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   "19, ONCE HISTORIAS DE VERDAD", reúne por primera vez ante la cámara a un impresionante reparto compuesto por Luis Tosar, Javier Gutiérez, Belen Rueda, Imanol Arias, Fele Martínez, Lolita Flores, Jorge Sanz, Alicia Borrachero, Maria Castro, Marian Álvarez, y Unax Ugalde.
  Todos ellos desnudando sus sentimientos, solos ante la cámara, sin guión preestablecido y sin límites.
19 “once historias de verdad” es una experiencia única y emocionante. Sus protagonistas hacen juntos este viaje y por primera vez se desnudan emocionalmente para revelar experiencias transformadoras. La esencia de esta película nace de una elección absolutamente libre, hecha por cada uno de sus protagonistas, de lo que quieren compartir con el espectador.
  A partir de la pregunta “¿a que se agarra el ser humano en los momentos complicados de la vida?” nacen 60 minutos de verdad absoluta. Cada uno eligió libremente qué compartir. La única premisa que se les dio fue que dicha historia fuera positiva.

  Rodada en un blanco y negro íntimo y preciso, una estética muy elegante y cuidada y con una banda sonora maravillosamente compuesta y dirigida por Juan Antonio Simarro -uno de los grandes directores de orquesta españoles - el documental nos lleva al viaje personal de estos actores para mostrarnos su verdad.
  Tras una avalada y premiada trayectoria como cortometrajista, productor publicitario y ayudante de producción de cineastas como Steven Spielberg o Ridley Scott, Javier Kühn debuta en la dirección de largometrajes con 19, a partir de una idea original de la productora Amanda García-Tapia.

  El film se presentó recientemente en la 67ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid, Seminci, dentro de la sección Proyecciones Especiales, con una excelente acogida por parte del público y la prensa.

CONCEPTO...
  En los últimos años el ser humano ha vivido situaciones que jamás hubiéramos imaginado. Acontecimientos que han despertado en nosotros muy diversas emociones y nos han obligado a adaptar nuestra vida cotidiana a las nuevas circunstancias. El resultado han sido nuevos modos de comunicarnos, de trabajar, de convivir…
  Con el firme propósito de averiguar cuáles son los motivos que llevan al ser humano a seguir adelante cuando parece que todo a su alrededor se derrumba y con la esperanza de que perdure y permanezca en cada uno de nosotros el lado positivo de la realidad vivida nace este conjunto de testimonios sinceros, íntimos y personales .
  Frente al mundo de individualización, del metaverso y de la Inteligencia artificial al que parece que estamos abocados, ’19, once historias de verdad’ es un formato puramente humano que amplifica la necesidad humana de conectar unos con otros a través de nuestras experiencias comunes.

COMO SE CUENTA...
  La narración en cada testimonio siempre se relata en positivo. La finalidad es transmitir al espectador el descubrimiento o vivencia de algo extraordinario y alentador dentro de una situación de incertidumbre. Queremos transmitir como el ser humano es capaz de reinventarse, superarse y descubrirse a pesar de las adversidades.
  No hay guión ni se pauta el contenido de cada testimonio por parte de la productora. Cada protagonista elige con total libertad lo que va a compartir y cómo expresarlo.
  La voz en Off del actor Mario Zorrilla, que nos presenta durante los primeros segundo del documental lo que vamos a ver, es el único elemento externo. El protagonismo absoluto es de los testimonios también en la forma; Todos ellos se han rodado en un mismo plató con cuatro cámaras y un fondo neutro.

NOTAS DEL DIRECTOR...
  Hay historias que sin pretenderlo calan más hondo que una aguja hipodérmica: tan frías y cerebrales en su forma cómo apasionantes en sus contenidos. Lo que aquí se cuenta es una narración de sentimientos y emociones.
  Es evidente que todos los personajes se definen mucho más por lo que hacen que por lo que dicen. Pretendo que los actores “suden” humanidad por todos sus poros convirtiéndoles en personajes sin una pizca de heroísmo. Aquí la comunicación es estar, es coincidir, es aguantar la situación de tener que estar quietos ante el objetivo... entrever cómo los personajes se hallan al borde del abismo o la esperanza.
  Quiero componer los planos anteponiendo una intención estética, cuando esta suele ser narrativa. Pienso en agarrar al publico usando sus instintos primarios — miedo, esperanza, curiosidad, etc. — y no recurriendo solo a la emoción estética, utilizando un tipo de plano para cada situación emocional concreta. Encuadres inusuales (verticales, oblicuos, deformados, etc.) junto con planos mucho más horizontales y «bien» encuadrados, donde la cámara toma más distancia de la acción y donde la imagen es mucho más convencional.
  Este es un viaje de claro-oscuros, en el límite donde el optimismo y la esperanza acabarán por encontrarse. Por eso mismo, en cuanto a fotografía, busco la luz que nos deja ver lo que interesa, nos hace entrever algunas cosas y nos oculta lo superfluo. Como director quiero organizar la escena con un elaborado equilibrio de luces y color, hasta cuando ésta no resulta perfecta para la representación…”

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