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CRITICA
Por: PACO CASADO
Para su debut en la dirección Samuel Benchetrit, ex-marido de Marie Trintignant, escribió un guion a gusto de ella que deseaba interpretar a una cantante desde hacía tiempo y desgraciadamente fue su última película, ya que falleció el pasado verano (27 julio 203) a manos de su novio el celoso cantante rockero Bertrand Cantat.
La comedia tiene por base una historia doblemente imposible. Pablo es un vendedor de seguros que algunas pólizas no las registra y se queda con sus cuotas para poder llegar a fin de mes. Desgraciadamente el Sr. Cannon sufre el robo de su coche de colección y tiene que pagarle medio millón de francos, que no están cubiertos, y para ello se le ocurre timar a su primo León que acaba de heredar una fortuna y que está colgado de ácido desde hace años cuando creyó ver a John Lennon y Janis Joplin y le prometieron que volverían.
Pablo decide resucitar a estos dos ídolos de su primo, ya muertos, que vuelven para grabar una canción con la que lograr la paz en el mundo. Janis será su esposa Brigitte y John lo hará Walter, un actor en paro que se le parece.
El argumento es descabellado ya que es difícil que nadie se crea la vuelta de estos dos ídolos después de muertos y que nunca se encontraron en vida.
El guion que arranca bien, termina desbarrando de forma esperpéntica e increíble, perdiendo el ritmo y con situaciones que apenas si tienen la más mínima chispa, resultando una sosa comedia que pierde fuerza en la segunda parte.
Lo mejor, la actuación de Marie Trintignant que va de menos a más, y la representación de François Cluzet de un John Lennon bastante creíble físicamente. Un film para pasar el rato.
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