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CRITICA
Por: PACO CASADO
Las simbiosis suelen ser beneficiosas en el cine. De la unión de un guionista y un director hay ejemplos célebres. Igual ocurre con un músico o con un fotógrafo. Cuando se dan todos a la vez se habla de un equipo en el que todos se compenetran y las piezas encajan como las de un reloj, saliendo mejor el producto.
Esta simbiosis es la que se da en los últimos tiempos entre Carlos Saura y Vittorio Storaro, marchando bien mientras cada uno ha trabajado en su terreno.
Pero en 'Goya en Burdeos' (1999) la actuación de uno de ellos se hace más ostentosa, sobresaliendo aquí la fotografía, el juego de luces y sombras, apoyado por el manejo de los paneles y la nueva técnica de trasparencias que es un adelanto y un descubrimiento importante que ahorra decorados y se consigue mayor vistosidad y realismo.
Muy bien otorgado el premio conseguido en este sentido en el Festival de cine de Montreal.
Esto coincide con que Saura ha querido también experimentar y contar la historia de Goya al revés, desde su vejez hasta su nacimiento, y eso no está logrado.
El guion son flashes, brochazos, si se quiere utilizar el símil pictórico, inconexos, que no conducen a ninguna parte.
Es el retrato, mal diseñado, de un hombre elemental, que no era un intelectual, sino intuitivo y vital, un espíritu libre que iba a su aire, que le daba mayor importancia a la expresividad del retrato por encima de la fidelidad.
En definitiva un artista genial que despreciaba las normas académicas y que terminó revolucionando la técnica pictórica, acentuado en la etapa de sus pinturas negras donde llega a la máxima libertad en la expresividad.
Al film no se le puede achacar más que es la visión personal que Carlos Saura tiene acerca del pintor visto a través de las tres mujeres que le rodearon en la última etapa de su vida, su amante Leocadia Zorrilla, su hija Rosarito y la Duquesa de Alba.
Lo que se nos da es un Goya ya amargado por su sordera, encerrado en sí mismo y sus pesadillas, que lucha contra la vejez.
El estar rodado todo en interiores, la escenificación de las pinturas, el uso de la luz y algunos recursos escénicos, le dan un tono teatral, acentuado por la intervención de La fura dels Baus, lo que no deja de ser una ironía al tratarse de una cinta tan visual y pictórica.
Paco Rabal da perfectamente el físico de Goya, correcto el resto de los actores. Algo excesiva la música de Roque Baños.
Mejor actor Paco Rabal y música en los premios del CEC. Mejor fotografía en los Premios del cine europeo. Fotogramas de Plata a Paco Rabal. Ganadora de 5 Goya: Paco Rabal, fotografía, direccion artística, maquillaje y vestuario. Mejor contribución artística y Premio del jurado ecuménico en Montreal. Premio Sant Jordi mejor película española.
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