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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine argentino es uno de los más importantes y de mayor producción del continente americano, del que nos suelen llegar más títulos al año, como igual ocurre con su asistencia al Festival de Cine Iberoamericano de Huelva en donde suele ser ganador en muchas ocasiones, cuando no son sus películas son sus directores o sus actores de los que tiene una buena cantera.
Florencia Córmik, una actriz desconocida, pero en ascenso, recién acaba de comenzar su carrera en el cine, se termina enamorando de su coprotagonista, Fabián Brando, un famoso actor argentino de renombre internacional y ambos inician un romance.
Cuando rápidamente deciden casarse, al poco tiempo, Florencia se dará cuenta que en realidad ella se enamoró del personaje y que su esposo en verdad era un auténtico cretino, un boludo, un hombre vacío y le cuenta a sus amigas que ha decidido dejarlo.
Pero él está escuchando e intenta contraatacar para no perderla y le pide al guionista que le dé nuevas ideas para el personaje que sedujo a su esposa, que dista mucho de su verdadera personalidad.
El actor es un ególatra, machista, divo, narcisista, dice que ha estudiado en el Actor Studio de Nueva York, presume de ser amigo de Brad Pitt, Clint Eastwood, entre otros.
El film tiene un punto de reflexión ya que plantea si los actores siempre están interpretando, si se creen sus personajes o si de verdad sienten lo que dicen cuando no están metidos en el papel.
La cinta, que posee las dosis justas de comedia y cierta mala uva, ha tenido un éxito en Argentina. Con más de dos millones de espectadores fue la más taquillera del año pasado y se ha convertido en la cuarta más comercial de la historia de esa cinematografía, lo que creemos que no es para tanto.
Un récord que Juan Taratuto ya había conseguido con 'Un novio para mi mujer' (2008) y ahora de nuevo regresa al género que mejor le va como es la comedia y a reunir a la pareja de aquel gran éxito, Adrián Suar y Valeria Bertuccelli, una de las mejores actrices del actual cine argentino, quien está mejor que su oponente que resulta más soso e inexpresivo, con lo que prolongar aquel triunfo que no logra igualar en esta ocasión con esta irregular película en la que las situaciones son más previsibles y los gags no funcionan tanto.
El director vuelve a tocar un tema constante en su filmografía como es las relaciones de pareja, en este caso centrándose en la hipocresía, en donde tenía materia suficiente para haber sacado un mejor partido finalmente a esta historia que de esta manera resulta demasiado convencional y romántica, sin profundizar realmente en el planteamiento inicial, ni en su desarrollo, ya que una vez expuesta la cuestión se estanca bastante, como igualmente resulta repetitiva en su comienzo en la burla que hace del propio cine en el rodaje que los dos protagonistas llevan a cabo.
Un film para los amantes de la comedia que resulta entretenido aunque un tanto light.
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