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CRITICA
Por: PACO CASADO
La conocida novela de carácter infantil de la escritora suiza Johanna Spyri ha sido objeto de innumerables versiones desde su publicación en 1880, tanto para la televisión en diversas series, el video o la gran pantalla en dibujos animados o con personajes reales.
Por citar tan sólo algunas de ellas ahí están la americana 'Heidi' (1937), de Alan Dwan, la italiana 'Heidi' (1952), de Luigi Comencini, la alemana 'Trenzas doradas' (1965) de Werner Jacobs, o la japonesa 'Heidi en la ciudad' (1975) de Isao Takahata, en dibujos animados.
Para las nuevas generaciones llega ahora esta nueva versión en coproducción de Alemania con Suiza dirigida por Alain Gsponer.
La historia es bien conocida de todos los amantes de la literatura infantil y juvenil.
Heidi, una niña huérfana, es dejada por su tía Dete con su abuelo que vive una cabaña en los Alpes, que se queda con ella a regañadientes un tiempo mientras encuentra una familia que la adopte.
Entre tanto hace amistad con Pedro, el niño que se encarga de llevar las cabras al monte, entre ellas las dos del abuelo, con el que traba una buena amistad y es feliz.
Cuando la tía encuentra una familia, el abuelo que le ha tomado cariño, se opone, pero se la lleva en contra de su voluntad.
En Frankfurt encuentra a Clara, una niña triste, paralítica en silla de ruedas a la que le toma mucho cariño, dado el carácter tan opuesto entre ambas y el rígido ambiente y normas que encuentra en la señorial casa establecido por la señorita Rottenmeier.
Creemos que con ello no desvelamos nada que no sepa todo el mundo lector o espectador, lo que sí podemos decir es que nos hemos encontrado una versión que se ajusta muy fielmente al texto literario y las versiones que conocíamos hasta ahora.
Y por otra parte una película muy bien hecha, con un guion que pone de relieve la amistad entre Heidi y Pedro y el cariño de ésta tanto con su abuelo como con su amiga Clara, con una excelente fotografía que realza los bellos paisajes montañosos de los Alpes, así como una buena ambientación tanto en el exterior de la ciudad como en el interior de la gran mansión, perfectamente decorada y amueblada, con una señorita Rottenmeier, rígida como corresponde al personaje, pero más joven, menos desagradable como hasta ahora la solían pintar en otras versiones.
Por su parte Anuk Steffe con un rostro muy agradable se hace pronto con la admiración por parte del espectador, Isabelle Ottman como Clara da bien el contraste con Heidi, mientras que Quirin Agripppi como Pedro es algo tosco y pueblerino.
Un aparte para el gran actor Bruno Ganz que sabe ser arisco o amable en el personaje del abuelo cuando su carácter va evolucionando con respecto a su nieta.
En definitiva una versión muy interesante que estamos seguros que agradará a los niños y los adultos sabrán apreciar sus cualidades cinematográficas.
Ganó el Premio del cine alemán al mejor film infantil.
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