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CRITICA
Por: PACO CASADO
La propuesta que hace de partida el best-seller de Richard Ben Sapir es de lo más interesante: la posibilidad de que un cuerpo descubierto en unas excavaciones en la conflictiva ciudad de Jerusalén pueda ser el de Jesucristo, con lo que toda la doctrina cristiana se vendría abajo al no existir el Dogma de la Resurrección.
Se construye así una película de acción, un thriller con móvil religioso, en el que confluyen también como telón de fondo el político problema palestino-israelí, la fe del sacerdote que el Vaticano envía a investigar y el conflicto interior cuyas convicciones están a punto de romperse, por el descubrimiento y por la arqueóloga que lo hizo.
El inconveniente de este film reside en el desequilibrado guion que promete mucho de entrada, con un arranque muy interesante, en el que el análisis científico mantiene la atención, que después se dispersa en cuestiones políticas, y al final da una solución drástica, cortando por lo sano, haciendo desaparecer el motivo del conflicto, que justifica con la frase del terrorista palestino que dice que "Dios no debe tener lugar en la política".
Es cinta para un director más experto que el debutante Jonas McCord. Antonio Banderas no es que convenza mucho en su papel, pero hace lo que puede. Mejor Olivia Williams (Mensajero del futuro, El sexto sentido) una sólida actriz con una gran carrera por delante. Una película entretenida .
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