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CRITICA
Por: PACO CASADO
Las películas de ambiente medieval formaban en su día una especie de subgénero dentro del cine de aventuras. Fueron muchas las que tenían como fondo la Corte del Rey Arturo y sus congéneres. Hoy este tipo de films apenas si se hace, y si se realizan ocurre como con 'Corazón de dragón' (1996), que se encuadran más en la fantasía y la leyenda que en la propia realidad histórica.
Así sucede aquí con las aventuras de este caballero que se rige por los ideales del viejo código del honor para luchar contra la tiranía de un rey que aplasta a sus súbditos.
Para ello se alía con el último dragón vivo sobre la tierra, que tiene poderes mágicos y la facultad de hablar, y entre los que surge una bonita amistad.
Tampoco puede faltar, por supuesto, la consabida historia de amor con la chica que quiere vengar la humillante muerte de su padre, ni las batallas, ni los románticos duelos a espada y mil fantásticas aventuras más.
Los espectaculares efectos especiales, se llevan la tercera parte del presupuesto de la cinta, para dar vida al dragón que, con la voz de (Sean Connery en el original) Paco Rabal en la versión española, se convierte en un personaje más de esta historia a la que no faltan los momentos cómicos ni tampoco los ratos tiernos y románticos.
Rob Cohen, director de 'Dragón, la historia de Bruce Lee' (1993), ha sido el encargado por Raffaella de Laurentiis para coordinar todo esto, enmarcado en unos maravillosos paisajes naturales eslovacos, con actores bien encajados en sus personajes como el histriónico Dennis Quaid, la aguerrida Dina Meyer, el cómico monje poeta que encarna Pete Postlethwaite, el tiránico David Thewlis, sin olvidar a Julie Christie que vuelve a la pantalla tras nueve años de ausencia, componen los valores de esta entretenida cinta de brillante música que gusta especialmente a los pequeños pero que no aburre en absoluto a los mayores.
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