|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Las nuevas producciones de animación por ordenador cada vez se acercan más a tratar de divertir al mismo tiempo que a los pequeños espectadores, también a los mayores, como lo demuestra ésta que comentamos.
Conocidos por sus pelos de colores, locos y mágicos, los Trolls son las criaturas más felices y alegres del ámbito de la fantasía que irrumpen esta vez en el mundo de la canción, personajillos que en los años setenta se convirtieron en todo un símbolo de la felicidad.
Pero su pequeño mundo de arco iris y canciones cambiará cuando su líder, la princesa Poppy, siempre con una actitud positiva, debe embarcarse en una misión de rescate que le llevará lejos del único mundo que ha conocido y enfrentarse a un viaje de aventuras y peligros sin cuento frente a sus poderosos enemigos, en compañía Branch, el Troll gris más pesimista de toda la aldea, que ha perdido el sentido de la alegría, que es el único que ve a los Bergen como una amenaza constante, aunque nadie le cree, y para colmo sin tiempo, ya que peligra la vida de los compañeros secuestrados.
Esta es una nueva producción del estudio de DreamWorks de los creadores de 'Shrek' que nos traen esta comedia musical de aventuras con mucho humor, que rejuvenece para las nuevas generaciones a esos personajes con los pelos de punta y de llamativos colores, los Trolls.
Son unos duendecillos que encarnan la felicidad cuya vida se basa en cantar, bailar, hacer fiestas y dar abrazos cada hora cuando se lo marca su reloj muy especial, con mucha purpurina y luces de colores, con canciones de las décadas de los sesenta hasta los ochenta y algunas nuevas de figuras como Justin Timberlake y otros grupos.
Pero sus vidas corren peligro ya que unos monstruos, los Bergen, pertenecientes a una sociedad gris, malhumorada y triste, se dedican a darles caza para comérselos y así probar la felicidad que experimentan sólo sea una vez en su vida, el día del Trolsticio.
Finalmente terminan demostrándoles a los Bergen que la felicidad es un sentimientos que nos sale de dentro.
El film es un continuo desgranar de canciones, muchas de ellas versiones de temas muy conocidos y con buenos momentos de humor desperdigados con acierto a lo largo de una trama simple, sin que ello sea una crítica, ya que los Trolls, unos personajes que tienen su origen en la mitología escandinava, encantarán a los más pequeños y a algún que otro adulto que saldrán bailando del cine en una cinta que ofrece lecciones de solidaridad para con los demás, de sacrifico a la hora de rescatar al compañero secuestrado, de amistad entre todos los componentes de la tribu y de hacer lo correcto en todo momento incluso ante los más grandes desafíos.
Estos pequeños seres, que nos recuerdan a los Pitufos, nos dicen que la felicidad se comparte a veces con la persona que menos se piensa, que puede ser el apoyo perfecto en nuestra vida.
En el bando de los Bergen la figura más positiva es Bridget, una especie de Cenicienta, en clara alusión al personaje de ese nombre
Es una película sobre la búsqueda de la felicidad en el maravilloso mundo de los Trolls, unos personajes creados por el pescador danés Thomas Dam en la década de 1930 que se hicieron populares de los 50, que es un regalo para la vista y el oído, toda una sinfonía de color, para cualquiera con sensibilidad que sepa apreciarla, con un repertorio musical notable, con una trama encantadora, poblada de seres alegres, festivos, optimistas, enfrentados a esos gigantones que se alimentan de ellos, con la clásica y típica lucha entre el bien y el mal y tratando de que Branch el único de los Trolls que es un poco pesimista, vuelva a ser alegre con el canto, el baile y logre finalmente la felicidad en compañía de sus optimistas compañeros.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
VIDEO ENTREVISTAS
PREMIERE