PREMIOS Y FESTIVALES

- D’A Festival Internacional de Cine de Autor de Barcelona. Barcelona, España
- FIRE! Festival de cine gay y lésbico de Barcelona. Barcelona, España
- SEMINCI Semana Internacional de Cine de Valladolid. Valladolid, España.
- SOMCINEMA Muestra de Cine de Lleida. LLEIDA, España.
- ZINEGOAK Festival de cine LGTB de Bilbao. Bilbao, España.
- Muestra de cine que INSPIRA. Madrid, España.
- Primavera CINEMÍSTICA, Granada, España.
- CAMBRIDGE Film Festival, Reino Unido.
- Festival Queer Lisboa, Portugal.
- Muestra Internacional de Películas de Mujeres, Cataluña, España

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INFORMACIÓN EXCLUSIVA

NOTAS DE LA DIRECTORA...
   La película surge de la necesidad de hablar de la culpa, como sentimiento más impresionante y destructor que existe, y que a pesar de no ser católicos o religiosos de educación, es uno de los valor más asumidos.
  La película se basa en el representador máximo de la culpa, y la construcción de la historia se proyecta en la comprensión de este personaje desde que traicionó hasta que no pudo más. "Todos los Caminos de Dios" no es una película que hable de la religión, ni hago mi versión de la historia, en este sentido se respeta mucho los hechos bíblicos o históricos como nos han llegado. La película se limita a llenar los huecos de la historia que para mí son los interesantes a nivel humano. Se da al personaje un espacio donde poder explicar que seguramente hubo arrepentimiento, hubo intento de redención, la búsqueda de algún tipo de perdón o alguna señal que le guiara hasta que llegó a su límite.
  Aparte de la figura de Judas como representante de la culpa, entran en juego otros factores muy importantes que son la amistad, y el amor. Todo el mundo necesita a los demás para poder salir adelante, incluso para llegar a uno mismo, y aquí esa figura es representada por el enigmático joven que le acompaña durante el viaje.

  El planteamiento formal de la película está en la misma línea que el proceso creativo de la película, la cámara se mueve y sigue al protagonista como si fuera un personaje más, que al principio de la película está lejos y se va acercando hasta terminar en su lado. Este hecho de ser uno más está subrayado por la cámara en mano que da a cada plano una sensación muy real de la velocidad, y de las dificultades con que se mueven los personajes
que constantemente tropiezan o se enganchan.
  Es cuando los personajes se relajan, que la cámara se relaja con ellos, convirtiéndose en mis momentos preferidos de la película, siendo allí donde debes dejarte llevar. Finalmente lo que queda es una película muy sencilla, que predomina la atmósfera, y a la que has de ir adentrándote poco a poco, un sueño visual que transporta al limbo literal donde están los personajes.
  No pretendo la empatía con el protagonista por parte del espectador en cuanto al nivel de conflicto, pero si es importante la reflexión sobre la soledad, el perdón, la amistad, y las situaciones límite dentro ese limbo.
  Con los actores busqué el momento muerto, del paso del tiempo, los silencios. El guion eran 10 páginas y no había ningún diálogo. Logramos crear las escenas en vivo, cualquier ensayo previo era absurdo.

  La libertad con la que se planteó la película está trasladada al guion, el rodaje, los actores, el montaje y en todo el proceso creativo de la película, por eso es tan importante el equipo.
  Empezando por los actores que se han tenido que adaptar a una forma de hacer más cooperativa y un poco más alocada, hasta el sonidista al que nunca podía decir en qué momento hablarían los actores o hacia dónde irían, pasando por Aritz, el productor que se tiró en la piscina con los ojos cerrados.
  Esta opción independiente y alternativa espero que pertenezca a un momento muy concreto del cine, y que sirva para que muchos proyectos personales, que nunca hubieran salido del cajón, tengan su momento, pero esperamos que el low-cost no sea una fórmula o nuevo modelo de producción, sino una opción dentro de otras alternativas.

ENTREVISTA A LA DIRECTORA...
¿Cómo surgió la idea de hacer un giro a la historia de Judas?...
.- La idea no surgió pensando en Judas y en qué hacer con este personaje, sino porque me interesaba mucho hablar de la culpa, que es un sentimiento que está muy relacionado con un concepto religioso. Todo y que, hoy en día, aunque mucha gente no sea religiosa, continúa muy arraigado. Me interesaba mucho porque creo que es uno de los peores sentimientos que uno puede tener, y quería hablar de este tema teniendo en cuenta sobre todo el perdón. Judas es el máximo culpable de una historia conocida por todos y nunca se le ha dado ninguna oportunidad. Me parece muy interesante aquello que no explica la Biblia, lo que pasa durante los tres días que es “acusado” culpable, hasta que se cuelga.

¿Has querido hacer de alguna manera una oda al arrepentimiento y al perdón?...
.- Sí, aunque a la película no le llegue nunca este perdón, aparece este otro personaje que le acompaña y que pone en evidencia la necesidad del ser humano de tener a alguien cerca que pueda sentir empatía por ti, de tener alguien con quien puedas contar, o que simplemente camine a tu lado.

¿Cómo ha sido el proceso de construcción del concepto visual?...
.- Fue un diálogo entre el director de fotografía Daniel Fernández Abelló, el director de arte, Víctor Santacana, y yo. Queríamos mucha naturaleza, que se respirara mucha tranquilidad, que los paisajes fueran impactantes aun estar en Cataluña, que verdaderamente es un lugar con rincones increíbles. Así que durante muchos meses nos dedicamos a hacer excursiones por el norte, y con los distintos paisajes que encontrábamos por un lado, y los referentes que teníamos en la cabeza por otro crearon el aspecto visual de la película. Después el concepto de cámara y planos ya fue con Daniel cogiendo el guion y encajando sensaciones de cámara con sentimientos de la historia, y luego, por motivos de recursos hubo que decidir y cambiar muchas cosas sobre la marcha.

¿Cómo trabajaste con Marc la construcción del personaje de Judas?...
.- Marc vive en París así que le trajimos aquí y se instaló en mi casa. Hasta que empezó el rodaje, hablamos constantemente del personaje , desnudándolo y yendo a lo esencial, a los tics… Pensar qué te pasa cuando estas angustiado, si te duele algo, cómo caminas por la montaña después de dos días, etc… para que Marc pudiera crear el personaje en el rodaje.
Tanto él como Jan Cornet, que interpreta a Jesús, se sentían abrumados por sus papeles, así que intentamos alejarlos de esta responsabilidad y que pensaran más bien que se trataba de personajes que se sentían como Judas y Jesús, pero que no lo eran.