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CRITICA
Por: JOSÉ MONTESINOS
La comedia norteamericana ha cambiado tan drásticamente que hoy día prácticamente es irreconocible pues los nuevos responsables de ella han dado un giro brusco hacia lo soez, lo grosero y lo políticamente incorrecto.
La última en llegarnos es “Malas madres”, película que nos pone en una joven madre de dos niños a la que no le queda tiempo ni para respirar en el día a día y cuando logra tener un tiempo para ella tiene que asistir a las reuniones de Anpa del colegio de sus hijos.
Un día harta de su vida decide romper con todo y aliarse con otras dos madres en igual o parecida situación, dedicándose a las fiestas, a beber y a ser del todo incorrectas.
La historia que se nos presenta bien pudiera estar sacada de la realidad pues hoy en día se hace prácticamente imposible para una madre conciliar la vida familiar con el trabajo o los quehaceres diarios a lo que los guionistas le han dado una vuelta de tuerca para obrar este producto.
A la historia en sí se le podría haber sacado mucho más jugo de lo que aquí se hace, pues los guionistas solo tienen en mente el ser groseros a lo largo de todo el metraje, jalonando la cinta de palabras malsonantes, diríamos que llega un momento en que las fuerzan tanto que hasta irrita al espectador.
Y lo peor de todo es que esto como muchas otras cosas solo sirven para hacer más aburrido un producto donde no le encontramos la supuesta gracia por ninguna parte, donde vemos un sinfín de situaciones forzadas, estiradas y llevadas al máximo con tal de hacer reir pero sin conseguirlo.
Los guionistas y directores hacen con esta su segunda película tras otra similar aunque más juvenil, “Noche de marcha” (2013) que pasó sin pena ni gloria por las carteleras mundiales y aún así continúan por el mismo sendero, ofreciendo otro producto irregular donde no hay consistencia, todo está cogido con alfileres, con situaciones vistas mil veces en otras cintas y sin la más mínima originalidad.
Mila Kunis soporta todo el peso de la cinta seguida por Kahryn Hahn que se hace con el protagonismo en las secuencias en que sale y Kristen Bell, la más sosita de las tres, integran el grupo de malas madres.
La dirección del film se ha marcado un claro objetivo con este largometraje, entretener al público cosa que no consigue.
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