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CRITICA
Por: PACO CASADO
No es nueva la valentía de la que siempre ha hecho gala el cine americano para sacar sus trapos sucios en cualquier aspecto de la vida y en este sentido no se ha librado la política.
Si repasamos la historia hay muchos títulos que se han encargado de ponerlo de manifiesto y Bulworth (1998) es uno de ellos.
Lo que ocurre es que siempre es incómodo para la exhibición y por ello no suelen ser muy comerciales, porque es molesto que alguien nos eche las verdades a la cara.
Eso es lo que hace el protagonista, Jay Bulworth, un senador demócrata que, asqueado de cuanto le rodea, suscribe una póliza de 10 millones de dólares a favor de su hija y decide quitarse de enmedio, encargando a una organización criminal que le asesine en cualquier mitin o a la vuelta de una esquina.
Esto le da la libertad y valentía suficientes para decir todas las verdades que se le ocurra, poner de manifiesto la podredumbre de la política americana, la corrupción, los conchaveos entre partidos, el racismo, las promesas incumplidas, la servidumbre a las multinacionales que pagan las campañas millonarias, la hipocresía, la falta de escrúpulos y otros temas incómodos.
Pero cuando está más satisfecho con lo que está haciendo, se ha enamorado de los bellísimos ojos de una mujer afroamericana, ha recuperado la ilusión por la vida, y desea parar el dispositivo que ha montado, se encuentra impotente para lograrlo.
Esta cuarta película dirigida por Warren Beatty va en la misma línea de las anteriores, si exceptuamos 'El cielo puede esperar' (1978), que era una ingenua comedia, 'Rojos' (1981) y 'Dick Tracy' (1990).
Los más de treinta años que Beatty lleva involucrado de alguna manera en la política americana le ha permitido tener los conocimientos suficientes para hacer, con una leve trama, esta sátira, iconoclasta e irreal, pero divertida, sobre la corrupción de la clase dirigente de su país.
Posee un guion nominado al Oscar revestido de intriga, en el que algunas observaciones no dejan de tener mala uva.
Está filmada con seguridad calculada, ayudándole a ello la extraordinaria fotografía del maestro Vittorio Storaro, la música del genial compositor Ennio Morricone, así como el estupendo reparto de veteranos que encarnan una larga galería de personajes secundarios muy interesante.
Y como guinda cuenta con la belleza de Halle Berry como bandera. Premio de los críticos de Los Angeles al mejor guion. Tres nominaciones a los Globos de oro: Película, guion y Warren Beaty como actor.
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