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NOTAS DEL DIRECTOR...
Cuando por fin llega tu momento, después de veinte años persiguiendo el sueño de dirigir un largometraje, he de confesar que la cuestión asusta y bastante.
El "mañana", de pronto, se convierte en "hoy".
Comencé a trabajar en mi primera película, allá por el 2000. Veinte años pegado a un walkie talkie, han dado para casi treinta películas, una decena de series y multitud de anuncios comerciales.
Desde entonces y hasta poco antes de comenzar ZERO, fue enlazando proyectos, trabajando siempre como ayudante de dirección. Y tengo que decir que jamás he dejado de sorprenderme.
Soy de los que afirma rotundamente que el cine es magia.
El cine es magia, ya lo sabemos; fotos que forman en nuestra mente, una tras otra, la idea de una vida inventada, pero que parece de verdad.
El hecho del cine es curioso, sorpresivo, apabullante... Esas fotos que no cesan, me arrancan emociones, risas, lágrimas, nos asustan, cortan nuestra respiración, pasean nuestra mirada por otros mundos... El cine es magia.
ZERO es un largometraje mimado hasta su último detalle; mediano en su producción, independiente, con mucho carácter y muy visual.
La concepción de ZERO, a partir de una premisa clara, se hizo desde la libertad más salvaje y sin ningún tipo de ataduras; era la gran baza que tenía para jugar y la jugué. La condición indispensable siempre fue tener absoluta libertad creativa desde el principio y hasta el final, sin complejos ni miedos.
Gracias a eso, creo que ZERO "arrastra" bien hasta su fin, durante sus noventa y tres minutos en un suave, pero prolongado ascenso al principio, para dar paso a una pronunciada y severa ascensión final hasta el climax y su resolución. A esto hay que sumar la banda sonora que compuso Ricardo Curto. Una banda sonora llena de personalidad, bella, también dura, que tuvimos el gran honor de grabar con la CNSO, la Orquesta Sinfónica Nacional de Praga.
Con la perspectiva de nuestro rodaje, ya lejano, me siento muy satisfecho por haber logrado encajar bien todas las piezas de este collage, de espacios y tiempos.
Dividido en tres capítulos, sobreimpresionados en pantalla, y con dos líneas argumentales parejas, ZERO nos habla sobre la suerte y la fatalidad, sobre el amor y el desamor, sobre los temores y la esperanza, y por encima de todo, sobre el dolor...