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CRITICA
Por: PACO CASADO
Las mujeres nunca lo han tenido fácil en el mundo del arte y menos aún en el capítulo de la pintura en el que en algunos momentos los hombres se negaban a que ellas expresaran sus habilidades para esa disciplina.
La película que comentamos nos habla de la primera mujer a cuya pintura se le dedicó un museo y el cine alemán, en este caso, nos la da a conocer, ya que no es muy conocida fuera de sus fronteras, pero fue importante a la hora de renovar la pintura, siendo considerada como una de las representantes más precoces en el movimiento expresionista alemán, por su gran talento y pensamiento adelantado a su tiempo, que dejó una obra compuesta por 750 cuadros y unos mil dibujos. Murió a la temprana edad de 31 años tras dar a luz a su hija.
La acción se sitúa en Alemania a finales del siglo XIX.
La joven artista Paula Becker (1876 / 1907) desea seguir sus propias normas.
A sus 24 años rechaza las convenciones y explora su estilo, mientras florece en la comunidad artística de Worpswede, donde ingresa a los 23 años y entabla amistad con la escultora Clara Westhoff y el poeta Rainer Maria Rilke.
Al casarse con el pintor Otto Modersohn, viudo y con una hija, Elsbeth, cree hallar a su alma gemela creativa, pero tras cinco años sin consumar el matrimonio y dedicados a la vida doméstica hunden el espíritu de Paula, y decide viajar sola al bohemio París, donde descubre el sexo, la autoestima embarcándose en un largo período en el que trata autorrealizarse.
Paula es una alemana que intenta cumplir su sueño de ser pintora y triunfar en el mundo del arte a pesar de todos los obstáculos que se cruzan en su camino y de la discriminación que sufren las mujeres en el mundo del arte.
Ella mostró el valor de las mujeres en el mundo de la pintura en contra de la opinión de los hombres y fue la primera que rechazó las convenciones establecidas, intentaron quitarles su vocación y sus deseos de libertad porque quería hacer una pintura muy diferente.
Un retrato muy correcto, bien hecho, sobre alguien que quiere vivir a su manera y no como los demás imponían y huyó de la sombra del marido, que era un pintor conocido y famoso.
De paso se hace una crítica de cómo estaba la condición de las mujeres en aquellos tiempos.
Paula Becker, que sigue su propio estilo, se va a vivir a París a poner en práctica sus ideas, a observar la realidad que le rodea, a ejercer su deseo de vivir intensamente, a descubrir su propia creación y a sí misma con las personas que surgen en su camino, en un mundo difícil y duro siendo mujer, al tiempo que se hace el retrato de la sociedad que le tocó vivir.
El guion trata de darnos el enfoque artístico de Paula al tiempo que se le hace un homenaje a su arte y a su memoria.
De Christian Schowchow ya conocemos su anterior largometraje, 'Al otro lado del muro' (2013) y ahora nos ofrece el quinto de su aún corta filmografía con una puesta en escena academicista, una excelente fotografía que capta tanto la belleza de los paisajes en los que transcurre la acción, con un gusto pictórico, como la de las obras de arte de la pintura, mundillo en el que sucede esta historia.
La dirección cuida los detalles en la ambientación de la época.
El film no entra a valorar su obra cuyo mérito no se reconoció hasta después de su muerte.
Cumple como cinta que nos da a conocer al personaje, aunque de forma más superficial de lo deseada, con su mensaje feminista incorporado.
La actriz italo-suiza Carla Juri se entrega por completo a la creación de su figura de forma equilibrada en lo físico y en lo psicológico mostrando su impresionante personalidad y sus sentimientos de forma natural y espontánea que contrasta con la seriedad del resto del reparto.
Mejor fotografía en los premios Bavarian y mejor vestuario y producción en los premios del cine alemán.
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