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CRITICA
Por: PACO CASADO
El director Marc Rothemund ya logró una nominación al Oscar con 'Sophie School (Los últimos días)' (2005), único largometraje suyo que conocemos en España, que era una producción muy notable, nos ofrece ahora esta comedia que cuenta la historia de Saliya Kahawatte, un joven alemán de origen cingalés, casi ciego, debido a un irreparable desprendimiento de retina, que tiene tan sólo un cinco por ciento de visión, cuya máxima aspiración en la vida es trabajar en un hotel de cinco estrellas.
Para lograrlo, tras ser admitido para hacer las prácticas en el más prestigioso hotel de lujo de Munich, tiene que ir superando una serie de pruebas pasando por todos los departamentos del mismo.
Ha de saber hacer las habitaciones, fregar los platos, trabajar en la cocina, servir las mesas, mezclar cócteles en el bar, servir una boda, atender a los cliente en la recepción, facetas que va superando y el espectador cada vez se va creyendo menos esta increíble historia.
Para ello oculta a todo el mundo su defecto, cosa que es imposible que nadie no se diera cuenta, y logra controlar todos los aspectos de su vida sin que ninguna persona aprecie su dramática situación, ya que es capaz de lograr todas las metas que se propone, en muchos momentos con la ayuda del sarcástico Max Schröder, un compañero del que se hace amigo cuando se presentan para ser admitidos, o más adelante de Hamid, un médico afgano que se ve obligado a hacer de lavaplatos al que asesora en sus problemas con la administración.
Todo transcurre más o menos bien, aunque con muchas situaciones de apuros, que también sufre el público, hasta el día y la hora en que se enamora de Laura, una chica rubia, madre soltera, que tiene un hijo y su rutina diaria se verá claramente alterada.
Si no se nos dice que está basada en hechos reales es difícil de creer, y aún así, al menos viendo la película es muy complicado de tragar estos hechos por muy verídicos que sean.
Hay momentos de su vida fuera del hotel en el que se juega prácticamente la existencia.
Tras ver el film el espectador sale de la sala con el complejo de ser ciego, dada las muchas escenas en las que se nos muestra la deficiente "visión" del protagonista que para expresarla se nos ofrece la pantalla totalmente nublada, borrosa, sin que se vea prácticamente nada en absoluto y para colmo la cinta se hace larga ya que tiene un exceso de metraje.
Lo mejor de la película es la increíble voluntad de superación del protagonista por lograr su sueño.
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