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CRITICA
Por: PACO CASADO
Es el primer spin-off de la saga de la etapa de Disney de 'La guerra de las galaxias' (1977) concebida como una película bélica con una historia independiente ambientada en el universo de Star Wars.
Su inmerecido éxito comercial le viene por estar asociada y ambientada en el mundo galáctico y con personajes de esta popular serie, pero en realidad se trata de una historia nada original, sin mucho mérito y realizada de forma discreta.
La verdad es que los espectadores que no sean fans de la serie deben estar haciéndose un lío con tantos episodios para atrás o adelante que ya no saben dónde encuadrarlos, si es que en algún momento siguen la historia.
Comienza contándonos la vida de Jyn Erso, que odia profundamente a las fuerzas imperiales desde que era niña y su padre, el ingeniero Galen Erso, es reclutado contra su volntad para que trabaje para el Imperio creando la Estrella de la Muerte, el arma de destrucción definitiva que éste ha ideado.
La historia la recupera ya de mayor y junto con el capitán Cassian Andor, ambos se proponen robar los planos, apoyados por el androide K-2SO, entre otros.
En una época conflictiva ese grupo de héroes de la Alianza Rebelde, en contra de los tiránicos fines del Imperio galáctico, emprenden la peligrosa misión frente a tan poderoso enemigo.
El origen de la esperanza rebelde se descubre en este primero de los tres films derivados del universo Star Wars, aquí en una narración que no tiene que ver con la saga principal.
Este episodio tiene lugar entre los números tercero y cuarto, por si sirve de orientación, siendo el primero que no está pensado para tener continuación, con una sensación de peligro distinta al habitual de la serie.
El guion en este caso es de Chris Weitz y Tony Gilroy y está dirigido por el británico Gareth Edwards, autor de 'Monsters' (2010) y del remake americano de 'Godzilla' (2014), un competente artesano capaz de sacar adelante cualquier producto, un cineasta con un ojo privilegiado para el espectáculo que se confirma como realizador apto para el blockbaster, que construye imágenes de cierto poderío visual, apoyadas en una de las iconografías más reconocidas de toda la historia del cine para crear una cinta visualmente compleja, que aprueba de manera discreta.
En esta ocasión la nueva aventura bebe un tanto del cine bélico, de tonos oscuros y sombríos, bastante realista, sobre todo en el tercio final, donde se logra lo más espectacular de una acción que se inicia de forma dubitativa y se va afianzando hasta llegar al desenlace más mejorado que el principio.
Los personajes no están bien dibujados, los actores están faltos de carisma, caso de Felicity Jones y de Diego Luna que cargan con el peso de la historia, fundamentalmente, perdiendo fuerza conforme avanza la primera parte pero en la segunda con toda la parafernalia de la acción bélica se mejora con efectos visuales muy potentes, pero le falta diversión y el sentido del humor que tenían los dos androides anteriores, siendo éste algo más serio.
Como dato curioso uno de los personajes, ya fallecido, es recreado por ordenador como si fuera un efectos especial más.
La banda sonora esta bien, recuperando algunos sonidos de los temas de John Williams.
En definitiva se trata de seguir explotando un filón muy rentable para continuar engordando la taquilla a base de los fieles seguidores de esta serie que tras las tres entregas primeras, que a nuestro parecer eran las mejores, no le encontramos mucho sentido haber continuado con estos episodios que cada vez hacen echar de menos a aquellos.
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