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   Según el reciente informe “El estado de la pobreza en España 2009‐2013”, casi 13 millones de personas se encuentran en riesgo de pobreza y exclusión social, lo que se traduce en más personas con dificultades para alimentarse, más hogares donde se retrasa el pago de gastos relacionados con la vivienda principal, más personas que no pueden mantener su vivienda a la temperatura adecuada o que no tienen capacidad para afrontar gastos imprevistos. 'Techo y Comida' cuenta una de esas historias.

NOTAS DEL DIRECTOR...
   La semilla para el guión de 'Techo y comida' surge, en el año 2012, al reconocer, en un reportaje de televisión sobre la crisis económica, a una antigua vecina que vivía sola con dos niños, sin recursos y sin ningún tipo de ayuda familiar ni administrativa, encontrándose al borde del desahucio. Quedé muy impactado.
  Más allá de indignarme por la grave e injusta situación general por la que estaban pasando (en 2012, se calcula que en España fueron desahuciadas 500.000 familias de sus casas), una de las ideas que me preocupaba era que, durante el tiempo que fuimos vecinos, nunca supe ni sospeché de sus dificultades. Esto revelaba dos dramas que cohabitaban en paralelo y se retroalimentaban.
  El primero, el mío personal que evidenciaba que, a pesar de la cercanía física, en verdad cuán lejos estaba de su realidad y, por extensión, llevando la reflexión al terreno colectivo, que aislados vivimos los unos de los otros. Y el segundo drama, causa o efecto del primero, era saber cuáles habían sido las motivaciones que llevaron a mi vecina a silenciar su problema, vivirlo en soledad haciéndolo invisible a los demás e imposibilitar, al menos idealmente, el auxilio o solidaridad de otras personas.
  A nivel jurídico está basado en un caso real que sucedió en Torrejón de Ardoz en el año 2011. He sido bastante cuidadoso con el tema de los plazos y situaciones reales que se dan en los juzgados españoles en las ejecuciones de los llamados “desahucios exprés” y me ha permitido tocar de soslayo también el tema de las relaciones de poder que las instituciones públicas y privadas ejercen sobre el individuo.
  Al hacer coincidir en la ficción, el tiempo del proceso de desahucio con la celebración de la Eurocopa de futbol, me posibilitaba contextualizar con precisión el dónde y el cuándo estaba pasando, y claro, deslizar apuntes sobre la idiosincrasia de la sociedad española.
  'Techo y comida' es una historia realista que se identifica con el tipo de cine que me gusta ver y hacer. Un cine comprometido alejado de demagogias, en apariencia sencillo, pero de calado hondo en el alma y en la mente del espectador. 'Techo y comida' es una película necesaria que no dejará a nadie indiferente.

LA PRODUCCIÓN...
  “Si el cine es reflejo de la sociedad ya tardaban los desahucios en saltar a la gran pantalla”. Así comienza el artículo que el diario El País publicaba en agosto del 2014 a propósito de “Techo y Comida”, en plena preproducción de la película.
  Todo se remonta a unos meses antes.
 En noviembre de 2013, cuando terminé de leer el guion de Juan Miguel del Castillo, lo que seguro sabía, era que la historia de Rocío y Adrián, sus protagonistas, me había conmovido.
  Junto a Alfred Santapau, en Diversa Audiovisual, nos pusimos manos a la obra con la convicción y el compromiso moral de que “Techo y Comida” se tenía que contar.
  Conscientes de que era el momento y con el temor a que se dilatara en el tiempo, desde el principio, decidimos buscar vías de financiación alternativas evitando los cauces habituales de un sistema de subvenciones recortado y puesto en cuestión por la industria.
  Siguiendo el ejemplo de otras propuestas culturales y sociales que son amplificadas a través de internet, dimos a conocer el proyecto a sus futuros posibles espectadores. Desde marzo de 2014 y en apenas 4 meses, pasaron a ser miles los seguidores de “Techo y Comida” que nos daban su apoyo a través de las redes sociales.
  En el mes julio, dimos un paso más e iniciamos, bajo el eslogan “Aporta tu granito de arena”, una campaña de micromecenazgo en la que superamos ampliamente el objetivo económico propuesto destinado a sufragar algunas de las partidas técnicas. Pero sobre todo, el éxito nos sirvió para afianzar el proyecto y corroborar el interés que suscitaba el rodar una película sobre la crisis y los desahucios.
  El resto de financiación, hasta completar el presupuesto necesario, se ha conseguido con las aportaciones de productores financieros y asociados, la participación del equipo técnico y artístico; y gracias a la colaboración de asociaciones y empresas que han hecho posible, junto a los recursos propios de la productora Diversa Audiovisual, la realización de “Techo y Comida”.
  En noviembre de 2014 comenzaba, durante 5 semanas, el rodaje de “Techo y Comida” con los estándares de una producción media española, compuesta por un equipo técnico de más de cincuenta profesionales, rodando en Cine Alta Super 35 mm para su proyección en 4k y sonido dolby digital 5.1.
  Protagonizada por Natalia de Molina (Goya 2014 actriz revelación y European Shooting Star 2015) y el niño Jaime López, seleccionado a través de casting, completan el elenco actores de la talla de Mariana Cordero, Mercedes Hoyos, Gaspar Campuzano, Montse Torrent, Natalia Roig, Manuel Tallafé, entre otros, así hasta sumar 40 actores de reparto y más de quinientos figurantes.
   Rodada en Jerez de la Frontera, hemos contado con la colaboración de la Jerez Film Office que nos ha facilitado los permisos y accesos a los espacios de las numerosas localizaciones.
  Como en toda producción, hemos tenido que salvar todo tipo de obstáculos.
 Algunos de incontrolables. Como las frecuentes lluvias que nos alteraban continuamente el plan de rodaje y que, por ejemplo, nos obligaron a suspender para un segundo día, una de las secuencias con mayor número de figurantes en la que participaba un paso de semana santa cargado por 50 costaleros.
  Y otros de imprevisibles, como la anulación de última hora y sin motivo aparente por parte de los responsables políticos, a rodar en el Centro Social La Granja, localización que hacía tiempo estaba confirmada.
Una dificultad añadida es que la ficción transcurre entre el invierno y el verano de 2012, con lo que supone de cambios de vestuario y ambientación adecuados para cada estación del año.
  De todo ello tenemos constancia gráfica. Porque, en otra vuelta de tuerca en la producción de “Techo y Comida”, disponemos de un documento excepcional: más de 24 horas de grabación surgidas de la retransmisión en directo por streaming de una hora diaria, en la que hicimos partícipes del rodaje a todos los seguidores de la película que podían conectarse desde cualquier lugar a través de sus dispositivos.
  Y si parte del equipo jugaba en casa, los que nos desplazamos desde otros lugares, mayoritariamente desde Cataluña, nos hemos sentido como en la nuestra propia. Queremos agradecer la acogida, el apoyo y cariño de tantas personas que empatizaron con el proyecto, nos abrieron sus corazones (y también sus hogares) para hacerlo realidad.
  Mención especial merece el barrio de La Granja, donde pasamos a formar parte de la cotidianidad, hasta el punto de compartir juntos el final del rodaje, celebrándolo en la calle, alrededor del fuego y degustando un delicioso plato de berza cocinado por los vecinos.
  Hoy, apenas año y medio después, llega la guinda a todo este esfuerzo al poder presentar la película, por primera vez, en la Sección Oficial del 18 Festival de Málaga de Cine Español, y quiero agradecer a su director y a los miembros del comité seleccionador la oportunidad que nos brindan.
  No quiero acabar esta memoria sin antes mencionar, en esta nueva etapa del camino, la profesionalidad, soporte y apoyo que nos están ofreciendo el equipo de Catalan Films.

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