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CRITICA
Por: PACO CASADO
La parte de animación, que ahora es realizada de manera digital por ordenador, de la productora Walt Disney, sigue estando a la cabeza creando nuevos productos de gran éxito para luchar contra sus oponentes Dreamworks, Blue Sky, etc. y lo hace con un nuevo título, 'Vaiana', en los que siempre encuentra hallazgos en sus personajes como ocurre aquí con los divertidos piratas cocos o con esos tatuajes que evolucionan según el momento de la acción y donde no falta una característica habitual que es la lucha contra el mal representado en algún monstruo o personaje perverso.
En este caso la princesa protagonista, otro personaje habitual, no es la melosa jovencita enamorada, sino una valiente y aguerrida aventurera que lucha por salvar a su pueblo en compañía de Mui, un semidios.
Como viene siendo ya frecuente las canciones y números musicales tienen el aspecto de una partitura propia de los escenarios de Broadway y la comicidad en los personajes secundarios, aquí el desmemoriado gallo.
Estamos ante una notable comedia musical de aventuras que transcurre en el mundo antiguo, ambientada en las islas de la Polinesia del sur del Pacífico, sobre la enérgica adolescente Vaiana Waialiki, una jovencita de 16 años, hija del jefe de la tribu del idílico y paradisíaco Motunui, que siempre se ha sentido atraída por el mar, que sueña con convertirse en una aventurera independiente, apasionada y valiente, que se embarca en una misión arriesgada y audaz por el océano para evitar la miseria y desaparición de los suyos por la falta temporal de pesca para su alimentación.
Es su abuela Tala quien le descubre la especial conexión que ella tiene con el mar y la que le revela la historia de sus antepasados y su ocupación marinera.
Vaiana sueña con recuperar la tradición de sus ancestros de grandes navegantes, pero que desde hace mil años dejaron de realizar expediciones marítimas más allá del arrecife y no se mueven de la isla.
Durante su iniciática travesía, Vaiana, se encuentra con el alguna vez todopoderoso semidios Maui, quien según la tradición robó el corazón de la diosa Te Fiti, que la guía en su aventura para convertirse en una experta navegante, y le ayuda a cumplir con la tarea que emprendieron sus antepasados y descubrirá lo que siempre había buscado: su propia identidad, mientras que él trata de recuperar sus antiguos poderes.
Juntos atravesarán el océano en un viaje lleno de acción, en el que se encontrarán con enormes y feroces criaturas e imposibles desafíos.
Durante la travesía descubre que su hogar estaba siendo víctima de una progresiva oscuridad que amenazaba su futuro y para remediarlo había que devolver el corazón mágico que es el responsable de esa situación.
Vaiana lleva consigo un mensaje de igualdad de género y una llamada a la protección del medio ambiente y tiene que llegar hasta el final de su aventura para descubrir quién es y cual es su lugar en el mundo.
El guion se inspira en los relatos orales de los pueblos y culturas indígenas de Oceanía sobre los que elabora esta fantasía de porqué dejaron de pasar del arrecife sus antepasados para ir a pescar hace mil años.
Es una combinación muy entretenida de aventuras, comedia y musical y con algunos momentos visualmente maravillosos, en una de esas historias de princesa de Disney, que es la futura líder de su grupo, pero no hay ninguna relación de amor en este caso. Tiene ideas originales como los tatuajes del semidios que van cambiando o escenas preciosas con los movimientos del agua que adopta extrañas formas convirtiéndose en un personaje más.
Le falta un poco de humor aunque tiene secundarios insólitos como los piratas cocos y está adornada con las canciones de Mark Mancina y Lin-Manuel Miranda con un toque folklórico que aporta Opetaia Foa'i, con números musicales muy cuidados que están muy bien, que le aportan gran ritmo a las imágenes.
Es la primera vez que Disney sitúa una historia en la Polinesia, resultando una película muy divertida que se mueve entra la tradición y la modernidad con un claro mensaje de igualdad de género con una defensa de amor por la naturaleza y la protección del medio ambiente.
John Musker y Ron Clements, los directores de 'La sirenita' (1989) y 'Aladdin' (1992), entre otras, son los encargados de la realización es este 56 largometraje de Disney, primero de estos creadores realizado por computadora, salvo los tatuajes que lo hacen con el dibujo tradicional que son como el Pepito Grillo del personaje.
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