|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Roberto Pérez Toledo es un director tinerfeño que tras hacer 28 cortos debutó en el largometraje con 'Seis puntos sobre Emma' (2011) al que siguió 'Al final todos mueren' (2013), 'Los amigos raros' (2014) una tv movie vista en Calle 13 y en las redes sociales y ahora nos llega con el tercero de los títulos para cine que componen su filmografía de los que hemos visto todos salvo la tv movie y a nuestro parecer ha ido descendiendo cada vez más, a pesar de la experiencia adquirida, en la calidad de sus películas y en la de los repartos de cada una de ellas hasta llegar a 'Como la espuma' (2016) que parece de un amateur.
En su haber tiene seis premios, cuatro de ellos conseguidos por 'Seis puntos sobre Emma' (2011), su ópera prima y a nuestro gusto la mejor de todas, en los festivales de Málaga, Tolouse y Las Palmas y los dos restantes con su corto 'Los gritones' (2010).
El guion de la presente es una historia coral de vidas cruzadas de quince personajes que comienza con dos amigos homosexuales, Gus y Milo, que viven juntos en un enorme y viejo caserón.
Gus, con motivo del cumpleaños de Milo, que es paralítico y camina en una silla de ruedas y está constantemente amargado, a la vuelta de una noche de discoteca le ha organizado una fiesta en su casa a la que ha invitado a un gran número de amigos o conocidos entre los que se monta toda una enorme orgía de homosexuales, heteros, lesbianas, un travesti que vende droga, y a la que acude un matrimonio en crisis que quiere probar algo diferente, un gigoló en busca de clientes, un chico que aún es virgen, una chica que se mantiene al margen, uno que dice hacer una tesis sobre los besos como truco para ligar, una mujer embarazada, una profesora viuda que busca a alguien, entre los que surgen diversas historias, unas amorosas otras de encuentros, descubrimiento o reencuentro, como el de Mario, un antiguo amante de Milo que hace diez años que le rompió el corazón marchándose sin decir ni adiós.
La trama transcurre rota por diversos rótulos que anticipan lo que vamos a ver, intentando provocar una reflexión de cómo se comportan los seres humanos ante lo desconocido.
La cámara nos va mostrando distintas situaciones sexuales de los protagonistas, sin enseñar nunca demasiado y con cierto pudor en los encuadres que hace que vayan tomando conciencia los protagonistas de la historia a través de un montaje alternativo para que no se haga muy monótono, pero en algunos momentos se detiene demasiado en ciertas relaciones.
La verdad es que poco nos interesa ninguna de las desiguales historias y actores o las relaciones que se establecen a lo largo de la fiesta-orgía para terminar Gus contratando un cañón de espuma para complacer a Milo, como recuerdo de la fiesta de su décimo cumpleaños, con lo que termina el festivo encuentro orgiástico que nunca fue más púdico.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE