el mayor desafío de McDonagh fuera equilibrar la comedia negra de la historia con la cruzada emocional de Mildred. McDonagh confió en que el humor estuviera ahí, negro y cortante, aunque permitió a sus personajes moverse por la angustia de la pérdida, la injusticia y la resistencia al cambio.
  "Lo que le pasó a la hija de Mildred es muy triste y horroroso, así que pensé que era importante mantener las riendas de la comedia, incluso en los momentos más negros, y asegurarnos de que la lucha de Mildred contra la desesperanza la mantuviera en pie durante toda la película", explica McDonagh.
  La forma única de McDonagh de combinar diferentes tonos es algo a lo que aspiran todos los actores. Según apunta el actor Lucas Hedges: "El guión de Martin es fantástico y realista al mismo tiempo, un sueño para cualquier actor. Escribe textos muy honestos emocionalmente hablando, casi shakesperianos en algunos momentos por el registro tan elevado". Abbie Cornish añade: "Hay algo muy puro en el tono de Martin. No es una ilusión, sino todo lo contrario: es sólo la verdad".
  Según McDonagh, esta película es la más trágica que ha escrito, pero también es una búsqueda de la esperanza. "Aunque el punto de partida es muy triste, también hay mucha comedia y esperamos que sea muy emotiva en algunas partes", afirma McDonagh. "Creo que es mi forma de ver la vida. Veo la tristeza de determinadas cosas, pero siempre intento moderarla con el lado positivo, con humor, por muy negro que pueda ser, y con la lucha contra la desesperanza".
  Para el productor, Graham Broadbent, que trabajó con McDonagh en ESCONDIDOS EN BRUJAS y SIETE PSICÓPATAS, y produjo la película junto a McDonagh y Pete Czernin, el resultado es una película que "camina por la cuerda floja entre la comedia y la tristeza; y es narrativamente ingeniosa".
  Broadbent apunta que los instintos de McDonagh mantuvieron el equilibrio. "Creo que viene de los días de Martin en el teatro", comenta el productor. "En el escenario parece que él ya se ha adelantado en su cabeza para saber cómo reaccionará la gente. Con Martin sabes que las palabras que ha escrito y las interpretaciones que va a conseguir van a llegar a la audiencia".

MILDRED...
  Frances McDormand interpreta a Mildred Hayes, que es la persona que inicia toda la historia de TRES ANUNCIOS EN LAS AFUERAS DE EBBING, MISURI. McDormand debutó en el cine con el clásico de cine negro de los hermanos Coen SANGRE FÁCIL, y desde ahí se ha construido una carrera con la que ha ganado la triple corona de los premios: Tony, Emmy y Oscar®.
  "Escribí el personaje de Mildred para Frances", revela McDonagh. "No había ninguna otra actriz que reuniera todos los elementos que requería el personaje de Mildred. Tenía que tener muy en cuenta tanto la sensibilidad de la clase obrera como la sensibilidad rural. También tenía que ser alguien que no hiciera que el personaje fuera sentimental. El trabajo de Frances es fundamentalmente sincero. Sabía que Frances sería capaz de interpretar la oscuridad que hay en Mildred, y que también tendría la destreza para darle el toque de humor, pero teniendo siempre en cuenta la situación que está atravesando el personaje".
  Con este personaje, McDormand exploró una tradición que siempre ha estado reservada para los hombres: el héroe solitario que desafía a todo un pueblo.
  "En ningún momento pensamos en otra actriz", apunta Graham Broadbent. "Frances recibió el guión en el momento en que Martin terminó con él; dijo que sí, y ahí se acabó todo. Martin escribió un personaje muy específico; y luego vino Frances y lo hizo suyo totalmente. Hay muy pocas personas capaces de abarcar ese espectro tan amplio que va desde el sufrimiento hasta el humor. Mildred puede ser un poco dura a veces, pero Frances estaba tan sintonía con su humanidad, que con unos pocos momentos cómicos, la audiencia vuelve a ponerse de su lado".
  McDormand coincidió con McDonagh 15 años antes, tras una interpretación en su galardonada obra El hombre almohada, y después de hablar con él brevemente sobre su nueva carrera en el cine, le sugirió que escribiera un personaje de cine para ella. "Nada más pronunciar esas palabras, deseé no haberlas dicho jamás, porque se supone que no puedes hacer eso. Pero ahora, 15 años después, me ha enviado el guión", comenta la actriz. "Leí el guión y me encantó; no me podía creer la suerte que había tenido de que me pidieran que hiciera de Mildred".
  "Una cosa en la que creo que Martin es muy bueno es en la noción griega de la existencia humana: hay muchas ideas épicas y relevantes que le permiten profundizar en la historia", explica McDormand. "Además, al hacer que el personaje protagonista fuera una mujer en vez de un hombre, lleva la película al reino de las grandes tragedias. También juega con el moderno género de la venganza, aunque no llega a ser una película de venganza femenina. Pero cuando ves un personaje femenino que busca justicia, la historia trasciende del género para hablar de la condición humana".
  El intenso diálogo de McDonagh se mezcló con sus propios instintos teatrales. McDormand define el estilo de McDonagh como "una forma de realismo mágico, mezclado con algo parecido al gótico sureño, y basado en la idea de que la gente de los pequeños pueblos no es prosaica, sino poética".
  "Martin y yo fuimos siempre totalmente sinceros el uno con el otro; siempre le decía todo a la cara", asegura. "La naturaleza combativa de nuestras conversaciones fue parte de la película. Nunca empezábamos una escena sin que yo cuestionara algunas líneas del guión o las motivaciones del personaje. Sobre todo, discutimos mucho sobre en qué momentos debía llevar Mildred la bandana, que para mí es un signo de que va a entrar en acción; yo quería llevarla mucho más de lo que él pretendía".
  Además de ver la tragedia griega y el realismo mágico en el trabajo de McDonagh, McDormand también veía la película como una especie de Western. Construyó el personaje de Mildred a partir de los iconos del género, en parte porque podía encontrar nuevos ejemplos de mujeres en papeles parecidos. "En retrospectiva, también pensé en Pam Greer, de los años 70, pero no es exactamente igual, porque Mildred no usa su sexualidad como lo hacía Pam", explica.
  No obstante, Mildred tampoco es una pistolera. Es una madre que quiere justicia para su hija. "Como madre, simplemente vives al borde del desastre", describe la actriz. "Yo no di a luz a mi hijo, lo conocí cuando tenía seis meses, pero desde el momento en el que lo cogí en brazos y lo olí, supe que mi trabajo era protegerlo. Como padre, también ves cómo la preocupación y la ansiedad que tienes cuando proteges a alguien de esa manera, a quien te rindes completamente, puede volverse degenerativa".
  McDormand hizo que el dolor de Mildred fuera la base de su interpretación. "En realidad, Mildred no es una heroína", señala McDormand. "Es una persona mucho más compleja. Se ha quedado sola con el dolor en tierra de nadie, en un punto del que no puede regresar. Una de las cosas a las que me aferré cuando pensaba en Mildred es que no hay palabra en la mayoría de los idiomas que describa la situación en la que se encuentra. Si pierdes a tu marido, eres viuda; si pierdes a tu padre, eres huérfano. Pero no hay palabra para describir a un padre que pierde a un hijo, porque biológicamente no debería ocurrir. Es algo que escapa a la capacidad del lenguaje; y ésa es la situación en la que se encuentra Mildred: destrozada".
  McDormand tenía clara una cosa: "Fue Joel [Coen, su marido] el que me dijo: 'una persona no se convierte en un tipo duro, Mildred siempre fue una tipa dura". Dadas las circunstancias, ahora está experimentando cómo es ser una tipa dura, pero ella siempre habría tenido esa cualidad, lo cual creo que también explica su situación doméstica con su marido, Charlie".
  También atormentan a Mildred los comentarios que le hizo a su hija, cuando le deseó todo lo peor el mismo día que fue asesinada. "¿Cómo vives con eso?", pregunta McDormand. "No se puede; y obviamente, Mildred no puede".
  Para McDormand, Mildred no tiene nada que llorarle en este momento; y por eso muestra esa inmisericordia con cualquiera que se pone en su camino. "Creo que por eso hace lo que hace: porque no puede encontrar su vulnerabilidad, no puede acceder a esas emociones. Para ella es más fácil tirar un cóctel Molotov que llorar", apunta. "La imagen que tengo de Mildred es como la del pequeño niño holandés que tiene el dedo metido en un agujero de una presa: si Mildred quita su dedo y deja que todas las emociones salgan, se paralizaría completamente. Así que su dedo se tiene que quedar donde está".
  "Uno no siempre entiende el comportamiento de Mildred, pero tampoco la odias nunca ni te pones en su contra", observa McDormand.
Woody Harrelson, que interpreta al enemigo principal de Mildred, el jefe de policía Willoughby, subraya que una de las cosas que diferencia a McDormand es su exhaustiva preparación para un papel. "Frances realizó un trabajo muy meticuloso para entender a Mildred; estudió hasta la historia de su familia y la hija que nunca conocemos porque ya está muerta cuando comienza la historia", explica. "Como actriz, actúa como una investigadora privada. Ella llega a un sitio, averigua todo lo que puede sobre su personaje; y su interpretación se basa en eso. Frances también tiene un ácido sentido del humor, por lo que fue capaz de coger cosas que ya eran divertidas en el guión y hacerlas mucho más divertidas todavía".
  Rockwell añade: "Frances es una actriz increíble y su particular mezcla de tenacidad y compasión se ajusta a Mildred. Le aporta esa cualidad de 'luchar o morir'. Es una persona de mucho carácter y, al igual que Mildred, no deja nunca que nadie la pise, así que esa cualidad del personaje se ve muy bien reflejada".
  Aunque McDormand cuestionaba continuamente el material, tanto ella como McDonagh acordaron cómo no sobrepasar nunca el tono. "Estábamos de acuerdo en cuanto a no dejar nunca que la parte cómica de la película superara a la parte emocional de la situación de Mildred", explica McDonagh. Los dos estábamos de acuerdo en que Mildred debía liberar su rabia, su enfado y todo lo que lleva dentro. Frances era como una malabarista con muchas bolas en el aire; y jugó con ellas a la perfección".
  En el inicio de su preparación, McDormand dio con una idea que adoptó para su interpretación: que Mildred llevara un singular conjunto durante toda la película: una especie de mono de obrero sin adornos que se pone obedientemente cada día. "A Frances se le ocurrió que Mildred podía ir siempre vestida igual, con una especie de 'uniforme de guerra', y desde el punto de vista cinematográfico, pensé que era una buena idea", recuerda. "Trabajamos con la diseñadora de vestuario Melissa Toth para garantizar que el mono no se notara mucho, que tuviera algún pequeño retoque por aquí y por allí. Pero me gustó la idea de que Mildred no tenga tiempo para pensar lo que ponerse; porque está en guerra".
  Toth añade: "Mildred es un personaje muy radical del modo en que Frances lo interpreta; y para ella era importante mostrar que Mildred se encuentra en una lucha diaria que empieza en el momento en que se viste por la mañana. A veces, lleva una bandana y a veces no, y en un momento dado incluso lleva su bata de la tienda de regalos encima del mono; pero al final lo que identifica realmente a Frances es el mono. A veces, un vestuario puede liberar a un actor y permitirle entregarse completamente al personaje".
  A Toth le gustó especialmente la manera en la que el uniforme y la ferocidad del personaje de McDormand se convirtieron en una misma cosa. "Me encanta que, con este papel, Frances enciende el debate sobre qué tipos de papeles pueden y deben interpretar las mujeres", reflexiona. "El personaje de Mildred no está nada suavizado".

WILLOUGHBY...
  Cuando colocan las vallas a las afueras de Ebbing, Misuri, parecen estar dirigidas a un hombre: el jefe de policía Bill Willoughby, que no pudo resolver el asesinato de la hija de Mildred y la dejó sin consuelo. Pero cuanto más conoces al jefe Willoughby, más te das cuenta de que el hombre al que le ha declarado la guerra Mildred ya está luchando su propia batalla personal.
  "Bill es un hombre decente que suele ver lo mejor de las personas", comenta McDonagh. "De muchas maneras, es el arquetípico de policía bueno de un pequeño pueblo; pero pronto descubrimos que no está muy bien de salud y que se encuentra en un momento oscuro en el que tiene que tomar decisiones complicadas. Mildred va contra él con todos los motivos del mundo, pero Bill tiene sus propias y buenas razones para actuar de la manera que lo hace.
  En el papel del hombre que es tanto el enemigo acérrimo de Mildred como su única esperanza está el dos veces nominado al Oscar Woody Harrelson, también visto este año en el papel de un coronel que lucha por la humanidad en LA GUERRA DEL PLANETA DE LOS SIMOS y de un padre excéntrico y alcohólico en EL CASTILLO DE CRISTAL. McDonagh es amigo de Harrelson desde hace muchos años, para el que trabajó en el papel del gángster Charlie Costello en SIETE PSICÓPATAS.
  "En esta película vemos un lado diferente de Woody, definitivamente, diferente a lo que él hizo en SIETE PSICOPATAS", apunta McDonagh. "Este es un personaje más honesto, triste y realista. Woody le aportó no sólo su gran humor sino un fuerte sentido de integridad y decencia. La decencia de Woody como hombre se refleja en Willoughby, y creo que por eso funciona tan bien".
  Broadbent añade: "Woody suele interpretar personajes que están fuera de la ley o que son corruptos: desde ASESINOS NATOS hasta RAMPART, siempre está al otro lado de la ley o en lugares oscuros. Así que lo interesante del personaje Willoughby es ver a Woody interpretando a un jefe de policía con buen corazón de verdad, un tipo venerado y adorado por su comunidad".
  Harrelson ni se pensó rechazar la oportunidad de volver a trabajar con McDonagh, "Creo que Martin es uno de los grandes talentos", afirma. "Su escritura es muy fresca, viva y divertida, y a la vez tiene un humor que no encuentras en muchos guionistas. Es capaz de captar cosas sobre las relaciones humanas y la condición humana, pero también es capaz de sacar el máximo humor, tensión y emoción.
  Una de las cosas a las que mejor supo captar Harrelson sobre Willoughby fue su capacidad para soportar todo tipo de presiones sin ceder a ninguna de ellas. "Está bajo mucha presión por parte de Mildred, y encima él no se encuentra del todo bien, así que aguanta mucho", detalla Harrelson. "Pero lo que encuentro interesante acerca de él es que en realidad no es un tipo nervioso. Está en medio del fuego cruzado, pero él sigue yendo a lo suyo".
  Cuando colocan las vallas, Mildred y Willoughby entran inmediatamente en conflicto, pero los dos entienden la postura del otro. "Woody y yo no hablamos mucho sobre los personajes, no lo necesitamos", afirma McDormand. "Hay algo muy parecido entre Woody y yo. De hecho, creo que él podría haber interpretado a Mildred y yo a Willoughby. Y creo que si hay algo parecido a una tensión sexual tradicional en la película es entre los dos; pero es mucho más interesante que eso. Podrían haber sido amigos, podrían haber sido socios y en mejores circunstancias tal vez podrían haber encontrado la respuesta juntos".
  Harrelson también se sintió identificado con la inquebrantable devoción de Willoughby a su familia pase lo que pase. "Me sentó muy identificado con su necesidad de cuidar de sus hijos y su esposa. Y me gusta que Willoughby los problemas de salud que tiene no le detengan", añade. "Es uno de esos tipos que se dice a sí mismo: 'no voy a dejar de vivir la vida'. Se niega a que eso le afecte".
  Cuando los problemas del mundo de Willoughby se convierten en una crisis, McDonagh le da a Harrelson total libertad para explorar los giros emocionales. "Martin no es un director con mano dura", comenta Harrelson. "Él llega con algunas notas, pero lo ve todo muy claro y puede hacer muchas cosas con pequeños ajustes. También tiene un sentido del humor estupendo. Es capaz de burlarse de mí si estoy haciendo algo demasiado exagerado; y en vez de ponerme a la defensiva, me río con él.
  Lo mejor de todo es, según Harrelson, la manera en la que interpreta McDonagh sus personajes, que hace que sean más de lo que parecían. "Una de las mejores partes de la escritura de Martin es que te lleva dentro de personajes que parecen ser una cosa hasta que te das cuenta de que hay mucho más en su interior, y entonces realmente empiezas a preocuparte por ellos y a ver algo más que lo viste al principio. Al final, así es como crea algo que realmente te llega dentro", resume Harrelson.
  La esposa del jefe Willoughby, Anne, desempeña un papel clave para mantener centrado a Willoughby. El personaje lo interpreta Abbie Cornish, que anteriormente trabajó con McDonagh y Harrelson en SIETE PSICÓPATAS. Eso hizo que su relación de marido y mujer fuera genuina desde el primer día. "Woody y yo somos amigos, por eso nos resultó más fácil hacer de matrimonio", apunta Cornish. "En mi opinión, para hacer bien el personaje de Anne, simplemente tenía que ser libre. Anne y Willoughby tienen un matrimonio muy moderno, lleno de amor y admiración, pero también disfrutan tomándose el pelo el uno al otro, haciéndose reír y seduciéndose. Es como si la juventud de su amor estuviera presente junto con la naturaleza atemporal de lo lejos que han llegado juntos".
  Harrelson conmovió a Cornish con la manera de interpretar a Willoughby, lo que hizo que para ella fuera mucho más natural afrontar el declive de su marido. "Como actor, Woody es muy puro", señala. "Fue bonito verle interpretar a Willoughby en un momento de su vida en el que las cosas van tan mal. El destino está mirando a Willoughby a la cara, pero Woody le da energía al personaje. También fue una satisfacción porque nunca sabía lo que iba a hacer Woody; y hacer de marido y mujer con alguien así es emocionante".

DIXON...
  La mano derecha de Willoughby, Dixon, es un oficial cuya autoridad queda autosaboteada por su propia intolerancia y su temperamento errático, lo cual también merma la autoridad y las instrucciones de su jefe.
  El papel lo interpreta Sam Rockwell, que ha dado vida a una larga lista de personajes inolvidables, como la interpretación de Chuck Barris en CONFESIONES DE UNA MENTE PELIGROSA; el protegido del estafador Nicolas Cage en LOS IMPOSTORES (MATCHSTICK MEN); el astronauta Sam Bell en MOON, el injustamente condenado Kenny Waters en BETTY ANNE WATERS (CONVICTION), de Tony Goldwyn; el miembro de la pandilla de Jesse James, Charley Ford, en EL ASESINATO DE JESSE JAMES POR EL COWARD ROBERT FORD; y Billy Bickle en SEIS PSICÓPATAS, dirigida por McDonagh.
  "Dixon parece ser todo lo que alguien podría despreciar de un hombre, pero hay algo en él, en parte por la forma en la que lo interpreta Sam, que es infantil y emocionante a pesar de todos sus odiosos y horribles defectos", resume McDonagh.
  "Es posible que Dixon sea mi personaje favorito", confiesa Harrelson. "Sam tiene una habilidad única para interpretar a este tipo de personajes, en los que ves que hay algo que no termina de estar bien; de hecho casi todo lo que hace Dixon está mal, pero aun así, siempre se termina redimiendo. Sam, al igual que Dixon, es increíblemente inocente, por eso te preocupas por él aunque haga cosas malas. Creo que es un actor asombroso, y ha sido increíble volver a trabajar con él".
  McDonagh y Rockwell habían trabajado antes no sólo en SIETE PSICÓPATAS, sino también en la obra A BEHANDING IN SPOKANE; aun así, este era un territorio nuevo. "Siempre pienso en Sam como en el actor de su generación al que acudir", revela McDonagh. "Cuando interpreta a alguien oscuro, realmente lo hace.
  La versatilidad de Rockwell fue una cualidad especialmente útil en un personaje que experimenta cambios muy profundos durante la película. "Sam nos dio mucho con su capacidad para improvisar con Martin", apunta Graham Broadbent. "Intentaban muchas opciones distintas una y otra y otra vez. Y, al igual que el guión de Martin, Sam puede llevar a ser divertido, trágico y triste a la vez".
  A McDormand le encantó lo que hizo Rockwell con el personaje. "Creo que es el mejor trabajo que ha hecho Sam en su vida", afirma. "Existe una gran síntesis entre Sam y Martin como actor y director que han trabajado juntos varias veces y que siguen mejorando cada día más.
  McDormand continúa: "Sam y yo sentimos un profundo respeto el uno por el otro, y poder hacer escenas juntos fue un placer. Las decisiones que toma son totalmente aleatorias, espléndidas e impredecibles; es como montarte en una enorme montaña rusa sin saber qué cuestas vienen. Creo que él sabía que tenía dentro de sí un alma gemela para trabajar conmigo. Nunca llegamos a pasar del punto de no retorno, pero siempre íbamos un poco por el filo de la navaja. Y lo que me encanta también de Dixon es su capacidad para redimirse. Martin permite su redención, y él nunca jamás se convierte en una caricatura. Siempre es algo más que eso y lo que lo salva es su amor por Willoughby: el cariño entre dos hombres".
  Al igual que sus compañeros de reparto, Rockwell se sintió atraído por la escritura de McDonagh. Rockwell afirma: "Martin está especialmente bien en este guión al tratar con tabúes, tabúes raciales y otros tabúes que sabe sacar a la superficie de muchas maneras convincentes".
  Rockwell apunta que, aunque McDonagh provenga de Irlanda, posee grandes conocimientos sobre los pequeños pueblos de Estados Unidos, tal vez porque las ciudades trabajadoras de cualquier parte del mundo tienen muchas cosas en común. "Martin conoce los pequeños pueblos porque en Irlanda existe el mismo tipo de conflictos. La clase trabajadora es la clase trabajadora dondequiera que vayas, por eso escribe también sobre ellos. Creo que podrías hacer esta misma película con acento irlandés o con acento de Brooklyn y funcionaría igual de bien que en Misuri".
  Quizás el acento local sea irrelevante, pero Dixon es ciertamente un personaje por derecho propio. "Dixon es una especie de clásico", reflexiona Rockwell. "Es como el bastardo Edmundo en El rey Lear, un personaje que está realmente muy enfadado: enfadado con el mundo, y con la idea en la cabeza de que siempre le han tratado mal. Parece al principio que es una especie de villano de Ebbing, y sin embargo es mucho más complicado que eso.
  En última instancia, cuando se revela la vida dependiente que lleva Dixon en casa, por fin podemos ver la fuente de su tormento psíquico. "Todavía vive con su madre y por eso está como encallado, incapaz de liberarse y de convertirse por fin en un adulto", explica Rockwell. "Tiene una relación extremadamente disfuncional con su madre; y eso le crea un poco de trauma, que luego paga con los demás".
  "Creo que todos podemos sentirnos un poco identificados con su ira y su tristeza, así como con el culto que le profesa al jefe Willoughby", continúa Rockwell. Creo que todos hemos sentido ese tipo de admiración por alguien, de quien hemos anhelado su aprobación".
  Rockwell y Harrelson parecieron encontrar el punto que hizo que el complejo vínculo entre Dixon y Willoughby se hiciera aún más fuerte. "Woody tiene una verdadera brújula moral, y también es muy relajado, lo que te hace sentir a gusto con él. Con grandes actores como él, a menudo hay un sentido de anarquía y picardía, que es lo que le aporta Woody a Willoughby", explica Rockwell. "Su enfoque nunca es predecible".
  McDonagh y Rockwell estuvieron de acuerdo en que el gran riesgo con el personaje de Dixon era que se convirtiera en una caricatura aunque fuera un segundo. Su humanidad era la clave. "Los dos sabíamos que Dixon tenía que parecer real, y no estar ahí sólo por las bromas", afirma Rockwell. "En realidad, era igual de arriesgado interpretar el personaje sólo por las bromas o sólo por su rasgo conmovedor. Creo que al final la gente verá elementos en conflicto en el personaje de Dixon Quiero que el personaje irrite, enfade y entretenga al público, y que sientan cariño por él, todo al mismo tiempo.

JAMES...
  En el papel de James, un lugareño que siente algo por Mildred, está Peter Dinklage, dos veces ganador del Emmy y ganador del Globo de Oro por su imponente papel de Tyrion Lannister en la serie de HBO JUEGO DE TRONOS. En este caso interpreta un personaje totalmente opuesto como vendedor de coches usados de clase trabajadora, cuya principal ambición es conseguir una cita con Mildred. Dinklage recuerda que su reacción inmediata al leer el guión fue: "Martin lo ha vuelto a hacer. Una cosa de los guiones de Martin es que da igual lo pequeño que sea el papel, está muy bien escrito. A medida que pasas las páginas, profundiza más y más en todos los personajes; y eso es lo que le pasa tanto a James como al resto de personajes.
  Dinklage describe a James como un "tipo que tiene muy buena opinión de sí mismo, pero que está decidido a llamar la atención de Mildred. El papel también le ofrecía a Dinklage su primera oportunidad de trabajar con Frances McDormand. "Es lo mejor de lo mejor, porque no tiene ninguna vanidad", apunta. "Se implica al cien por cien de principio a fin".
  Dinklage también disfrutó viendo a Sam Rockwell en el papel de Dixon. "Lo que Martin y, especialmente Sam, han hecho es poner en duda todos los juicios que los espectadores puedan hacer de Dixon, lo cual es realmente satisfactorio. Hace que tu cabeza dé vueltas mientras terminas sintiendo empatía por él".
  Como con todos los actores de la película, Dinklage se sintió atraído especialmente por la capacidad de McDonagh de cambiar el estado de ánimo en un momento. "El cuidadoso equilibrio que consigue Martin entre lo gracioso y lo serio es algo magnífico. Supongo que es la misma razón por la que a veces la gente se ríe en los funerales", reflexiona Dinklage. "En la vida real, las emociones opuestas a menudo chocan entre sí de esa manera. Cuando de repente encuentras algo de humor tras una gran tragedia, es un gran alivio, y creo que está en la naturaleza humana buscar ese sentimiento. Martin realmente no puede evitar pasar de lo emotivo a lo gracioso y de vuelta a lo emotivo, ya que ese es el tipo de narrador que es él".

CHARLIE...
  El exmarido de Mildred, Charlie, comparte su dolor por su hija, pero eso es todo lo que tienen en común.
Charlie es otro complejo personaje secundario de la película, que aporta la misma agonía y la misma comedia. Por eso, McDonagh decidió darle el papel al nominado al Oscar® John Hawkes, conocido por sus intensas y humanas interpretaciones en WINTER'S BONE, MARTHA MARCY MAY MARLENE, LAS SESIONES y el clásico de televisión de HBO, DEADWOOD. "John sólo aparece en unas pocas escenas, pero en ese poco tiempo, tiene que ser capaz de llegar al espectador, y él lo consigue", afirma McDonagh.
  Según comenta Hawkes sobre el atractivo del personaje: "Charlie podía ser un personaje completamente antipático, lo cual no me asusta como actor, pero Martin le escribió con unos matices bastante variados. Uno ve que todavía existe algo de amor entre él y Mildred, lo cual no es de esperar. Y Frances está tan extraordinariamente bien en el papel de Mildred que ayudó a transmitir todos esos matices.
  La ilusión de trabajar con McDormand fue enorme. "Es una de mis actrices favoritas del mundo, por lo que fue emocionante y, a la vez, abrumador", confiesa. "Pero es una persona y actriz muy amable, cercana y generosa, así que me sentí muy cómodo de inmediato. En algunas escenas, a veces me perdía sólo mirándola y luego me daba cuenta de que me tocaba hablar.
  Durante las interacciones entre Charlie y Mildred se encuentra el fantasma palpable del abuso mutuo que hubo en el pasado. "Creo que Charlie pudo haber bebido y gritado mucho cuando estaban juntos y, sin embargo, creo que también la quería mucho, así que nunca fue una relación de todo blanco o negro; me gusta la parte gris de las cosas, y esta película ofrece mucho de eso", señala Hawkes.
  Trabajar con McDonagh ayudó a Hawkes a navegar por esas áreas grises con atención y precisión. El actor explica: "Como director, Martin no deja nada en el aire. Es muy específico. Charlie era un personaje complicado y Martin me ayudó mucho a descifrarlo. Creo que como Martin viene del teatro, trae consigo un tipo diferente de ambiente, donde hay más afinidad y comunión con los actores".

ROBBIE...
  El único hijo vivo de Mildred, el adolescente Robbie, lidia con la muerte a su manera, hasta el punto que llega a pensar que la obsesión de su madre con el asesinato de su hermana es gracioso de una manera muy oscura. El papel lo interpreta Lucas Hedges, recientemente nominado al Oscar® por su papel en MANCHESTER FRENTE AL MAR.
  "Creo que Robbie ha pasado por una transición en su vida desde que murió su hermana", comenta Hedges. "Probablemente era más suave, más emotivo, más inmaduro antes, pero creo que lo que se ofrece al espectador es una persona madura y mucho más dura. También tiene un gran sentido del humor dado lo oscuras que son las cosas para él; y a Martin le encanta contrastar el humor con la oscuridad".
  Hedges apunta que Robbie se siente apartado por la manera tan privada en la que Mildred lleva su dolor, y lo poco que ha contado con él para tomar sus decisiones. "Después de la muerte de Angela, Mildred entró en un estado catatónico que duró siete meses, por lo que Robbie cuidaba de ella de una manera poco habitual para un hijo", explica Hedges. "Él quiere mucho a su madre, pero creo que se siente perdido porque ella nunca le habla de cómo se siente o cuáles son sus intenciones; y ni siquiera le habla de los anuncios que pretende poner".
  Quizás los efectos más duros de Mildred recaen sobre su hijo, Robbie, al que da la espalda para descubrir la verdad sobre la muerte de su hija. "Mildred sabe que Robbie es capaz de sobrevivir, por lo que se convierte en un daño colateral. "En cierto modo, sacrifica a su hijo", comenta McDormand.
  Eso implicaba que McDormand tenía que trabajar de una manera muy específica con Hedges. "Antes de mis escenas con Lucas le dije que podía darle lo que necesitara mientras estuviéramos fuera de cámara, pero la realidad es que durante las escenas no recibiría mucho de mí parte porque Robbie no recibió gran cosa de su madre durante siete meses. Mildred se quedaba en el sofá, apenas respirando; y su hijo tenía que cuidarla como si fuera una inválida. Y sé que fue difícil para Lucas porque es un actor joven que realmente quiere escuchar y responder, pero ese no es el caso con Mildred. No podía darle eso porque mi personaje ya no tiene trato con Robbie".
  Hedges disfrutó de la oportunidad de aprender de McDormand. "Era como si estuviera en la escuela de interpretación y ella fuera la profesora", asegura Hedges, que recientemente asistió al conservatorio de la Escuela de Artes de la Universidad de Carolina del Norte. "Tenía un diario en el que sólo escribía las cosas que Frances decía, que en algún momento será emocionante volver a mirar".
  En cuanto a qué hace que Frances sea tan buena, Hedges afirma: "No es ningún secreto. Nunca he escuchado a Frances decir algo que no sintiera de verdad. Nunca te elogia si cree que no lo mereces. Es amable, pero es implacable. Es una persona curtida al igual que Mildred".

RED...
  Cuando Mildred Hayes decide comprar tres vallas publicitarias para irritar a la policía y a toda la comunidad de Ebbing, entabla un negocio con el joven Red Welby, un acuerdo que no presagia nada bueno para Red. El papel lo consiguió Caleb Landry Jones, que debutó en el cine con el papel de un chico que va en bicicleta en la película de los hermanos Coen NO ES PAÍS PARA VIEJOS, y pudimos verle recientemente en la exitosa historia de terror DÉJAME SALIR. Jones afirma que el guión le impactó hasta el punto de que "habría interpretado cualquier papel que Martin me hubiera pedido".
  Pero Red era un reto bastante particular, sobre todo porque él se ve más envuelto en la búsqueda de justicia de Mildred pagando un precio. "Al principio, creo que Red sólo quiere quedar bien ante su atractivo asistente y quiere el dinero, por lo que piensa, 'de acuerdo, señora loca, voy a aceptar su dinero'. Pero a medida que conoce más a Mildred y su situación, se convierte en algo más", explica Jones.
  Red también es uno de los inadaptados de la ciudad. "La idea de Martin es que Red sea una persona que quiere irse de Ebbing algún día, y que espera conseguirlo, pero creo que tal vez no lo consiga", reflexiona Jones.
  En una escena, a Red lo lanzan por una ventana. McDonagh tomó la decisión de rodar la escena de una sola vez.
"La escena de la ventana de Red se escribió originalmente en el guión como una sola toma", explica McDonagh, "y siempre se pensó como una pieza cinematográfica central de la película. Programamos un día entero para grabar la escena, y luego nos preparamos mucho para hacerla. Creo que sólo nos hicieron falta como cuatro o cinco intentos, y para el mediodía ya habíamos terminado. No sé qué hicimos durante el resto de día, probablemente tomar algo y celebrarlo. Es un placer hacer este tipo de tomas de dos minutos en la que ocurren tantas cosas".
  El amplio elenco de TRES ANUNCIOS EN LAS AFUERAS DE EBBING, MISURI también incluye a Samara Weaving como la novia de Charlie, Penelope; Amanda Warren como la única confidente de Mildred, Denise; Kerry Condon como la novia de Red, Pamela; y Zeljko Ivanek como Cedric, el sargento de la oficina de policía.
  Según comenta Kerry Condon, a la que vimos recientemente en CAPITÁN AMÉRICA: CIVIL WAR: "Pamela es como la joven que nunca será la hija de Mildred. Es algo muy de Martin hacer que un personaje que sólo habla unas pocas veces en la película sea tan importante.
A Ivanek, que trabajó con McDonagh en ESCONDIDOS EN BRUJAS, también le gustó su personaje. "Me encanta interpretar a alguien que se toma tan en serio su trabajo por pequeño que sea" afirma.
  McDonagh ensayó intensamente con todo el elenco, excepto con McDormand, que llegó al rodaje en el último momento, tal y como le sugirió McDormand.
  "Es genial, porque Mildred está en guerra con todos, por lo que Frances pensó que era mejor experimentar esas reacciones espontáneamente delante de la cámara, y aunque no estaba seguro, al final me convenció", revela McDonagh. "El trabajo con el resto de actores fue casi como hacer teatro: hablamos mucho sobre sus personajes y sus decisiones. Es un reparto realmente bueno".

LA FOTOGRAFÍA...
  Aunque Ebbing es ficticio, Martin McDonagh hace que parezca un lugar real, un lugar que ofrece los encantos, y también la claustrofobia, de un pueblo rural donde todo el mundo conoce los negocios de todos. Trabajó con un equipo que incluye al director de fotografía Ben Davis, al editor Jon Gregory, a la diseñadora de producción Inbal Weinberg y a la diseñadora de vestuario Melissa Toth para hacer que Ebbing fuera otro de los personajes vívidos de la película.
  Davis ha rodado una variedad ecléctica de películas, que van desde EL EXÓTICO HOTEL MARIGOLD hasta GUARDIANES DE LA GALAXIA; aunque previamente ya forjó su relación con McDonagh en SIETE PSICÓPATAS. "Hay algo entre Ben y Martin que hace que las palabras y los pensamientos de Martin cobren vida visual", apunta Graham Broadbent. "Ben captura el paisaje rural estadounidense de una manera dramática, a la vez que graba a los personajes de una manera minimalista, pero emocionalmente sorprendente".
  McDonagh describe la fotográfica como "algo hermoso, pero no excesivamente moderno, estilizado o saturado". Y añade: "Ben y yo somos aficionados a las películas americanas de los 70, así que queríamos conseguir esa sensación".
  Davis podría haber utilizado los años 70 como referencia general para la fotografía de la película, pero cree que con el trabajo de McDonagh "no hay puntos de referencia reales. Cuando leí el guión no pude decir en ningún momento: "Bueno, eso me recuerda a esta película o a esa imagen". Todo es tan específico y tan Martin...
  Sin embargo, Davis se inspiró sutilmente en la obra de Stephen Shore, un fotógrafo estadounidense de arte de los años 1970, conocido por sus paisajes despoblados y sus momentos de naturaleza muerta: una cena, un cartel en la carretera, un motel solitario.
  También pasó mucho tiempo en las locaciones de la película absorbiendo el terreno y la geografía. "Para mí, se trata de ángulos de cámara, así que realizo muchísima preparación. En lugar de quedarnos metidos en la oficina, salíamos y nos sentábamos en los lugares de rodaje y hacía muchas fotografías para encontrar las mejores maneras de capturarlas", explica Davis. "Me interesaba especialmente la idea de pequeños pueblos de una sola calle comercial y de cómo fotografiarlos; y en gran parte se trataba de elegir el momento adecuado del día".
  Eso significaba trabajar con horarios de rodaje, que nunca es fácil. Yo quería rodar una gran parte de la película a primera hora del día o al anochecer, en la hora mágica, pero el anochecer, claro, es un breve período y teníamos tanto diálogo en la película que fue un verdadero desafío para Martin. Martin y los actores ensayaban y ensayaban, y luego, pum, lo rodábamos todo muy rápido, con la esperanza de conseguir lo que buscábamos... y por suerte lo hicimos".
  La película también presenta no sólo una secuencia de fuego técnicamente complicada, sino dos, en las que usamos llamas reales. "Queríamos hacer todo, prácticamente, por la emoción de hacerlo", explica Davis. "Cuando uno tiene llamas reales, crea un impacto en los actores que se puede percibir; y se alimentan de esa energía y ese calor. Pero, por supuesto, el fuego requiere una gran cantidad de precaución y logística".
  Algunos de los trabajos más exigentes de Davis ocurrieron durante la épica e ininterrumpida secuencia de una sola toma de la ventana de la oficina de Red, aunque él afirma que no se hizo para llamar la atención.
  "Es técnicamente emocionante hacer una secuencia grande de una sola toma, pero sólo debes hacerlo si hay una buena razón narrativa para hacerlo y si ofrece algo dramático", explica citando sus reglas básicas. "Creo que éste es un caso en el que suceden ambas cosas. Como no tiene cortes, se vuelve increíblemente envolvente y parece que estás ahí con Dixon durante todo momento. La brutalidad de la escena es también más creíble porque no hay cortes que te recuerden que estás viendo ficción".
  Graham Broadbent comenta de la toma: "Es una manera importante de hacer que los dos
mundos de la película se unan: la estación de policía y la agencia de publicidad. Fue realmente complicado porque esa sola toma incluye escaleras, peleas, alguien que sale por una ventana, más escaleras, violencia en la calle y de vuelta a la comisaría. Ben y todo el equipo hicieron un trabajo increíble para hacerlo tan visceral".
  Melissa Toth recuerda de la escena: "Todos los jefes de departamento tuvieron mucho trabajo. Además de todo, Caleb tuvo que cambiarse rápidamente y ponerse una ropa destrozada y ensangrentada mientras corría por las escaleras, así que mi equipo también formó parte de la escena. Para mí era como ver teatro en vivo. En realidad me puse nerviosa y todos nos emocionamos mucho cuando terminó".

LA CREACIÓN DE EBBING Y SUS VALLAS PUBLICITARIAS...
  Ebbing, un pueblo ficticio de las montañas de Ozark, tiene su propia personalidad conflictiva como un lugar que parece inmutable y que a la vez se topa con el mundo moderno. Durante la búsqueda de un pueblo que encajara, se viajó por Ohio, Nuevo México, Misuri, Misisipi y Georgia; y la producción se realizó en la pequeña Sylva, Carolina del Norte, situada en Great Smoky Mountains.
  "Sylva no tiene nada que te haga pensar que allí se puede desarrollar una historia tan oscura como ésta", apunta McDonagh, "y eso era importante: hacer que el pueblo fuera perfecto para Mildred".
  La tarea de transformar Sylva en Ebbing recayó en la diseñadora de producción Inbal Weinberg (BEASTS OF NO NATION, ST. VINCENT), que empezó investigando la historia visual de los pueblos del interior de Estados Unidos. Weinberg explica: "Miré dos tipos diferentes de fotografía: fotógrafos documentales de los años 60 y 70 que estaban fotografiando la vida cotidiana en ese momento; y fotógrafos recientes que documentan pueblos desaparecidos. Yo estaba influenciada tanto por los ritmos de la vida cotidiana de los pequeños pueblos como por los recuerdos de un modo de vida que está desapareciendo".
  Y en un momento dado encontró su propia visión de Ebbing en colaboración con McDonagh. "La idea es que Ebbing no es un pueblo muy rico, pero tampoco está arruinado", explica. "No está superpoblado, pero es un pueblo que aguanta, uno de esos pueblos que tiene la misma apariencia que tenía hace medio siglo, aunque hay muestras del cambio; un pueblo con algunas zonas en peor estado, pero con una orgullosa historia.
  Con eso en mente, Weinberg empezó a peinar Sylva para encontrar lugares donde rodar. "Era muy importante para Martin que todo fuera físicamente real", señala Weinberg. "De hecho, Martin escogió Sylva porque no sólo tiene una calle principal muy clásica, sino que también pudimos reflejar la proximidad de la agencia de publicidad y el departamento de policía, tal como está en el guión. Uno de los puntos fuertes de los pueblos pequeños es la sensación de que la gente está muy conectada a la vida de los demás; un sentimiento que era clave para Martin.
  Después, Weinberg comenzó a buscar la carretera en la que Mildred alquila sus tres vallas publicitarias. El reto era que McDonagh quería que la casa de Mildred estuviera cerca, de manera que en las tomas de su casa se vieran los anuncios al fondo. "Miramos un montón de carreteras, conduciendo durante días y días por la maravillosa Carolina del Norte Occidental", comenta Weinberg.
  Y al final resultó que la primera carretera que visitaron fue la que más cautivó a McDonagh. "Había algo pintoresco y hermoso, a la vez que solitario en cierto modo", recuerda. "Y después Inbal y yo comenzamos a trabajar en el diseño de los anuncios de Mildred".
  Weinberg le ofreció a McDonagh numerosas opciones. "Miré todas las fotos posibles de vallas publicitarias personales", asegura. "Probamos distintas fuentes, diferentes colores y diferentes estructuras de frases. Uno de los mayores avances fue una idea que tuvo Martin: utilizar un fondo rojo que hiciera que las letras destacaran. Cuando lo probamos, nos encantó, y no sólo fue una gran decisión, sino que hizo que el rojo se convierta en un color importante durante toda la película".
  Las vallas publicitarias pasan por seis fases diferentes de existencia. "Fue increíblemente complejo", señala Weinberg, "porque estas vallas son enormes estructuras y no se mueven con facilidad. Tuvimos reuniones enteras dedicadas a programar las vallas publicitarias". La producción también encontró un medio para cubrir los carteles cada noche, para no dejar algo tan chocante para la comunidad local que va conduciendo por la carretera.
  Los diseños de Weinberg abarcaban desde los detalles más amplios hasta los más ínfimos detalles de la vida de Ebbing; incluso se le ocurrió hacer pegatinas para los coches y mascotas para un instituto de un pueblo que ni siquiera existe.
  Para la comisaría de Ebbing, Weinberg y su equipo transformaron una tienda de envío de antigüedades. "Realicé una amplia investigación sobre estaciones de policía de pequeños pueblos", afirma Weinberg. "Sabíamos que queríamos contar con una celda, a pesar de que la policía moderna no las utilizan mucho, pero en mi mente Ebbing nunca se renovó. Además, todo estaba a prueba de fuego, hasta el suelo, y nuestro supervisor de efectos, Burt Dalton, trabajó con nosotros para hacer pruebas de quemado en todo, desde los escritorios hasta las bombillas.
  Para la oficina de Red, Weinberg utilizó un diseño retro. "Me inspiré principalmente en las fotos de las tiendas publicitarias de los años 20 y 30, cuando todo eran señales tradicionales y eso nos dio la idea de usar las paredes para mostrar la historia de Ebbing", explica. "Encontramos viejos carteles publicitarios en tiendas especiales y también conseguimos artículos en una tienda local de señales".
  Weinberg mantuvo la casa de Mildred en desorden. "Tenía que parecer la casa de una madre afligida", describe. "Frances tenía muchas ideas que implementamos. Para todos nosotros era importante que la habitación de su hija fuera la más limpia de la casa. El reto era crear una habitación de adolescente animada que esté llena de su ausencia".
  Uno de los decorados favoritos de Weinberg era la casa en la que vive Dixon con su madre. "Martin tuvo la idea de que desde el porche de la casa de Dixon se pudiera ver la calle principal; y sorprendentemente, encontramos la casa perfecta tal y como Martin la había imaginado. Era una casa pequeña, pequeña, en la que era complicado grabar dentro; pero como a Martin le gustó tanto, al final lo conseguimos. Para las piezas de arte folk que hace su madre, compramos algunas pinturas maravillosas de la tradición naïve de un artista de Carolina del Sur y llenamos la casa con fotos de la familia y papel pintado de color amarillo ahumado.
  Otro de los favoritos de Weinberg era la fantasiosa tienda de regalos de Ebbing en la que trabaja Mildred. "La tienda se creó de la nada así que, básicamente, tuvimos que marcar todos nuestros artilugios y artículos de regalo para una ciudad inexistente. Una idea que nos gustó es que, aunque es una tienda de regalos, está en un lugar que no es muy acogedor. Es una tienda que está bastante aislada, ya que Mildred es también un personaje aislado", explica la diseñadora. (Todo lo que se ve en la tienda, conejos, es un tema recurrente de McDonagh en toda su carrera en el cine).
  Daba igual dónde estuvieran o qué estuvieran construyendo, Weinberg se sintió agradecida por el apoyo de la población de Sylva para crear la ciudad ficticia de Ebbing. "Cuanto más rodábamos, más emocionados estaban, hasta el punto que empezaron a crear sus propias camisetas y recuerdos. La población de Sylva agregó un alma especial a la producción".
  Mientras tanto, Melissa Toth se encargó de "vestir" a Ebbing: desde los looks retro de Red y Pamela hasta los uniformes de la policía de Ebbing. Toth ha trabajado con una gran cantidad de directores visionarios como Michael Gondy, en ¡OLVÍDATE DE MÍ! o Kenneth Lonergan, en MARGARET y MANCHESTER FRENTE AL MAR, pero afirma que incluso entre ese grupo, McDonagh destaca.
  "Su escritura es muy personal", reflexiona, "y lo complicado para un diseñador de vestuario es que la forma en que la gente habla no siempre coincide con la apariencia que tienen. Mi manera de trabajar con él era simplemente bombardearle con ideas y esperar sus comentarios. A veces me daba una o dos pistas sobre los personajes, como una canción que les gusta, y yo ya me las apañaba con eso. Su narración es muy intensa, compleja y oscura, pero trabajar con él es una alegría. Es una combinación extraña".
  Aunque el mono de Mildred es la pieza de vestuario central, Toth señala que "la historia está repleta de personajes estrafalarios, y es un reparto realmente bueno. La escritura de Martin te da espacio para jugar. El mundo que crea tiene mucha profundidad y misterio, y no hay nada más divertido que reflejar las profundidades del misterio con el vestuario de los personajes".
  Para los uniformes de la policía Ebbing, Toth se basó en la investigación que realizó sobre la policía rural, centrándose en los parches blasonados que los hacen únicos. Cuando Dixon está fuera de servicio, lleva una chaqueta de color amarillo mostaza que refleja sutilmente que hay algo fuera de lo común en él. "Hemos recubierto y teñido esa chaqueta para obtener el color correcto", explica Toth. "Me encantó trabajar con Sam. Trabaja muy duro, pero cuando lo ves en el papel, parece que lo hace sin esfuerzo.
  Pero el traje favorito de Toth es uno muy sencillo: el ligero vestido de flores que lleva la esposa del jefe de policía Willoughby, Anne, a un picnic y que sigue llevando cuando se produce un giro de los acontecimientos ese mismo día. "La forma en que lo lleva Abbie te da la sensación de que está aprovechando al máximo cada momento. La forma en la que fluye el vestido con la brisa durante el picnic es uno de esos momentos en los que un vestido es capaz de conseguir mucho visualmente hablando".
  En cuanto a la banda sonora de la película, McDonagh recurrió a su colaborador habitual: Carter Burwell, nominado al Oscar® por CAROL, y también reconocido por su trabajo con los hermanos Coen y Spike Jonze. Al leer el guión, Burwell se adentró en la mentalidad de los pequeños pueblos, en los que, como él dice, "todos se conocen desde el colegio y parte de la misma violencia, los mismos prejuicios y el mismo romance se mantiene en la vida adulta". A medida que giraba las páginas, una serie de pensamientos musicales se arremolinaban, desde los clásicos americanos hasta los Spaghetti Western.
  "Al principio pensé en una banda sonora estilo Sergio Leone, porque hay unos personajes bastante imperfectos que buscan su propia forma de justicia en un mundo despiadado", recuerda. "Pero al final, no fui totalmente en esa dirección, aunque sigue habiendo un poco de esa esencia".
  Que la trama fuera tan completamente inclasificable le vino de perlas a Burwell. "Me gusta trabajar en películas multidimensionales; y ésa es la mejor descripción de esta película", afirma. "En casi todas las escenas en las que sucede algo, también sucede todo lo contrario... en una escena de mucha violencia también hay aspectos conmovedores y en una escena muy conmovedora también hay humor, y creo que, como compositor, ahí radica mi fortaleza. Me gusta trabajar con lo contradictorio".
  Burwell elabora: "Para mí, lo más importante era conseguir que la música hiciera que los espectadores llegaran al corazón de Mildred y estuvieran de su lado. Así que hay tres temas básicos en la banda sonora: el corazón de Mildred, Mildred en guerra y la muerte, que es un tema que abarca no sólo la pérdida de Mildred de su hija, sino también al personaje de Woody Harrelson".
  Y continúa: "La raíz de toda la música está en las tradiciones populares estadounidenses, mezclada con muchas guitarras acústicas, pero el tema de guerra de Mildred es casi como una marcha militar, con tambores, palmas y pisadas".
  Pero el momento en el que prenden fuego a las vallas publicitarias de Mildred fue el mayor desafío para Burwell, que intentó reflejar el drama sin sentimentalismo. "Me tomó un tiempo encontrar la música para esa escena porque sentí que tenía que haber una sensación de urgencia, pero también un matiz de violencia y un sentimiento de desesperación", describe. "Utilicé una mezcla de mandolina, batería e instrumentos cuerdas y fue muy satisfactorio el modo en que funcionó con las actuaciones".
  Burwell ha desarrollado su propia manera de colaborar con McDonagh, una manera en la que se aíslan de todas las voces externas. "Trabajamos totalmente cara a cara, algo que no suele pasar siempre en el cine", apunta. "Hablamos de todos los asuntos entre los dos, sin nadie más, así que es algo más íntimo. Para los dos, el enfoque fue perfeccionando la mezcla de furia, calidez y pérdida de Mildred".
  "Esa mezcla volátil, así como el camino incendiario que toma Mildred a través de Ebbing, es lo que hace que la película sea lo que es", afirma Graham Broadbent. "Siempre fue un hecho que esta historia sería divertida, porque ya era muy gracioso en el guión y teníamos actores increíbles. Pero cuando hicimos la película, Martin fue muy cuidadoso para proteger la bonita tristeza y el amor de la humanidad de la película, y eso es lo que la lleva a otro nivel", comenta.
  Para McDonagh, fue inevitable dirigir la película hacia ese halo de esperanza de Mildred, por pequeño y difuso que fuera, ya que eso es lo que le hace seguir adelante. "La firmeza de Mildred y la decencia de Willoughby hace que la película tenga esa esperanza", concluye el director-guionista. "La forma en la que Frances interpreta a Mildred te conmueve, a pesar del oscuro lugar del que viene y de toda la incertidumbre que rodea a su guerra personal. Espero que los espectadores se conmuevan y se diviertan e incluso que se enfaden en algunos momentos. Sobre todo, espero que sientan que les hemos contado una historia interesante e inesperada".

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