Título: |
PARANORMAL ACTIVITY |
Título original: |
PARANORMAL ACTIVITY |
Nacionalidad: |
FEE.UU. de 2007 |
Dirección: | OREN PELI |
Guión: | OREN PELI |
Fotografía: |
LOS PROPIOS ACTORES |
Música: |
NO TIENE |
Interpretes: |
KATIE FEATHERSTON, MICAH SLOAT, ASHLEY PALMER, MARK FREDRICKS, AMBER ARMSTRONG, RANDY McDOWELL y TIM PIPER |
Censura: |
NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 13 AÑOS |
Duración: |
85 MINUTOS |
Por PACO CASADO
Viendo esta película hemos descubierto tres cosas: que los americanos son tontos, que hay uno que es muy listo (Steven Spielberg) y que a partir de ahora estaremos sometidos al capricho de los jóvenes que circulan por las redes sociales de internet que decidirán qué film hay que ver, según se deduce de lo ocurrido en su momento con El proyecto de la bruja de Blair y ahora con Paranormal activity.
Lo que ha sucedido con ambas cintas es algo parecido. Esta fue realizada hace dos años, con una cámara digital de alta definición, que grabó 70 horas en siete días, en la casa del director, en San Diego, con cuatro actores que cobraron 350 dólares y hasta tuvieron que llevar la cámara.
La historia no da más que para un cortometraje. Una pareja nota ciertos fenómenos extraños y deciden captar con una cámara lo que ocurre mientras duermen para ver qué pasa.
La película no muestra más que la grabación de una noche tras otra y alguna interrupción en este aburrido argumento de la intervención de un parapsicólogo y la visita de una amiga.
El resto es un puerta que se cierra de golpe, algunos ruidos, una luz que se enciende y un final sugerido por Spielberg que fue quien aconsejó su distribución, lo que ha sido comercialmente un acierto ya que tras costar 15000 dólares lleva ya más de 100 millones únicamente en EE.UU.
Cine mal hecho por Oren Peli, un programador de videojuegos, de origen israelí, que llegó a Estados Unidos con 19 años, totalmente amateur cinematográficamente hablando, que no asusta a nadie y que aburre a las ovejas, con una cámara mareante a mano y una fotografía bastante nítida con buen colorido.
Este producto, que no inventa nada, que lideró la taquilla americana, se convirtió en un inexplicable fenómeno social.
Fílmicamente nulo. Una trampa para tontos.