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CRITICA
Por: PACO CASADO
Adaptar otra serie de la televisión al cine es una muestra más de la falta de ideas en el Hollywood actual y sobre todo cuando es una serie tan estúpida e insulsa como ésta y se le endosa un argumento que, suponemos que estará acorde con la estupidez habitual de la misma, la cual no tenemos el disgusto de conocer. A pesar de estar en antena al momento de escribir esta crítica, no nos ha movido ni siquiera la curiosidad de saber si es como la película.
Una familia que vive como en los años sesenta, lo cual hace que se despegue del resto en vestidos y costumbres, aislados en su cerco de cristal, se niega a abandonar su casa a pesar de la oferta que le hace una inmobiliaria.
Entre tanto consiguen el dinero para pagar unas multas pues de lo contrario será subastada, tenemos que aguantar la estulticia de la niña mayor, la rivalidad con su hermana o los chivatazos de la pequeña, mientras que los tres retoños hacen también de las suyas.
La pareja protagonista es todo un poema, con una Shelley Long que parece una Nancy acartonada mientras Gary Cole exhibe su abundante melena rizada.
Y hasta tenemos que aguantar las canciones del mayor de los niños.
Con la serie de televisión ya tenían bastante los que la vieran, no hacía falta una película... y tan estúpida con ésta.
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