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CRITICA
Por: PACO CASADO
Desde México, con dos años de retraso, nos llega esta comedia con historias cruzadas, con enredos, con encuentros y desencuentros amorosos, que es como si cogiéramos un culebrón televisivo y le insertáramos algunas gotas de humor, unas situaciones comprometidas, algunas dudas de las parejas y unas cuantas coincidencias y tendríamos el resultado muy próximo a lo que es esta película.
Cuenta la historia de Carlos, que viaja a Madrid en busca de su mejor amigo, Javier, para que esté presente en su boda y ejerza de padrino, mientras Lucía, su prometida, tiene un accidente con su coche en el que atropella a otro hombre, León, de cuyas consecuencias hay un encuentro del que surgirá un complicado flechazo amoroso a primera vista.
Lucía va cayendo en el amor inesperado de este desconocido, aunque ella no sabe que él también está a punto de dirigirse al altar en breve, para casarse con Ana, y las vidas de ambos pueden cambiar drásticamente a pocos días de celebrarse ambas bodas, al descubrir sus desamores.
El guion se basa en la adaptación libre de la obra teatral titulada 'Un, dos, tres por mí y por todos mis amores', original del propio director, el mexicano Manolo Caro, que debutó en la dirección de un largometraje con 'No sé si cortarme las venas o dejármelas largas' (2013), que era también una adaptación de su obra teatral de igual nombre, que dirige este film con el que pretende revalidar el éxito obtenido con su ópera prima, en este caso con esta cinta del tipo de chico conoce a chica y cuando están a punto de casarse... entran las dudas, surgen las infidelidades que pueden dar al traste con la relación.
Hay que tener en cuenta que ha sido realizada con un corto presupuesto en un mes aproximadamente y que su origen es una obra teatral que salva bien el posible tono escénico, aunque en algunos momentos nos lo hace recordar en cierto modo.
La trama es predecible hasta cierto punto con un pequeño giro inesperado al final. La banda sonora posee una música muy de acuerdo con las imágenes en la que se insertan algunas canciones de éxito.
Técnicamente el uso de pantalla partida para contar estas dos relaciones paralelas es de uso habitual, cosa que no se utiliza con frecuencia, por lo que llama un tanto la atención, como igualmente una serie de vocablos muy mexicanos de verbalización frecuente en los diálogos, sin recurrir a la grosería o a la lágrima fácil.
Los actores, la mayoría procedentes de telenovelas, o de la puesta escénica de esta misma obra, hacen convincente esta trama, que no es la primera vez que vemos con situaciones similares, por lo que no resulta muy original, pero al menos ellos la salvan y resulta entretenida, si no se exige mucho para ello.
El mensaje que se desprende de esta película es que es bueno ser honesto.
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