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LA PLANIFICACIÓN DEL GOLPE: EMPIEZA EL PROYECTO...
El oscarizado productor Brian Grazer es uno de los pocos productores con la intuición necesaria para atreverse a reunir a Brett Ratner, un director especializado en películas de acción que tiene un buen número de éxitos de taquilla en su haber, con un reparto estelar encabezado por superestrellas cómicas de la talla de Ben Stiller y Eddie Murphy, para la realización de "Un golpe de altura", una comedia de acción que alcanza niveles insospechados.
El productor Brian Gracer cuenta acerca de cómo nació el proyecto: “Eddie y yo no hemos dejado de trabajar juntos desde que en 1992 rodamos “Boomerang, el príncipe de las mujeres”. En 2005, en una reunión con Brett y conmigo, Eddie nos habló de una idea para una película en la que un grupo de cómicos interpretarían a unos personajes con mala suerte. Era la génesis de “Un golpe de altura”. Quería crear una película con personajes atractivos. Sería la historia de unos empleados descontentos que aprovechan una oportunidad para cometer un robo. Obviamente, todo lo que puede ir mal, ocurre”.
Transcurrieron casi cinco años desde esa primera conversación hasta el comienzo del rodaje.
Desde esa primera conversación en 2005, el guión tuvo varias versiones. A pesar de que el proceso de desarrollo ha sido lento, los tres productores dicen que ha merecido la pena para que la acción y la comedia se mezclasen a la perfección. Eddie Murphy estuvo de acuerdo en que Brett Ratner era la persona ideal para dirigir la película.
Brett Ratner, que se siente igual de cómodo con la comedia que con la acción, comparte un don con Eddie Murphy: ambos son apasionados del cine y tienen conocimientos enciclopédicos; recuerdan escenas completas tanto de títulos de Hollywood como extranjeros. De hecho, el director es un fan de las típicas películas de “golpes” de los setenta, por eso le atrajo el guión de “Un golpe de altura”. “La película funciona porque recorre fácilmente la delgada línea entre el drama y la comedia”, explica.
Ben Stiller reconoce que le intrigó la pasión con la que Brett Ratner le habló del guión, y la idea de trabajar con Eddie Murphy y con el realizador le gustó: “Conozco a Brett desde hace quince años, pero es la primera vez que trabajamos juntos. Está lleno de entusiasmo y tiene un asombroso sentido de la historia cinematográfica. Le encanta hacer cine. Brett trabaja visceralmente. Realiza un trabajo de preparación, pero todo cobra vida cuando entra en el plató”.
EL RODAJE DE "UN GOLPE DE ALTURA"...
La película desvela las interioridades de un lujoso rascacielos y lo que hace falta para tener satisfechos a cientos de los ciudadanos más ricos de la ciudad. Los cineastas y guionistas hablaron con los directores de varios hoteles de lujo para que les contaran sus experiencias con los clientes.
El guionista Jeff Nathanson reconoce que “fue muy útil hablar con la gente que trabaja en edificios similares al nuestro. Me entrevisté con mucha gente, desde los porteros a los directores, pasando por las encargadas de planta. Ignoramos que hay todo un mundo paralelo en los sótanos de estos lujosos edificios. Sin el personal que trabaja allí, nada sería posible, pero nadie lo ve nunca. Me pareció fascinante”.
Para obtener el telón de fondo neoyorquino de “Un golpe de altura”, había que reproducir los enormes decorados descritos en el guión. Desde los enclaves de superlujo de Park Avenue, hasta el vecindario de clase obrera de Queens, era necesario evocar de forma creativa las distintas personalidades de la megaciudad.
La responsabilidad del complejo diseño de producción recayó en Kristi Zea, que ya había trabajado con Brett Ratner. La experiencia de la diseñadora fue muy útil para crear el opulento ático de Shaw.
Kristi Zea recorrió los hoteles y edificios más lujosos de Manhattan para crear la decoración de la torre en la película. El interior de la enorme entrada es un diseño tan suntuoso como sofisticado.
Un inmenso ático en el último piso del Trump International Hotel and Tower, situado en Columbus Circle, sirvió de modelo para el decorado del estupendo ático donde reside Shaw. Kristi Zea dice: “Me inspiré en un piso vacío que ocupa la mitad de una planta y que tiene una vista deUN GOLPE DE ALTURA 180º sobre Manhattan. Lo pasamos realmente bien decorándolo”.
Gracias a la cooperación de Donald Trump, que permitió a la producción acceder a varias de sus propiedades más lujosas, los cineastas incorporaron lugares realmente suntuosos a la película. Trump International Hotel and Tower fue usado para rodar varios exteriores, incluida una parte de la escena de persecución durante el desfile del Día de Acción de Gracias.
Hablando de rodar en la ciudad, el director dice: “Lo bueno de filmar en Nueva York es que, pongas donde pongas la cámara, hay algo especial, desde un edificio a la cara de un paseante”.
Donald Trump incluso les dio permiso para filmar en el espacioso aparcamiento subterráneo y en el centro de servicios de la espléndida Trump Tower en la Quinta Avenida. El magnate inmobiliario aprovechó una pausa en el rodaje del concurso “The Celebrity Apprentice” para acercarse a ver cómo estaban Brett Ratner, el reparto y el equipo.
Uno de los elementos clave en el diseño del lujoso ático era reunir una colección de arte que estuviera a la altura. Como buen amante del arte, el director ya había pensado en varios nombres. Kristi Zea sabía que Brett Ratner conocía bien el mundo del arte y que podía contar con él. Y así fue. El director no dudó en hacer varias llamadas para acortar el largo camino a la hora de solicitar permisos para incluir reproducciones de obras valiosas en la película. ímbolos de su riqueza, tales como obras de arte, piezas de coleccionista, coches de lujo y otros juguetes caros. “Estudiamos los pisos más lujosos del mundo y descubrimos que la gente tiene ideas muy UN GOLPE DE ALTURAextravagantes”, recuerda. “Hay un hombre en Londres que tiene un coche dentro de su piso. De ahí le vino la idea a Ted”.
Se habló mucho de qué vehículo sería el más adecuado para que el malo de la película lo usara como trofeo. Se necesitaba un coche de mucho linaje, poderoso y bello, para estar a la altura de los otros tesoros en el piso de Shaw.
Brett Ratner y su habitual colaborador, el director de fotografía Dante Spinotti, son fans de Ferrari, y ya tenían sus favoritos mucho antes de que empezara el rodaje.
Al final se decidió que Shaw tendría un Ferrari 250 GT Lusso de 1963 que supuestamente había sido propiedad de Steve McQueen. La codiciada y carísima pieza de coleccionista es la joya de la corona en la casa de Shaw. Para poder exhibirlo cómodamente, Shaw hizo desmontar el coche y montarlo de nuevo una vez dentro del ático.
El deportivo, del que solo se fabricaron 350 ejemplares, vale aproximadamente un millón de dólares, por lo que comprarlo no era una opción. Se optó por reproducirlo y se hicieron dos copias para diferentes usos durante el rodaje.
Sin embargo, los cineastas se tomaron una libertad en cuanto al color del coche. El Ferrari de Steve McQueen era “marrone metallizzato” para así evitar al máximo a la policía cuando recorría la nacional de la costa del Pacífico a toda velocidad. Pero en este caso, el productor y el director querían un color mucho más vibrante y se decidieron por el “amaranto” o rojo brillante.