|
CRITICA
Por: PACO CASADO
No cabe duda que el cine de terror sigue siendo rentable, como lo demuestra la película que comentamos que con un presupuesto que no llega a los diez millones de dólares lo ha multiplicado por diez y aún sigue en cartelera.
Son films baratos de hacer porque eso no es dinero para una producción americana que está hecha prácticamente con cuatro actores, una casa, un perro y poco más, además de un guion que sospechosamente se parece mucho, al menos en su esquema y planteamiento, cambiando algunas cosas, a 'Sola en la oscuridad' (1967), dirigida por Terence Young y como protagonista la inolvidable Audrey Hepburn por cuya interpretación estuvo nominada al Oscar, en la que una mujer ciega es atacada por tres matones que buscan un muñeco de peluche en su apartamento.
Si allí era una mujer invidente cuya casa era asaltada para ser robada, aquí es también un trío de amigos, formado por dos chicos, Money y Alex y una chica, Rocky,novia del primero, que tras cometer unos pequeños robos tienen noticia de la existencia de 300.000 dólares en la casa de un soldado, ex-combatiente, que se quedó ciego en la guerra de Irak, que vive solo con su perro Rottweiler en una gran casa, solitaria, en un barrio en el que las viviendas de alrededor están vacías.
Ellos piensan que es un trabajo fácil de obtener esa importante cifra que, repartida entre tres cada uno podrá satisfacer sus deseos, entre ellos los de Rocky de marcharse de su deprimente Detroit natal a la soleada California con su hermana pequeña para huir de su maltratadora madre.
Al mando de esta nave está el joven guionista y director uruguayo afincado en Estados Unidos, Fede Alvarez, que hace con 'No respires' su segundo largometraje, tras debutar como director con la nueva versión de la legendaria cinta de terror de Sam Raimi 'Posesión infernal' (2013), por lo que es un experto en el género terrorífico.
El guion expone una historia sencilla, que recuerda a otros títulos interesantes de esta clase, en el que tras unos robos iniciales que les resultan fáciles al trío de jóvenes delincuentes, se meten en una faena más gorda sin saber que se enfrentarán a un enemigo sumamente peligroso, todo un especialista, bien adiestrado, a pesar de no tener la facultad de la visión y de una especie de fiero Rottweiler como ayuda para defenderse.
El relato se desarrolla casi íntegramente en el interior de la mansión dotada con fuertes medidas de seguridad, a la que si les fue difícil entrar peor lo pasarán para poder salir, dentro de la cual han de ir escondiéndose y escapando por las distintas habitaciones y el sótano huyendo del temible ciego.
Además de todos los convencionalismos del género hay cosas que no se explican como que en algunos pasillos haya luz si su dueño no tiene visión y que ellos no enciendan las restantes luces para tener una ventaja a su favor y poder escapar mejor o que no ataquen al invidente y lo inmovilicen.
Por lo demás el suspense está asegurado y la incógnita de quienes caerán en la refriega lo aumenta, junto con la sorpresa final en un thriller claustrofóbico que mantiene la tensión, con un ritmo ágil hasta el final.
El problema de esta película es que la mayor parte del tiempo se desarrolla en la oscuridad por lo que la fotografía a veces deja ver demasiado poco de lo que pasa.
Llama la atención la presencia del compositor español como responsable de la banda sonora.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
AUDIOS
PREMIERE