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CRITICA
Por: JOSÉ MONTESINOS
En un verano plagado de continuaciones de éxitos anteriores no podía faltar un nuevo episodio de una de las series más longevas del Séptimo Arte, ‘Star Trek’, creada en los años sesenta para la televisión por Gene Roddenberry y la cual dio el salto a la gran pantalla en 1979 de la mano de Robert Wise en ‘Star trek: la película’ y que en este 2016 cumple 50 años de vida.
Desde entonces cada cierto tiempo nos hemos encontrado con un nuevo capítulo fílmico de una de las sagas que más adeptos tiene en el mundo, los denominados Trekkies, quienes a lo largo de los años han visto como los largometrajes padecían un declive y luego un resurgimiento.
La nave Enterprise surca nuevamente el espacio en busca de una nave perdida en una nebulosa cuando se ve atacada por un enjambre de naves que destruyen en Enterprise y cuya tripulación se haya perdida ahora en un planeta desconocido.
El capitán Kirk se verá obligado a buscarlos uno a uno y de paso desbaratar los maquiavélicos planes de Krall, el villano de turno, que pretende, mediante una poderosa arma destruir a la Federación de planetas.
Este nuevo episodio de ‘Star Trek’ vuelve a los orígenes de la serie creada en los sesenta, donde el epicentro de todo era la tripulación de la nave en lugar de los hechos que sucedían, rindiendo así su homenaje por los cincuenta años cumplidos.
El guion de este nuevo film es más lineal que el de otros films de la saga, girando todo hacia el sentido de la camaradería de unos con otros y demostrando de que unidos son más fuertes que si cada uno va por su lado.
La historia que se presenta aunque baja enteros con respecto a otras, mantiene el pulso narrativo, a los fans sobre todo les agradará sobremanera el giro que dan los acontecimientos, aunque lo descrito sea todo un mero entretenimiento de donde no se puede sacar nada más.
La dirección ha recaído en esta ocasión en un experto en cine de acción como Justin Lin, formado en otra saga famosa ‘The Fast & Furious’, imprimiendo un buen ritmo a las imágenes rodadas, pero el espectador que no sea un fan de la saga se perderá a buen seguro en más de una ocasión.
La película entretiene a ratos, aburre en otros por no ocurrir nada relevante en pantalla, posee algunas lagunas y como decíamos la historia es más bien funcional.
Chris Pine vuelve a enfundarse el traje del capitán Kirk y con él regresan Zachary Quinto, Karl Urban, Zoë Saldana, Simon Pegg y hasta el malogrado Anton Yelchin junto al villano de turno encarnado en esta ocasión por Idris Elba.
Todos ellos están convincentes en sus respectivos papeles, cosa que se tienen más que aprendida al haberlos incorporado en varias ocasiones ya.
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