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CRITICA
Por: PACO CASADO
En 1976, un joven John Carpenter, con apenas 30 años, perteneciente a una especie de nueva ola de directores americanos, hacía su segunda película 'Asalto a la comisaría del distrito 13' (1976).
Decir que el cine americano sigue haciendo remakes por la falta de nuevas ideas es ya caer en el tópico, pero no por ello deja de ser cierto.
Aquí se acomete la nueva versión de aquel film de culto, de serie B, hecho con escaso presupuesto y mucha imaginación, reduciendo la acción prácticamente a un escenario único.
La nueva versión se ha remodelado un poco, se le han cambiado algunas cosas y se le ha metido mucha más acción y violencia que es lo que parece que priva hoy día.
Lo que antes era un preso que se ponía enfermo y había que hacer noche en la comisaría del distrito 13, que esa misma noche de fin de año cierra sus puertas definitivamente, aquí es un corte de carreteras por la nieve, y si allí era una especie de secta juvenil la que asaltaba la comisaría y a los que no les importaba morir con tal de conseguir su propósito, aquí hace presencia la corrupción policial que está más de moda.
La tensión entre los policías y los delincuentes dentro de la comisaría y el ataque de los de fuera, aumenta la tensión y el suspense de saber quien está de un lado o de otro.
La realización es corrientita del francés Jean-François Richet que se apoya mucho en unos actores que cumplen con sus cometidos discretamente.
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