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CRITICA
Por: PACO CASADO
En un año bastante pobre de cine español, algunos han echado las campanas al vuelo con un producto correcto y simplemente bien hecho como 'El orfanato' (2006), a lo que se ha añadido la buena acogida en festivales en los que se ha presentado como los de cine de Cannes, Toronto, Nueva York o Sitges, y la designación de la Academia del cine español para representarnos en los Oscar.
Laura y Carlos es un matrimonio que con su adoptado hijo Simón, de 8 años, va a instalarse en un viejo caserón en el norte de España, el orfanato donde ella pasó su infancia, para convertirlo en un colegio para niños discapacitados.
Pero pronto el hijo comienza a comentar con su madre sus extraños juegos con sus amigos invisibles que de alguna manera alteran su personalidad.
La visita de Benigna, una mujer de asuntos sociales, le desvela su condición de adoptado y Simón desaparece.
Laura recurre a todas las instancias para poder encontrarlo, desde la policía hasta una médium, convencida de que Simón vive y está dispuesta a llegar a donde sea para lograrlo.
La película tiene un guion del asturiano y también debutante Sergio G. Sánchez, que bebe de muchas fuentes anteriores desde Los otros (2001) a Frágiles (2005) o El sexto sentido (1999), por no citar más títulos.
Si se analiza su historia se puede fragmentar fácilmente en tres partes; una primera la llegada un tanto feliz; la segunda la desaparición de Simón y su búsqueda que se convierte en una pesadilla y una tercera en la que Laura se queda sola en la casa y en donde de alguna manera se resuelve el misterio aunque con un final un tanto ambiguo.
Estudiado a fondo su argumento tiene agujeros que no se explican debidamente, que posiblemente en una segunda visión se puedan apreciar con más detenimiento.
Hay otro aspecto en el que no se le puede poner pegas y es la realización, su estupenda puesta en escena, su planificación, sus movimientos de cámara, el uso de la música, aunque a veces abuse de los portazos, ruidos, algún que otro susto o subrayado musical que no corresponde con la intriga argumental.
Todo este buen acabado formal admira mucho más y tiene más mérito al tratarse de un director debutante como es el barcelonés de 32 años Juan Antonio Bayona que logra un producto digno, pero a secas, en torno al miedo a perder algo tan importante como un ser querido a cargo de una madre sobre su hijo con el que tiene una estrecha relación.
Capítulo aparte merece la excelente interpretación de Belén Rueda, siempre metida en su personaje hasta el fondo y creyéndose el drama en todo momento, bien seguida en general por el resto del reparto.
Siete premios Barcelona. Premio Butaca mejor película catalana. Premio del CEC a mejor director revelación, música y montaje. Premio Fastasporto a Belén Rueda y director. Fotograma de plata a Belén Rueda. Siete Goya. Grand Prize y del jurado en el Festival Gérardmer. Premio José María Forqué a mejor film. Premio de los montadores de sonidos USA. Premio ACE a Belén Rueda, Geraldine Chaplin y ópera prima. Premio Sant Jordi mejor cinta española. Premio de la Unión de actores españoles a Geraldine Chaplin. Premio Spanish Music a Fernando Velázquez.
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