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CRITICA
Por: PACO CASADO
La mayoría de los actores les gusta no estancarse, que no los encasillen en un papel determinado para no adocenarse y tener que interpretar siempre el mismo personaje.
Uno de ellos es el musculoso Arnold Schwarzenegger, cuyas películas de acción suelen ir formidablemente bien en la taquilla. Pero él se empeña, desesperadamente, en convertirse en actor cómico. Así en los últimos tiempos suele alternar ambos géneros: comedia y acción.
Como habrá podido comprobar sus comedias no suelen funcionar bien, mientras que las de acción van a la perfección, salvo que se unan ambos géneros como ocurría con 'Poli de guardería' (1990).
Cuándo se va a convencer de que a su físico y sus maneras lo que le va es hacer de duro.
Como en este caso tocaba la comedia lo encontramos ahora en 'Un padre en apuros' (1996) convertido en atareado ejecutivo que se ha olvidado de comprar el juguete Turbo Man, el preferido de su hijo, que se ha convertido en el más vendido y no lo encuentra por ninguna parte, máxime cuando ha esperado a última hora, el día de Navidad, en que se han agotado las existencias.
El guionista mete al protagonista en varios líos buscando la comicidad, pero apura demasiado la situación.
La llega a forzar tanto que se ve convertido, durante un desfile, en la réplica humana de Turbo Man, con lo que al final terminará haciendo feliz a su hijo, justa compensación a lo mucho que ha tenido que pasar a lo largo de todo el argumento.
En el film se nota la presencia en la producción de Chris Columbus, al que se le debe la dirección de 'Solo en casa' (1990).
Brian Levant, director de 'Beethoven. Uno más de la familia' (1992) y 'Los Picapiedra' (1994), no saca demasiado partido a un guion que, dicho sea en su descargo, es bastante tópico y previsible.
Ni tampoco de los actores o las situaciones cómicas que se crean.
Flojo producto, típico navideño, para estrenar en estas fechas en las que todos somos algo más amables y sentimentales.
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