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CRITICA
Por: PACO CASADO
La editora Marvel, ahora en manos de Disney, no deja de sacar nuevos superhéroes de su repertorio, el problema es que los que le van quedando no son tan conocidos.
Este que hoy nos ocupa fue creado en 1963 por el guionista Stan Lee y el dibujante Steve Ditko y es la primera vez que se traslada a la gran pantalla.
El comic que se nos ofrece en esta ocasión es la historia del Dr. Stephen Strange, el arrogante y conocido neurocirujano cuya vida no volverá a ser la misma tras un accidente de tráfico que le priva del uso de las manos. Después de varias intervenciones del doctor Nicodemus West, siguen sin recuperarse aunque logran movilidad parcial, pero no para operar.
La medicina tradicional fracasa por lo que se ve obligado a buscar su curación en un misterioso enclave conocido como Kamar-Taj y no tarda en saber que no se trata sólo de una clínica sino que es la primera línea de batalla contra fuerzas las oscuras.
Strange es dotado de poderes mágicos como telepatía, proyección astral o teletransporte y se ve obligado a decidir si volver a su vida anterior o defender al mundo siendo el mago más poderoso para combatir el mal.
La historia planea un nuevo comienzo para Stephen Strange, el maestro de las artes místicas de Marvel, contando con los personajes que le han seguido a lo largo de su vida. Su mentor es la Anciana, su sirviente fiel sigue siendo Wing y su enemigo principal es Kaecilius. Aquí la variante es que los discípulos del mentor tibetano aprenden artes marciales además de magia.
Ocho años y trece películas y Marvel elige uno de los mayores fenómenos culturales de la historia del cine. Dr. Extraño contribuye a esta mitología en la magia, la ciencia ficción y el lenguaje fílmico de las escenas de acción en las que toda una ciudad se convierte en un plegable.
El personaje recuerda a 'Iron Man' y la cinta padece ese síndrome. La película tiene un apartado audiovisual de acción para asegurar el éxito comercial al ser sumamente entretenida y fascinante, con un reparto notable, con una historia con mundos paralelos en los que el espectador se pierde, pero se pasa rápida esta historia con dos finales, de un héroe bastante desconocido que empieza con el personaje bien trazado.
La música de Michael Giacchino contribuye a la brillantez del espectáculo, dirigido por Scott Derrickson habitual del cine de terror con títulos como 'El exorcismo de Emily Rose' (2005) con un discreto guion que cambia algunas cosas de la fuente original.
Benedict Cumberbatch y Tilda Swinton están bien, pero se abusa de los efectos especiales que costaron una fortuna, de las peleas de noche que marean un poco y son demasiado largas. Hay un segundo final tras los créditos en el que el personaje cambia e insinúa una segunda entrega.
Un entretenido tebeo llevado al cine que no está mal pero no pasa de ahí.
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